A Rosario Central se le escapó la victoria en el final: igualó 2 a 2 con Estudiantes, en La Plata, por la fecha 15. Gino Infantino, aportó un doblete; Manuel Castro empató primero, y Jaime Ayoví lo hizo en tiempo cumplido.
El Canaya sufrió mucho en todo el primer tiempo, y el empate en uno con el que se metió en los vestuarios significó un premio exagerado, que sólo se explicó por las buenas respuestas de Jorge Broun, la mala puntería del Pincha y le efectividad que tuvo el auriazul en una de las pocas veces que se aproximó al área rival.
El arquero de Central, uno de los puntos altos en esa primera parte, falló feo en la primera que tuvo: le calculó muy mal en una salida desde el córner, dejó el arco sólo, y no se metió el frentazo de Agustín Rogel porque Marco Rubén, en su faceta heroica en la defensa, alcanzó a despejar en la línea.
Después empezó a avisar Manuel Castro, antes de anotar el suyo: le quedó picando una pelota desde el costado y pateó fuerte al costado de la red. Más adelante tuvo una parecida, desde el mismo sector, pero esta vez fue Fatura el que la desvió.
El equipo de Cristian González avisó directamente con el gol que anotó Gino Infantino a los 26’. Rubén, después de varios intentos fallidos por patear al arco, sacó del piso y de la galera, un pase al juvenil, que se encontró sin marca, y casi que no hizo más que controlar y empujarla a la red.
El conjunto de Ricardo Zielinski, desde ese momento, no hizo más que intensificar su búsqueda del arco rival. Gustavo del Prete y todo el estadio empezaba a gritar un gol que Broun ahogó con sus pies, y luego con el guiño del travesaño. El peligro de esa jugada aún no se disipaba, cuando Facundo Almada, al estilo Ruben, la sacó sobre la línea.
Lo que tanto buscó el dueño de casa, y lo que ya merecía desde hace tiempo, lo encontró a los 42’, en una jugada de pelota parada. Una pelota proveniente de un tiro de esquina le quedó al uruguayo Castro en sus pies, pero de espaldas. El delantero la resolvió con un lindo recurso: metió un taco, la pelota se metió entre las piernas de su marcador, y Broun –algo tapado– ya la vio adentro.
Pero el Pincharrata seguía dando ventajas en el fondo, las pocas veces que Central se acercaba. Un rato antes del entretiempo, el 9 y capitán desperdició una chance inmejorable: le cayó un pelotazo al área, pateó cayéndose y la tiró por arriba del arco defendido por Mariano Andújar.
Esas mismas falencias del local en defensa casi la aprovecha Luciano Ferreyra en el inicio del segundo tiempo, pero ni en dos oportunidades pudo franquear la valla del adversario. Quien sí lo hizo, a los 22’, fue otra vez Infantino, que esta vez resolvió definir con una hermosa volea.
Un gran susto llegó en el final, no por virtud del ataque pincharrata sino por una insólita falla de Fatura en la salida: sacó raso, mal, rebotó en un jugador y no se le metió porque reaccionó a tiempo y enmendó el error. Ya en tiempo de descuento, Ruben lo pudo liquidar, pero definió mal en el mano a mano ante Andújar.
Esa falla del delantero, que bien podía quedar en una cuestión anecdótica, se lamentó minutos después. Porque ya corrían 50’ (a uno del final, según lo adicionado por Jorge Baliño) cuando el ecuatoriano Jaime Ayiví, ingresado en el complemento, metió la cabeza para igualar el marcador.
Central no jugó un gran partido, y volvió a exhibir dificultades para armar juego debido a las bajas sensibles en la formación titular. Sobrevivió al vendabal del Pincha en la primera parte, y lo emparejó en la segunda. Peleó el partido en todo momento y estuvo a segundos de traerse una victoria, que parecía un premio mayor, pese haber estado tan cerca.
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