A mediados de 2021, el emblemático grupo de cine y teatro corrió el riesgo de perder su espacio debido a la especulación inmobiliaria y la posible venta de la galería en que se encuentra su sala. Hoy resiste con funciones diarias.

A fines de julio de 2021 empezó a circular por distintos medios la noticia de un posible cierre definitivo del Arteón, cine emblemático de la ciudad de Rosario que tuvo sus primeras proyecciones allá por 1969 y que ya llevaba 2 años sin películas en sala por la pandemia de Covid-19. Según contó Néstor Zapata (director de cine y miembro fundador del Arteón), los actuales dueños de la galería donde se encuentra el cine, el Consorcio Valenti, tenían la intención de venderla y les solicitaron que se vayan. La respuesta (del Arteón) fue un no rotundo. “Nosotros estamos con un teatro y un cine instalados, a través de un contrato que está vigente, que se ajustó a la cláusula de 5 años de renovación y vence el 30 de noviembre de 2023. O sea, no nos pueden echar. Además, no estamos hablando de un local de fotocopias o de venta de ciruelas, sino de una sala cultural, de un espacio de la cultura de Rosario que tiene 52 años”, contaba Zapata a Rosario/12 en agosto del 2021. 

“No pretendemos avasallar ningún derecho (refiriéndose al derecho que tienen los dueños de vender la galería) pero que tampoco se avasalle nuestro derecho. Rosario es una ciudad que se debe enorgullecer de su cultura. No sólo en la provincia sino en el país y en América. Rosario ha sido líder en la producción de grandes artistas que hoy son reconocidos a nivel internacional. No está para cerrar espacios culturales, está para abrirlos”, declaró en el programa Apuntes y Resumen, de Radio Universidad. 

Otra cosa que no se cansa de repetir Zapata en enorme cantidad de medios es la existencia de la ley 14800/59, de la época de Frondizi, que en su segundo artículo dice: “En los casos de demolición de salas teatrales, el propietario de la finca tendrá la obligación de construir en el nuevo edificio un ambiente teatral de características semejantes a la sala demolida”. Según él, lo importante no es preservar la arquitectura, o el edificio, sino preservar los 52 años de historia. Entre las ideas planteadas para evitar la demolición se cuenta la de convertir al Arteón en Patrimonio histórico cultural de la ciudad, a través de un decreto, cosa que fue vista con buenos ojos tanto por el Intendente como por los diversos espacios políticos con los que dialogaron. 

Luego de esas dos o tres semanas en las que la problemática dio vueltas por distintos medios, no se supo mucho más hasta que, finalmente, se anunció en octubre la proyección del clásico de la historia del cine Cinema Paradiso, y el posterior comienzo de una cartelera diaria. 

Cinema Paradiso funcionó como reencuentro, como bienvenida, con su dosis de felicidad nostálgica. Así como en la película aparece la imagen del Nuovo Cinema Paradiso, posterior al incendio trágico que sufre, así aparecía el Arteón reabriendo sus puertas, con una función gratuita y a sala llena (más de una vez, ya que por su éxito se hizo una segunda función), habiendo sobrevivido 52 años, también con un incendio, con un momentáneo cierre y ahora a punto de perder su espacio, pero aún de pie, resistiendo. 

Según contaron miembros del Arteón en charlas informales, el acuerdo de venta se cayó porque seguían vigentes no sólo el contrato del cine, sino también de distintos locales que funcionaban en la galería, y los potenciales compradores no tenían la intención de adquirirla con todo eso en el medio. Además de la cuestión técnica, no dejan de agradecer el apoyo de todas las personas que se solidarizaron y que se pusieron a trabajar para que el Arteón no pierda su espacio. 

52 años en sala, 56 como grupo

El grupo cultural Arteón nació en 1965, y lleva ya 56 años “al servicio de la cultura popular del país y de toda América Latina”, como aseguran en su página web

Fue creado como una “organización de arte” (según sus propias palabras), y se desarrolló en danza, títeres, televisión, música, capacitación y enseñanza en distintas formaciones artísticas, pero fundamentalmente en el teatro y el cine. Entre 1965 y 1966 realizaron sus primeros montajes audiovisuales y obras de teatro. Pensaban, con los premios de uno de ellos (C.65, el nombre), pagar la deuda del préstamo que recibieron del Fondo Nacional de las Artes. Esos premios no llegaron, así que el dinero lo tuvieron que sacar de otro lugar. Inventaron las trasnoches. Durante el día, vendían entradas en bares, restaurantes, comedores universitarios y diversos lugares, y en las trasnoches de viernes y sábados alquilaban salas de cine. “Se iniciaba a medianoche en las colas o en los hall, donde se repartía café gratis para todo el público o gaseosas en verano, un programa tipo librillo con comentarios, fichas técnicas, artículos sobre cine, ensayos. Luego, ya en las salas se emitían anuncios culturales, textos o poemas y temas musicales se pasaban antes de la función por el sistema de audio y luego, al finalizar, la noche se continuaba en los bares con discusiones, sueños y proyectos hasta el amanecer”, cuentan. 

Luego empezaron a llegar las salas y las Escuelas de Cine, de Teatro y de Danza Contemporánea. La primera funcionó, entre 1967 y 1968, en la planta alta de la confitería La fragata. La segunda es la que llegó hasta hoy día, el Arteón de Sarmiento 778, planta alta de la Galería del Patio, inaugurada a fines de 1968. 

Llegaron a tener 4 salas de funcionamiento permanente y en simultáneo, del 73 al 83. Dos eran de teatro, una de ellas también Escuela de Teatro, Taller de Cine y Escuela de Danza Contemporánea. Estas salas fueron lugares de resistencia cultural, que atravesaron esa encrucijada que significaron las décadas del 70 y 80 hasta la vuelta de la democracia en 1983. 

En la madrugada del 27 de octubre del 72, en el contexto de la Revolución Argentina (eufemismo de la dictadura militar del 68 al 73) y durante el gobierno de Lanusse, la sala de Sarmiento 778 fue incendiada, y con ella todo lo que había. Archivos, documentos, guiones, textos e incluso dos cortometrajes en etapa de post-producción se perdieron en el incendio. A pesar de eso, los dueños de la Galería del Patio decidieron reconstruir el cine, y el 15 de agosto de 1974 ya estaba siendo reinaugurado, con la proyección de Sangre de cóndor

En el 76, con la llegada de la última dictadura militar, al grupo Arteón se le prohibió actuar en todas las provincias argentinas, así como se los privó del ingreso a los medios de comunicación y organismos oficiales. Desde ese lugar de prohibición, de intento de recorte de su posibilidad artística, armaron los Talleres del Arteón: cursos de tres años de teatro, y luego de cine. Luego, con la vuelta de la democracia, integraron todos los planteles docentes y equipos técnicos a las recién creadas Escuelas de Arte del Estado Provincial (IPA) y la ya existente Nacional (DINADEA): Escuela Provincial de Promotores Socio Culturales, luego Escuelas de Teatro y de Teatro y Títeres, Escuela Provincial de Cine y TV,  Escuela de Danza y de Expresión Corporal de la Provincia de Santa Fe. El proyecto del grupo Arteón, entonces, trascendió al grupo Arteón, pero su influencia pedagógica en la formación teatral y cinematográfica en las generaciones de artistas rosarinos es muy fuerte y rastreable. 

“En ese 76, en que nos mataron compañeros como César, Katherin y Rafael, sentimos más que nunca la obligación de convertirnos en resistencia cultural de nuestra propia ciudad, de nuestra región. Unirnos junto a las distintas formas de la resistencia del país, ese territorio usurpado por el gobierno de facto militar”, cuentan en la sección Historia de su página web. 

Hoy día son el espacio INCAA de la provincia de Santa Fe, y siguen funcionando como una Organización de Producción dedicada a las realizaciones escénicas y audiovisuales, “ratificando nuestra vocación y poniendo nuestros mejores esfuerzos en aquellas expresiones que consolidan la Identidad Cultural de los Argentinos y la necesaria integración con los Pueblos hermanos de América Latina.”

Paralelamente a eso, y con las puertas abiertas, en enero tienen su cartelera de cine con alrededor de 2 funciones por día, que se puede encontrar en su portal o pegada en las columnas que se erigen frente a la galería Paseo del Patio, en Sarmiento 778.

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