Cada vez más estudiantes y docentes se interesan por conocer la historia reciente, qué pasó en la dictadura y cómo transmitirla a las nuevas generaciones. El Museo de la Memoria cuenta con un Departamento de Educación que asume esta tarea. Entre las propuestas que llevan adelante y más convocatoria tienen están los Recorridos para instituciones educativas.
Daniel Feliu integra este Departamento de Educación del Museo y está a cargo de los recorridos mediados. El término “mediados” lo subraya para remarcar la idea de intercambio que hacen a estas visitas. “A la hora de hacer los recorridos, nuestros pilares son la pedagogía de la pregunta y la pedagogía de la memoria”, dice.
Los recorridos están abiertos a escuchar las preguntas e intereses de cada grupo de estudiantes que llega al Museo. Se realizan por las muestras permanentes que hay en el espacio, “donde hay temas bien definidos que se quieren desarrollar” –explica el educador– y está presente siempre la “posición como institución del Estado, de la condena al terrorismo de Estado, el Nunca Más, los principios de Memoria, Verdad y Justicia. Eso es sí o sí lo que queremos que quede en cada grupo educativo que se acerca”, señala.
La propuesta se apoya en esos pilares pero siempre se adapta a los grupos que asisten, a las edades y niveles educativos. Las visitas están pensadas desde el 6° grado de la primaria y, de ahí en adelante, a las secundarias, terciarios y universidades, de todas las modalidades. Se extienden por una hora y media, aproximadamente, siempre en función de los grupos.
“La idea –dice Feliu sobre los recorridos– es que esto que estuvo prohibido en dictadura que es la palabra, la identidad, la singularidad, el poder nombrarse, tenga lugar. Por eso arrancamos diciendo nuestros nombres y pidiendo que se nombren. Lo hacemos dando ese espacio a la palabra, para que se habilite. En ese mismo acto y en el acto de hacer memoria, reivindicamos eso que no estuvo permitido durante tanto tiempo”.
El recorrido, se explica en el sitio institucional del Museo, “consta de una introducción general sobre la historia de la casa donde está instalado el museo, que fue sede del Comando del II Cuerpo del Ejército durante la última dictadura cívico militar. Continúa con la visita de las diferentes salas para finalizar con una puesta en común sobre lo sucedido en el pasado reciente, vinculándolo con nuestro presente”.
En ese mismo portal, se detalla que el Museo convocó a reconocidos artistas de Rosario para intervenir el espacio. “Así, con la mediación del arte y la literatura, la escena del Museo narra la historia política desde el presente, proponiendo un lugar de interpretaciones en el que el público participa a través de sus sentidos y su reflexión”. En esos nombres están “Dante Taparelli, Norberto Puzzolo, Daniel García, Graciela Sacco, Federico Fernández Salaffia, Lucrecia Moras, Silvio Moriconi, acompañados por equipos de Memoria Abierta y por los arquitectos Alejandra Buzaglo y Gonzalo Conte”.
Las muestras sobre las que se apoyan los recorridos “desandan la historia de la violencia de Estado en América, rearman testimonios de la lucha por los derechos humanos, reconstruyen el mapa de los campos de concentración en el país, redibujan la gesta de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”. El resultado de semejante tarea da lugar a los espacios de Memora, Lectores, Reconstrucciones, Ronda-La Ardiente Paciencia, Evidencias, Pilares de la Memoria, Justicia Perseguirás y Entre Nosotros.
Preguntas orientadoras
Al Museo llegan diversidad de grupos de escolares, como chicas y chicos de los últimos años de la primaria, estudiantes universitarios o bien alumnas y alumnos de las Eempas. La mayoría de las veces, dice Feliu, ya han trabajado en las escuelas sobre los temas que aborda el Museo. Cita el ejemplo de un grupo que había estado trabajando sobre el tema identidad y llegó a la visita con esa inquietud. Lo que se hizo desde el Departamento de Educación fue vincular los espacios del recorrido en función de ese interés.
Las preguntas con las que llegan son de todo tipo. “Nosotros siempre estamos abiertos a todo tipo de voces y les preguntamos qué trabajaron o si en la casa les comentaron algo cuando contaron que venían al Museo. Siempre habilitamos a otras voces que sabemos que circulan sobre este período. Algunos comparten historias de vida («Mi abuelo me contó…») o lo que vivieron en esa época. Siempre buscamos contextualizar las respuestas”, comenta Feliu.
El educador destaca las diferentes interpretaciones que las y los estudiantes les asignan al espacio durante los recorridos. “Muchas veces ven cosas que nosotros por el cotidiano no vemos. Por ejemplo, cuando les preguntamos qué pueden simbolizar las columnas dispuestas en el Museo (en el espacio de Rondas) salen cosas maravillosas como decir que simbolizan «la capacidad de las Madres de ver y marchar más allá de los obstáculos»”.
¿Por qué hacer memoria? ¿De qué nos sirve hacer memoria? ¿Cómo nos afectó la dictadura? Algunas de las preguntas que orientan los recorridos con los grupos. “La idea es hacer memoria con ellos, que sepan que no tenemos todo el saber, y que hacer memoria es con otros, con otras, rescantando el valor de la palabra y la singularidad”, dice Daniel sobre esa “vivencia de construir un relato entre todos”.
Más sobre las visitas y propuestas
“Felizmente hay mucha demanda de las escuelas para recorrer el Museo”, dice Feliu sobre el requerimiento de turnos. Los primeros del año se agotaron rápidamente y los que quedaban –a mediados de esta semana que pasó– hasta el 1° de septiembre eran contados. En julio próximo se habilitará nuevamente la inscripción para septiembre, octubre y noviembre. Toda la información sobre cómo solicitar los turnos y las diferentes muestras que reúne el Museo, se pueden consultar en la página oficial www.museodelamemoria.gob.ar
Además de los recorridos, el Departamento de Educación del Museo de la Memoria organiza distintos tipos de actividades orientadas a estudiantes y educadores, como “jornadas de formación docente, cursos virtuales, ciclos de cine, obras de teatro y encuentros didácticos”.
Entre esas propuestas ofrece Materiales para docentes y una Guía para recorrer la Muestra Permanente del Museo. Se trata de una serie de recursos pedagógicos para trabajar contenidos curriculares relacionados con la historia reciente. Incluyen desde materiales históricos-teóricos, sugerencias de bibliografía, audiovisuales, canciones, siempre diferenciadas por niveles de escolaridad.
Otra de las actividades a las que se suma el Museo cada año es al Teatro x la Identidad Rosario, que lleva adelante Abuelas de Plaza de Mayo (filial Rosario). Una iniciativa pensada para colaborar en la búsqueda de las y los nietos apropiados en la última dictadura cívico militar. “El ciclo toma al teatro como herramienta de transmisión y divulgación”, señalan, a la vez que invitan a conocer el trabajo de Abuelas por más de 46 años y contribuir en la recuperación de los nietos que nos faltan.
El Museo de la Memoria fue creado en 1998 “con el objetivo de promover el acceso al conocimiento y la investigación sobre la situación de los derechos humanos y la memoria social y política en nuestra región, en el país y en Latinoamérica”. Reúne material –se explica en el sitio oficial– que informa acerca de las violaciones a los derechos humanos en América latina y el mundo, especialmente sobre el accionar del terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico militar en la Argentina.
Desde diciembre de 2010, tiene su sede definitiva en Moreno y Córdoba, en lo que fuera el edificio ocupado en el pasado por el Comando del II Cuerpo de Ejército.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 06/05/23
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