Un informe presentado por el diputado provincial Carlos Del Frade indica que un 38,6 por ciento de la población santafesina no tiene cloacas, mientras que un 15 por ciento no tiene agua corriente. “Es la resignación de la política al poder económico”.
En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora este 5 de junio, el legislador del Frente Social y Popular (FSP) analizó el “lapidario informe” sobre la situación socioambiental en la provincia, donde un 38,6 por ciento no tiene cloacas, un 14,4 por ciento está sin agua corriente “a pesar de vivir en un mapa recorrido por más de ochocientos kilómetros por el río Paraná”, mientras que el 48,2 por ciento está sin gas de red.
Para Del Frade, este “tríptico marca las condiciones socioambientales adversas para grandes sectores de la población”. Además, consideró que la matriz del ecocidio de La Forestal “sigue vigente en la provincia, consecuencia de la resignación política ante el poder económico regional y multinacional”.
El informe agrega que en territorio santafesino se ha perdido el 82 por ciento de sus bosques y montes naturales, consecuencia “del modelo extractivista basado en el sojalismo exacerbado, mientras avanza la erosión y las sequías no como castigos de dioses malvados sino de los intereses que alientan el proceso económico basado en la explotación irracional de la naturaleza. Otra pauta de la matriz de La Forestal”.
En cuanto a los dato duros del relevamiento, el dirigente informó que hay en la actualidad unas 659.438 personas empobrecidas en un territorio que produce 50 mil millones de dólares y exporta 20 mil millones de dólares por año.
Aguas turbias
En relación a la contaminación del Paraná, Del Frade denunció que hay “por lo menos cien caños entre Villa Constitución y Timbúes, con la Cuna de la Bandera en el medio, que vierten sus desechos en el río”. El informe sostiene que desde “hace por lo menos dos años, el nivel del río viene descendiendo hasta llegar a un pico histórico de bajante este año”. Y según el Instituto Nacional del Agua (INA), toda esa extensión sufre la bajante más pronunciada desde 1944 y se presenta, especialmente, desde Corrientes hacia el sur, donde desemboca en el río de la Plata.
“El río, que en promedio tiene un caudal de unos 17.000 metros cúbicos por segundo, este año cayó hasta los 7.000 m3/s, apenas por encima del valor mínimo histórico de 5.800m3/s, registrado en 1944”, indicó el periodista e investigador. Por ese motivo, en julio pasado el Gobierno declaró la Emergencia Hídrica por 180 días en la región de la cuenca del río Paraná.
“Pero además de los problemas ambientales, logísticos y de aprovisionamiento de agua, la bajante dejó al descubierto otra cosa”, indicó Del Frade, y agregó: “Decenas de caños por donde se vierten desechos al río que con los niveles normales estaban bajo el agua, ocultos a la mirada pública y lo que es aún más grave al control. Los desagües en algunos casos son obras regulares, en otros casos chorrean directamente desde la barranca, se pueden observar caños, vertientes de cemento y hasta verdaderas cataratas de desechos”.
“Según pudimos contabilizar –continuó– existen cerca de 75 vertientes industriales y cerca de 25 cloacales. Por fuera de los desagües cloacales y pluviales, decenas de empresas vuelcan residuos industriales al río. Entre las que pudimos observar y documentadas se encuentran: Acindar, ADM Arroyo Seco, Dreyfus Gral Lagos, Cargill Gral Lagos, Basf, Malteria Holandesa; Cargill Punta Alvear; Paladini; Swift; Matievich; Unidad 6; Terminal Puerto Rosario; Celulosa; Molinos; Vicentin; A.C.A; Axion Energy Destileria; YPF Destileria; Bunge; YPF Fertilizante; Cofco ( ex Nidera); Renova y las centrales Termo eléctrica Vuelta de Obligado y General San Martín”.
Por último, señaló que “a esta contaminación que sufre el Paraná hay que sumarle el deterioro que sufren sus barracas como consecuencia de la profundización del dragado de la vía troncal, más pensada para las multinacionales que para las poblaciones que producen las riquezas que luego se exportan por allí”.
Relaciones tóxicas
Carlos Del Frade también apuntó contra los agrotóxicos y sus daños a la salud infantil (según un informe de la Sociedad Argentina de Pediatría). Indicó que el “proceso de modernización de la agricultura se incluye dentro de un proceso más amplio que es el de Artificialización de la naturaleza”. Y explicó que los pesticidas inciden en la vida de 12 millones de personas, entre ellas, tres millones de niñas y niños.
“En la Argentina del presente, pensada más de afuera que desde sus entrañas, hay 107 plaguicidas prohibidos en todo el mundo pero que se usan en estos atribulados arrabales del mundo”, se quejó el legislador del FSP, y señaló que en la provincia de Santa Fe, de los 5264 productos comerciales de agroquímicos 55 son clasificados con la categoría la, 20 son con la categoría lb, 1447 con la categoría II y 2290 con la categoría III; por lo que 3812 tienen toxicidad más peligrosa que el Roundup de Monsanto.
“Estos productos son vendidos en la Argentina por 338 empresas. El problema es político y queda resumido en los anoréxicos números del presupuesto destinado al Ministerio de Ambiente y Cambio Climático”, arrojó el diputado
Por otra parte, en lo relacionado a bosques nativos, el dirigente reveló que “por una misteriosa evaluación ambiental existen partidas por 164 millones 926 mil pesos. En Educación e investigación ambiental solamente 111 millones 926 mil pesos. Con respecto a la Conservación de la fauna silvestre, 49 millones de pesos. Para Control ambiental, 42 millones de pesos. ¿Cuántas personas serán las encargadas de controlar el ambiente santafesino? Esto también es un enigma. Y la asignatura Plantar el futuro, 38 millones de pesos”.
“Las cifras del presupuesto son el verdadero tamaño de la importancia que los gobiernos le dan a los temas, las cosas y las personas”, dijo en este punto Del Frade y agregó: “Mientras tanto avanzan los proyectos inmobiliarios sobre zonas protegidas como Damfield en plena presa retardataria del arroyo Ludueña que sigue sufriendo contaminaciones permanentes”.
Por otro lado, remarcó que “los responsables de los incendios en los humedales gambetean la acción de la justicia al mismo tiempo que la política santafesina impuesta por los grandes partidos que han gobernado los cuarenta años de la democracia no quiere tratar la prohibición de cualquier actividad económica que se quiera realizar en los terrenos que hayan sufrido incendios intencionales”.
Lla investigación demuestra “la más contundente confirmación de la resignación de la política al poder económico regional y multinacional, la continuidad de la matriz de La Forestal”, consideró el diputado provincial, y concluyó: “Un ambiente sano será consecuencia de una política soberana en lo económico, político, intelectual y ambiental para lograr democratizar la felicidad”.
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