El devenir del actual proceso electoral nacional no deja de ofrecer aristas sorprendentes, entre las que descolla la de entender el resultado de las Paso como si hubieran sido generales y por ende Javier Milei es ya el nuevo presidente electo. La reciente movilización en defensa de la universidad pública en Rosario es un ejemplo de lo novedoso del actual escenario: surgió no para repudiar medidas o anuncios oficiales, como suele suceder, si no para protestar contra las propuestas de campaña de esa suerte de “presidente virtual” en que se convirtió después de las primarias.

El repudio incluye también a Patricia Bullrich, otra de las protagonistas principales del turno electoral, aunque en menor medida. Pese a que se la ve enfrascada en disputarle el discurso derechoso, Bullrich no parece estar en condiciones de superar al libertario en esa lid, también novedosa: resulta difícil encontrar un antecedente de candidatos presidenciales competitivos con semejantes mensajes. Mauricio Macri hizo su campaña electoral prometiendo respetar derechos y sostener políticas que habían instalado los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Y aunque en las semanas previas a la segunda vuelta de aquel 2015 se pudieron apreciar expresiones de rechazo y advertencia sobre lo que vendría si ganaba, las movidas actuales contra Milei sólo se podrían emparentar con las que se dieron una vez que Macri asumió la Presidencia y comenzó a tomar decisiones que confirmaron que en la campaña había mentido.

Ahora, el interrogante es si las crecientes manifestaciones de repudio alcanzarán para que en las generales de octubre se revierta esta sensación predominante de triunfo cantado del líder libertario. En ese sentido, vale suponer que no pocos y pocas que en la primaria no lo hicieron, en las generales opten por votar a Sergio Massa aunque sea como única alternativa viable para evitar un gobierno de derecha tan salvaje como la que prometen la Pato y el León. La reacción de la comunidad universitaria rosarina vale otra vez para graficar: muchos de los manifestantes del miércoles –el rector de la UNR Franco Bartolacci por ejemplo– forman parte de espacios posicionados en la oposición al actual gobierno y seguramente no votaron a Massa en las primarias, pero probablemente sí lo hagan en la compulsa que se viene, incluso aunque no lo expresen públicamente.

Claro que, a la vez, es probable que el movimiento anti Milei tenga menos reflejo en las urnas que otros hechos que se registran en esta campaña electoral, como el escándalo por el caso de Martín Insaurralde, con mucho más difusión mediática que otras muestras de corrupción iguales o peores pero cuidadosamente ocultadas por la prensa hegemónica por no ser protagonizadas por peronistas y aliados.

Más allá de ese interrogante en cuanto a su incidencia en los próximo resultados electorales, la creciente movida en defensa de derechos amenazados de estos días sí suena a señal cierta de escenarios futuros y con antecedentes verificables. Los gobiernos que despliegan políticas como las que el candidato con peluca dice que va a aplicar, chocan con una resistencia lo suficientemente fuerte para confirmar que ganar una elección no alcanza para poder someter definitivamente al pueblo argentino a injusticias y desigualdades tan profundas y descaradas como las que generan tales políticas.

Curarse en salud

Entre las múltiples expresiones de rechazo a las propuestas de achicamiento del Estado y de restricciones de derechos básicos aún mayores a las actuales que tiene como escenario a Rosario, de las que se da cuenta en las primeras páginas de este periódico, hay que contar las enfocadas en la defensa de la salud pública. Este lunes 9 de octubre, a partir de las 11.30 y en la sede del Policlínico Pami 2 de Olivé 1159, Jorge Rachid, Daniel Gollán y Leonardo Caruana serán los oradores principales de una charla abierta a la que se convoca con un título claro: “Salud: dos modelos en pugna”.

La iniciativa surgió de trabajadoras y trabajadores de Pami agrupados en el Frente Ciudadano por la Salud y “ante la preocupación por las consecuencias negativas que conllevaría un eventual gobierno que incluya en sus políticas un corrimiento del Estado y un ajuste económico” en el sector.

Los organizadores también expresaron en la convocatoria que tales políticas gubernamentales significan dejar de lado “la lógica de la salud como derecho humano, transformándolo en un bien de mercado”.

“Habiendo transitado en nuestra historia reciente una Pandemia en la que la participación del Estado fue determinante para que ningún/a argentino/a se quede sin atención y tratamiento digno y acceso a la vacunación (algo que sí ocurrió en países con gobiernos similares al que Javier Milei propone), nos vemos en la necesidad de organizarnos en defensa del Derecho a la Salud poniendo en valor la tarea que a diario llevamos adelante los y las trabajadoras de los policlínicos, cuidando a nuestros abuelos, a sus familias y, en tanto referencia en la materia, a la comunidad en su conjunto”, señalaron también en la invitación a la actividad.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 07/10/23

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