“Democracia significa que…
1) Nadie debería gobernar para su propio beneficio económico (o el de su clase o grupo), tampoco sólo para quienes lo eligieron.
2) Nadie debería controlar la justicia o ejercerla para dar u obtener beneficios económicos o políticos, o de otro tipo.
3) Nadie debería controlar el parlamento o crear leyes y reglamentarlas para obtener beneficios políticos, económicos o legales.
4) Nadie debería pretender controlar el relato público (la información y el conocimiento), para eludir control, la justicia o manipular políticamente” (Pescetti, 2019**).
¿Y ahora qué hacemos con todo lo que nos enseñaron en la escuela? ¿Con todas esas palabras que tanto nos costó entender con el profe de Formación Ética y Ciudadana o con la seño de Ciencias Sociales? ¿Y el sistema republicano, representativo y federal? ¿Y la división de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial? ¿Ahora cambió y ya no sirve de nada todo lo que nos enseñaron y aprendimos?
¿Y ahora qué hacemos con todo lo que nuestros maestros y maestras nos explicaron sobre la democracia? ¿Y con todo lo que la escuela nos enseñó sobre la dictadura, la lucha de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo? ¿Qué vamos a hacer para el 24 de Marzo y el 2 de Abril? ¿Y los pañuelos blancos de la Memoria, la Verdad y la Justicia? ¿Y la canción del Mundial que dice: “De los pibes de Malvinas que jamás olvidaré”?
¿Y ahora qué hacemos con todo lo que aprendimos sobre la Constitución Nacional? ¿No vale más? ¿Mis profes no tienen derecho a reclamar por sus derechos, su sueldo, nuestra escuela y por mí, que quiero seguir aprendiendo con mis compañeras y compañeros? ¿Mi familia tampoco puede protestar si piensa que algo es injusto?
¿Y todo lo que aprendimos con la profe de Ciencias Naturales? Más palabras difíciles: los ecosistemas, los humedales, la biodiversidad, el cuidado del medio ambiente, de la fauna, la flora y los recursos naturales no renovables. ¿Nuestro país sigue siendo nuestro o puede ser de cualquiera que tenga plata para comprar todo lo lindo y bueno que tenemos?
¿Y todo lo que dijo la maestra de Lengua: que es importante leer libros y no estar todo el tiempo mirando el celular, que hay libros que nos ayudan a saber sobre la ciencia y la historia, y que también hay otros que nos ayudan a soñar e imaginar?
¿Y ahora qué hacemos con todo lo que nos enseñaron y tratamos de aprender?
Todas estas preguntas tienen respuesta y, para eso, voy a tomar prestadas las palabras del querido docente y escritor Luis María Pescetti: “Con los chicos, hay que ir, estar y poner la oreja. Hay dos deberes con ellos: responsabilidad y obstinada esperanza”.
Tenemos la obligación de confirmarles a las niñas y los niños que este mundo, que este país en el que vivimos pueden convertirse en un lugar más justo y más amable. Tenemos que escucharlos, responder a sus preguntas amorosamente, sin subestimarlos pero sin aterrorizarlos, con responsabilidad y obstinada esperanza (como dice Pescetti), cuidando sus derechos y, sobre todo, luchando para que sigan viviendo su infancia en democracia.
*Orgullosa docente de la Universidad Nacional de Rosario, licenciada en Fonoaudiología y especialista en Alfabetización e Inclusión
**Pescetti, L. M. (2019). La democracia, explicada a mis hijos. Publicado en Un Niño Una voz
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