El periodista Edgardo Pérez Castillo acaba de lanzar un libro que recopila entrevistas realizadas a personalidades de la cultura y el periodismo local como Jorge Fandermole, Liliana Herrero, Coki Debernardi, Reynaldo Sietecase, Luis Machín y Patricia Suárez.

Edgardo Pérez Castillo nació en la localidad bonaerense de Ciudad Evita pero desde los 9 años reside en Rosario y se autopercibe rosarino. Hincha de Estudiantes de la Plata por herencia paterna, quería ser bioquímico pero terminó abrazando al periodismo. Puso su pluma al servicio del suplemento local de Página 12 y de La Capital, y paseó su voz por varias emisoras radiales y producciones audiovisuales. Y toca la trompeta. Y acaba de sacar Voces de Rosario, libro con entrevistas que realizó a lo largo de los últimos años en la revista cultural Barullo y bajo el ala de la editorial Homo Sapiens. “Son entrevistas con otro perfil a lo que yo hacía cuando trabajaba en Rosario 12, que tenían que ver más con la coyuntura. En este caso, las que conforman el libro son más atemporales, tienen otra extensión y esa es una decisión de los editores que son Horacio Vargas, Sebastián Riestra y Perico Pérez”, adelanta el autor.

El valor de la palabra

“Al principio tenía una sensación medio ambigua de publicar un libro con textos que ya habían sido publicados pero Horacio (Vargas), quien fue muchos años mi jefe de redacción en Rosario 12, me hizo ver que había en esa reunión de voces un entramado que tiene que ver con la cultura y el periodismo”, confiesa Edgardo, y detalla: “El valor de poder encontrar estas entrevistas juntas tiene que ver con el poner en valor esas palabras de las y los entrevistados. Y siento realmente que soy como un canal para que eso suceda”.

Como en todo compilado, en algún momento hay que tomar la decisión de qué se incluye y qué queda afuera. “Ahí medio que me hice el desentendido y confié en la decisión de los editores. Vargas fue como el productor general del proyecto y sobre todo confiamos en Beatriz Vignoli como la responsable de tener una mirada editora, que además a mi modo de ver es una de las críticas y escritoras más talentosas que tiene la ciudad de Rosario. Beatriz tuvo el criterio de reunir una selección de entrevistas en capítulos que tenían que ver con la presencia y el vínculo con Rosario fundamentalmente y se hizo una primera selección de 20 entrevistas, que daba un libro como de 300 páginas, y finalmente quedaron 15 textos en unas 200 páginas”.

Las voces que sobrevivieron a esa selección fueron las de los músicos Jorge Fandermole, Liliana Herrero, Rodolfo Cholo Montironi, Coki Debernardi, Nélida Zenón, Ruben Chivo González y Sandra Corizzo; los actores Luis Machín, María de los Ángeles Chiqui González y Héctor Ansaldi; los periodistas Reynaldo Sietecase y Pablo Feldman; los escritores Elvio Eduardo Gandolfo y Patricia Suárez y el artista plástico Jorge Molina. “Las que más me gustan son esas en las que menos intervengo, en las que el mérito de parte mía está en poder correrme del foco para dejar que fluyan las charlas, poder darme el tiempo para escuchar. Creo que eso es importante y que es lo que perdemos en el ejercicio cotidiano del periodismo, porque los tiempos no dan”.

Tiempos de ensayos

“Nací en Ciudad Evita, Buenos Aires. Mi viejo era de Azul y mi mamá es de Rosario y se conocieron laburando en Capital. En el 90 nos vinimos a Rosario, yo tenía 12 años y, sí, soy rosarino porque acá elegí quedarme”, rememora Pérez Castillo, y se explaya: “Estudié en el Complejo Alberdi, que tenía dos modalidades, biotecnología y comunicación, y me veía en un laboratorio. Pero al terminar la escuela me fui a un intercambio a Sudáfrica y ahí fue donde me cambió la cabeza. Llegué en el 96 y hacía dos años que había asumido Mandela, entonces era un país en redescubrimiento, de muchas tensiones. En ese tiempo que estuve allá me picó algo de vincularse y comunicarse, y también influyó que participé como invitado en un programa de radio. Cuando volví hice los cursillos de biotecnología pero no entendía nada (risas) entonces terminé en periodismo. Arranqué en el Círculo de la Prensa, después en TEA y por una pasantía ingresé a Rosario 12 en el 1999 y ahí me empecé a perfilar por el periodismo cultural, por esos avatares y casualidades de la vida”. 

Su participación en el ciclo La Vuelta Completa le permitió recorrer toda la provincia y ser parte del área audiovisual Señal Santa Fe, espacio en el que hasta el día de hoy sigue laburando. 

Y también incursionó en la música. “Ahora estoy un poco alejado pero sí, toqué la trompeta en algunas bandas de acá que hacíamos punk y rockabilly”, comenta, haciendo referencia a su paso por los escenarios como integrante de bandas como Baila el Gordo, Freaks, The Broken Toys y Water Soul, pero aclara: “Al igual que con mi recorrido por las canchas de fútbol, podría decirse que todo lo que he hecho a nivel amateur siempre fue con sacrificio y voluntad (más risas)”.

Antes de despedirse, el autor de Voces de Rosario adelanta que está participando de un taller literario y que la posibilidad de en algún momento publicar un libro de textos propios está latente, aunque por ahora lejana: “Siempre me gustó escribir y por ahí usaba el Facebook para mostrar algunas cosas relacionadas con el fútbol, textos más personales. En 2022 empecé un taller de escritura con Pablo Colacrai, junto gente muy talentosa y bondadosa, que tiene un formato de escritura de cuentos de ficción y de devoluciones muy interesante, que uno se enriquece también leyendo y eso me obligó también a volver a la lectura. Siento que estoy lejos de poder publicar algo porque estoy en una etapa de aprendizaje y me falta mucho para publicar y sobre todo poder ser respetuoso con el lector”.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 27/04/24

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