La gestión Lula desmiente las falacias del gobierno de Javier Milei. “Con más dinero en circulación, las ventas aumentan, la industria produce más, y la rueda de la economía vuelve a girar, permitiendo la creación de nuevos empleos”, dijo el mandatario brasileño.
“Históricamente en la región de Latinoamérica se han disputado dos modelos políticos y económicos distintos, dos formas de «jugar» y posicionarse en la «cancha» diametralmente opuestas”, señala Solange Martínez en la nota titulada “El Brasil de Lula: aumento salarial como clave para el crecimiento económico”, publicada en el sitio Nodal.
Martínez es investigadora del centro de Estudios para la Integración Latinoamericana (CEIL) Manuel Ugarte de la Universidad de Lanús (UNLa), conductora del programa Esquina América, por radio Megafón (UNLa), y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
La plataforma de contenidos “Manuel Ugarte” es un espacio multimediático donde confluyen todas las producciones del Centro de Estudios de Integración Latinoamericana Manuel Ugarte y el Observatorio Malvinas de la Universidad Nacional de Lanús. Un portal como el lugar de relanzamiento en los territorios digitales del deseo la Unidad Continental, deseo que nos constituye como Centro de estudios ubicado una Universidad Nacional del conurbano sur de Buenos Aires, Argentina, que asume su condición integracionista, señala el sitio.
La investigadora, utilizando metáforas que remiten al mundo futbolístico, se pregunta: ¿Cómo juega el Brasil de Lula? ¿Qué tácticas y estrategias utilizó el mandatario en el primer año de su tercer gobierno?
Según Martínez, uno de los modelos vigentes en la región, es el de “patio trasero” de Estados Unidos: “Subordinados a sus políticas injerencistas y de libre mercado, de apropiación y explotación de materia prima, de flexibilización y precarización de mano de obra, del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Plan Cóndor, etcétera”.
El otro modelo se caracteriza, explica la académica, por ser modelo soberano, de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), con agregado de valor a materias primas y políticas económicas proteccionistas, abierto al intercambio con países de oriente, que brega por el desendeudamiento externo y las políticas públicas de inclusión social y desarrollo económico.
Tras caracterizar ambos enfoques, la investigadora de la Universidad de Lanús menciona medidas concretas encaradas por la gestión Lula: “Veamos cuáles son algunas de las políticas económicas implementadas en el gigante sudamericano para ir develando su posicionamiento en relación a estas dos formas de «jugar». Durante el 2023, la potencia del sur logró un crecimiento de 3,2 por ciento de su PBI, equivalente a 2,23 trillones de dólares, y obtuvo una balanza comercial superior a los 90 mil millones de dólares. La inflación fue la más baja desde 2019, pasando del 4,49 por ciento en 2022, al 4,46 por ciento en 2023. De esta forma, logró ubicarse como la novena economía mundial por encima de Canadá y Rusia, según los datos del FMI que mide el crecimiento del PBI”.
Los datos y el análisis de Martínez desmiente todos y cada uno de los mitos neoliberales sobre crecimiento, inflación, balanza comercial, e inversión social, y demuestran (con cifras y argumentos) que no es necesario entregar soberanía para atraer inversiones, que es posible hablar de crecimiento económico sin olvidarse de cómo se reparte y, fundamentalmente, que el aumento de salarios no es el origen de todos los males, sino todo lo contrario.
Entregar soberanía y darles todo a las corporaciones a cambio de nada es otro mito que las políticas de Lula echan por tierra. Brasil recibe más inversiones extranjeras que Argentina.
“La inversión extranjera directa en Brasil saltó un 33,8 por ciento en enero”, publicó Infobae el 6 de marzo de 2024. “Brasil recibió en enero de este año inversiones extranjeras directas por 8.741 millones de dólares, valor en un 33,8 por ciento superior al del mismo mes de 2023 (6.532 millones de dólares)”, agrega el sitio de noticias del diario argentino.
“Brasil está considerado como el país de América Latina más atractivo para la inversión extranjera”, tituló Noticias Argentinas el 25 de abril de 2024. La nota agrega que ese país ocupa el puesto 19 entre las 25 naciones mejor evaluadas por los ejecutivos de las principales empresas del mundo, según un informe anual realizado por la consultora Kearney.
Kearney es una empresa estadounidense de consultoría de gestión global con oficinas en más de 40 países en todo el mundo.
Aumentan los ingresos y los puestos de trabajo
Desde el primero de enero de 2024, y luego de haber sido aprobado por el Congreso Nacional, las y los brasileños cuentan con un Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) de 1.412 reales, equivalente a 292,2 dólares. El aumento del 6,86 por encima de la inflación implicó una ganancia real para las y los trabajadores, pudiendo recuperar poder adquisitivo en relación a años anteriores, señala la nota de Nodal.
Martínez analiza que la gestión Lula considera fundamental la redistribución progresiva de la riqueza a través del ingreso para lograr el desarrollo económico. “Con más dinero en circulación, las ventas del comercio aumentan, la industria produce más, y la rueda de la economía vuelve a girar, permitiendo la creación de nuevos empleos”, dijo el presidente de Brasil, y sus palabras, que en otro momento acaso hubiesen resultado obvias, hoy son necesarias. Todo un síntoma de estos tiempos en que se vuelven a discutir temas que parecían ya resueltos, o al menos discutidos en otros términos.
La investigadora asegura que, a través de estas acciones, Brasil vuelve al camino del aumento salarial (después de largo tiempo) y las compara con gestiones anteriores como las de Michel Temer (2016-2018) y Jair Bolsonaro (2019-2022). En ambos casos el salario mínimo fue congelado o actualizado mínimamente, lo que produjo que millones de trabajadoras y trabajadores cayeran en la pobreza.
La tasa de desempleo más baja en diez años
El detallado informe de la investigadora indica que otra de las políticas fundamentales del gobierno de Lula fue la creación de fuentes de trabajo. Durante el año 2023 sumó 1.600.000 nuevos empleos, y redujo la tasa de desempleo al 7,4 por ciento, la más baja de los últimos diez años. “El grupo de personas ocupadas alcanzó el récord de 101 millones en el último trimestre del 2023, un crecimiento del 1,6 por ciento a diciembre de 2022. Mientras que la tasa de informalidad subió desde el 38,8 por ciento del total de empleados en el último trimestre de 2022 hasta el 39,1 por ciento en igual período de 2023, lo que significa que 39,5 millones de brasileños son trabajadores informales”, indica el trabajo de la investigadora de la Universidad de Lanús, que deja en claro que, más allá de los avances de Brasil, en este país y en buena parte de América Latina, el trabajo informal es un problema muy difícil de resolver.
Informe de la OIT sobre el trabajo informal
La página oficial de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala en un informe sobre empleo formal en todo el mundo, que seis de diez trabajadoras y trabajadores son informales, y que cuatro de cada cinco empresas opera dentro de la economía informal. Y más allá de que estos datos se refieren a la economía mundial, América Latina se cuenta entre las regiones más afectadas del planeta.
La OIT es la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dedicada al mundo del trabajo: “Está consagrada a la promoción de la justicia social, de los derechos humanos y laborales reconocidos internacionalmente, persiguiendo su misión fundadora: la justicia social es esencial para la paz universal y permanente. Única agencia tripartita de la ONU, la OIT reúne a gobiernos, empleadores y trabajadores de 187 Estados Miembros a fin de establecer las normas del trabajo, formular políticas y elaborar programas promoviendo el trabajo decente de todos, mujeres y hombres”, informa su página oficial.
“Contrariamente a las antiguas previsiones, la informalidad no ha disminuido con el tiempo e incluso está aumentando en muchos países. Las economías informales suelen caracterizarse por una alta incidencia de pobreza y graves déficits de trabajo decente. Sin formalización, el trabajo decente para todos y la equidad en la sociedad seguirán siendo una ilusión. En 2015, la OIT adoptó la Recomendación sobre la transición de la economía informal a la formal. La Recomendación es una poderosa herramienta para avanzar hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS). Durante los últimos años, un número creciente de países en todo el mundo han desarrollado estrategias y políticas para facilitar la transición a la formalidad. Los interlocutores sociales también están desarrollando sus relaciones con los trabajadores y las empresas de la economía informal”, señala el informe.
“La formalización de la economía es un proceso complejo y de largo plazo que a menudo requiere combinar intervenciones en leyes y regulaciones con aquellas destinadas a fomentar la productividad y la capacidad de generar riqueza. Para una parte de la fuerza laboral, la reducción del déficit de trabajo decente es el primer paso hacia una formalización progresiva a largo plazo. La importante reducción de la informalidad en algunos países ilustra que lograr resultados es en gran medida posible”, asegura la investigación de la OIT.
Déficit cero y PBI: nada que ver con la Argentina de Milei
Martínez señala que, durante 2023, Brasil tuvo un déficit de 30 mil millones de dólares, el equivalente al 1,4 por ciento del PIB. Y agrega que se inició el 2024 con el objetivo de alcanzar “el déficit cero”, un concepto economicista que en la Argentina de hoy se repite como un mantra, olvidando siempre la pregunta sobre a costa de quiénes se intenta alcanzar ese objetivo.
La investigadora de la Universidad de Lanús expone una pregunta que por estos días preocupa al gobierno de Javier Milei y que, a la vez, remarca las enormes diferencias existentes sobre el tema entre el anarco-capitalista y Lula.
“Pero ¿de dónde saldrán los dólares para alcanzarlo?”, se pregunta Martínez para luego hacer una comparación entre Argentina y Brasil.
“Mientras que en Argentina, actualmente presidida por el anarco capitalista Javier Milei, el déficit cero del mes de enero fue explicado por un recorte presupuestario en jubilaciones y pensiones, programas sociales, Asignación Universal por Hijo (AUH), partidas presupuestarias destinadas a provincias, entre otros, Brasil propone que quienes pongan esos dólares, sea la clase que concentra la riqueza del país”, señala la académica en la nota publicada por Nodal.
Martínez agrega que Brasil, “a través del Ministro de Economía Fernando Haddad, implementó un impuesto a los fondos de inversión de los «superricos» que permitió que la recaudación tributaria del mes de enero haya sido la mejor de la historia. Según informó la Secretaría de Ingresos Federales de Brasil, la recaudación tributaria del primer mes del año fue de 56.800 millones de dólares, un aumento real del 6,67 por ciento respecto al mismo mes de 2023.
“Brasil: Lula promulgó una ley que cobra impuestos a las inversiones de los «superricos»”, tituló La Nación entrecomillando el concepto que les resulta problemático. “Esta medida recaerá también sobre las empresas offshore; el gobierno pretende recaudar el equivalente a 6.000 millones de dólares hasta 2025”.
“Impuesto a los superricos de Brasil genera la mejor recaudación de la historia en enero”, tituló Ámbito Financiero, que agrega en la bajada: “El aumento de la recaudación es considerado la pieza clave para el objetivo del déficit cero planteado por el ministro de Hacienda, Fernando Haddad”.
“El Senado de Brasil aprobó el proyecto de Lula da Silva que sube los impuestos a las inversiones de los más ricos”, tituló Infobae, que considera que es “una una apuesta del equipo económico del gobierno para aumentar los ingresos en 2024 y reducir el déficit de las cuentas públicas”.
En las antípodas de las políticas de Lula que cobran impuestos a los grandes fondos de inversión, el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), que es uno de los capítulos clave de la ley Bases de Milei, es exactamente lo contrario: propone un amplio y flexible blanqueo de capitales, otorga enormes beneficios impositivos y cambiarios a los fondos de inversión, y cede soberanía. Apunta a desindustrializar el país y convertirlo en una guarida fiscal. Hasta el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) advirtió sobre los peligros de la propuesta. Esta organización está integrada por países que difícilmente podrían ser caracterizados como soviéticos, o en manos de líderes comunistas: Alemania, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Portugal, y Reino Unido.
Pero el aumento en la recaudación que experimenta Brasil también estuvo impulsado por el incremento de la masa salarial, que aumentó un 7,2 por ciento, agrega la nota. Además, el gobierno de Brasil tomó la decisión de realizar exenciones impositivas a diversos sectores productivos, principalmente de productos manufacturados. De esta forma comprueba en la práctica que es posible recaudar más a partir del crecimiento económico y los impuestos progresivos.
“A través de las políticas proteccionistas de la industria y del empleo local, de su posicionamiento en defensa de los derechos humanos y promoción de la paz, y la búsqueda de la cooperación internacional, Brasil se constituye en una alternativa distinta al libre comercio y la valorización financiera en detrimento de la producción y el trabajo, al tiempo que se opone abiertamente al neofascismo que resurge en la región”, concluye Martínez.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 11/05/24
¡Sumate y ampliá el arco informativo! Por 3000 pesos por mes recibí todos los días info destacada de Redacción Rosario por correo electrónico, y los sábados, en tu casa, el semanario El Eslabón. Para suscribirte, contactanos por Whatsapp.