Con margen ajustado y represión policial, el Gobierno obtuvo la aprobación con modificaciones de dos leyes, que volverán a Diputados. Las herramientas para el topo que quiere destruir el Estado.

Con el necesario voto de la vicepresidenta Victoria Villarruel para destrabar el empate, el Senado de la Nación le aprobó con modificaciones la ley Bases y el paquete fiscal a Terminator, el presidente que viene “de un futuro apocalíptico para impedir el avance del socialismo” con el objetivo de “destruir el Estado”, mientras centenares de protagonistas de otra película, Robocop, gaseaban y apaleaban disidentes en las inmediaciones del Congreso con el propósito de evitar que “grupos terroristas” intentaran “perpetuar un golpe de Estado”, según la primera versión de un tuit de la Oficina del Presidente, luego debidamente corregido por “perpetrar”, ya sin la incómoda intermediación del inconsciente. Ambas normas, que ya habían llegado raleadas a la Cámara alta, recibieron nuevas modificaciones contra los intereses del Gobierno de los hermanos Karina y Javier Milei, que deberán ser tratadas ahora por Diputados. De todos modos, permanecen en pie las facultades que el Poder Legislativo delega en el Ejecutivo, cuyo titular se definió hace una semana como “el topo dentro del Estado” en cuyas estructuras representa a un “infiltrado” que procura “destruirlo por dentro”. El margen de maniobra del presidente será amplio. La mayoría de los argentinos, independientemente de sus preferencias políticas y de que sean conscientes o no de ello, requieren de la existencia del aparato estatal para el desarrollo cotidiano de sus vidas, del mismo modo que lo necesitan los actores económicos y productivos, aunque en ocasiones con diferente sentido. Las normas en debate ceden soberanía, recortan derechos y desarticulan las capacidades estatales.

La base está

Tras 13 horas de debate, y mientras afuera del Congreso se dio primero una gran movilización y luego del retiro de los sindicatos una violenta represión no exenta de extraños condimentos, la presidenta del Senado debió acudir a su facultad de votar ante el empate en 36 voluntades por lado cuando se puso a consideración del cuerpo el tratamiento en general de la ley Bases. Villarruel explicó que su voto era afirmativo y lo fundó en “los argentinos que sufren, que esperan” y también en aquellos que “no quieren ver a sus hijos irse del país”, posibilidad que no está al alcance de todos.

La versión de la ley Bases que aprobó el Senado, y que ya había sido recortada primero por el Ejecutivo y luego por Diputados, dejó afuera la eliminación de la moratoria para personas que no cumplan con los requisitos legales para acceder al sistema previsional (jubilaciones, que implicaba un daño particular para las mujeres); quitó de la lista de empresas a privatizar a Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y Radio y Televisión (RTA); y modificó una serie de artículos del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI).

Foto: Sofia Barrios | El Eslabón/Redacción Rosario

En el último caso, la sanción del Senado circunscribió su aplicación a los sectores “foresto industria, infraestructura, minería, energía y tecnología”; llevó a un mínimo del 20 por ciento de la inversión la contratación de proveedores locales; y limitó la obligación de liquidación en el mercado de cambios a las divisas que ingresen por exportaciones de productos que generen los proyectos. De acuerdo al proyecto aprobado en la Cámara alta en la noche del jueves, será de un 20 por ciento luego de dos años de iniciada la inversión; 40 por ciento después de tres años; y 100 por ciento a partir de los cuatro.

Los cambios introducidos por el Senado a la media sanción que votó Diputados el 30 de abril hizo que el proyecto y sus modificaciones deba regresar en revisión a la Cámara baja, que posee distintas alternativas: aprobar la ley como quedó dispuesta en la Cámara alta, o insistir en su versión de la norma. En cualquier caso, y si se aprobara alguna de esas versiones, Terminator posee la facultad de vetarla parcial o totalmente.

En ese escenario, el Congreso debe revisar la decisión del Ejecutivo, pero para rechazarla requiere de la voluntad de dos tercios de sus integrantes, una mayoría que hoy no posee ninguna de las fracciones legislativas.

Empaquetado

También el paquete fiscal impulsado por el Gobierno, que se aprobó durante la madrugada, sufrió severas modificaciones en relación a la propuesta emanada de la Casa Rosada, pero pergeñada en otras oficinas.

Puntualmente, el Senado rechazó la propuesta de reimposición del impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría (trabajadores) que había aprobado la Cámara de Diputados, y que había sido eliminado sobre el final del Gobierno de Alberto Fernández, a instancias de su ministro de Economía, Sergio Massa.

La propuesta que impulsa el Gobierno, y que recibió un revés de la Cámara alta, no sólo reimplantaba el tributo, sino que ampliaba el universo de contribuyentes, mediante una modificación del mínimo no imponible que establecía en 1,8 millón de pesos para los solteros y 2,2 millones para el salario bruto (no de bolsillo) de personas casadas.

Hasta ahora, y por el rechazo del Senado, el mínimo no imponible continúa fijado en 15 salarios Mínimos, Vitales y Móviles, que a valores de mayo son unos 3,5 millones de pesos.

Una parte de los gobernadores de lo que en vida fue Juntos por el Cambio (JxC) avalaba el regreso de la aplicación de Ganancias, atento a que se trata de un impuesto coparticipable. Otros, de provincias patagónicas en las que los salarios de sus principales industrias son más altos, no adherían a la propuesta, porque atentaba contra el bolsillo de la mayoría de sus poblaciones.

Foto: Sofia Barrios | El Eslabón/Redacción Rosario

Por mayoría simple, el Senado también rechazó el capítulo del paquete tributario relativo a los cambios impulsados por los hermanos Milei en cuanto al impuesto a los Bienes Personales, que grava el patrimonio. La propuesta oficial elevaba la base no imponible y reducía notablemente las alícuotas, además de permitir un pago adelantado con beneficios. Para exorcizar la tristeza de los ricos.

A diferencia de Ganancias (que tuvo 41 votos por el rechazo y 31 por la aprobación), el rechazo a Bienes Personales no estaba en los planes de la Casa Rosada.

En general, el paquete fiscal fue aprobado por 37 votos a 35, gracias al radical Martín Lousteau, quien explicó que estaba en contra, pero votaba a favor, por solicitud de los gobernadores de su palo. “Este Gobierno elige la austeridad y la responsabilidad fiscal cuando mira a los jubilados, pero después opta por ser populista y degenerado fiscal con los más privilegiados”, dijo.

Lo que sí se aprobó del paquete fiscal –aunque aún falta la revisión de Diputados– es una modificación al régimen de monotributo, con nuevas alícuotas que, en el caso de la más alta, llegaría a 375 mil pesos por mes. Duro con los más débiles.

También tuvo el aval del Senado la moratoria impositiva, así como el proyecto de blanqueo de capitales de los hermanos Milei. Quienes adhieran al perdón por hasta 100 mil dólares no tendrán que abonar ninguna penalización por los bienes no declarados, mientras que aquellos que superen ese importe deberán pagar en una primera etapa una alícuota del 5 por ciento sobre el excedente declarado, que luego se fija en 10 por ciento y más adelante en 15.

Terroristas pobres

El tratamiento de la ley Bases y del paquete fiscal en el Senado estuvo acompañado, afuera del Congreso, por una notable movilización sindical y de organizaciones sociales, estudiantiles, de derechos humanos y culturales de distinto pelaje. El líder camionero Pablo Moyano solicitó a los legisladores el rechazo de los proyectos en tratamiento y retomó la frase que su padre, Hugo, hizo popular durante el debate de la reforma laboral durante el gobierno de Fernando de la Rúa, acerca del uso de “la Banelco”, en alusión al pago de coimas para sancionar la norma.

Durante el debate de esta nueva reforma contra los intereses y las necesidades de los trabajadores, sobrevoló el mismo fantasma.

El caso más expuesto fue el de la senadora neuquina Lucila Crexell, quien un día antes de la votación confirmó que el Gobierno le ofreció y ella aceptó ser designada embajadora en la Unesco, con un ingreso mensual de 12 mil dólares.

“Mi formación académica está vinculada a los temas de la agenda internacional”, dijo, y recordó: “Voté en contra del DNU y me dijeron de todo. Ahora, voy a votar a favor de esta ley porque es una herramienta que el Gobierno necesita y el país necesita”. La famosa aclaración que oscurece.

Como sea, la media sanción con modificaciones en el Senado supuso un cambio para el Gobierno a su lógica de no dialogar con nadie a pesar de su debilidad legislativa, lo que redundó en las concesiones antes mencionadas.

Foto: Sofia Barrios | El Eslabón/Redacción Rosario

Tal vez por eso la Oficina del Presidente celebró “la histórica aprobación en general de la ley Bases” partiendo de “38 diputados y 7 senadores, con grupos terroristas atacando el Congreso, debiendo desplegar las fuerzas de seguridad en defensa de la democracia, con la casta política resistiendo y operando hasta último momento, y debiendo recurrir al desempate de la vicepresidente de la Nación”, que aunque es mujer la menciona con el artículo femenino y el sustantivo masculino.

La narrativa oficial busca dotar cada medida o acción de gobierno de un tinte epopéyico y heroico, aunque se trate de cuestiones nimias y triviales. Por eso, el ajuste “es el más grande de la historia de la humanidad”, el país no busca mejorar sino “volver a ser potencia” y la figura de Milei no se reduce a la de un presidente, sino que se autodefine como “un líder mundial”. Para achicar siempre hay tiempo.

En esa misma lógica, el Gobierno calificó como “terrorismo” a las trifulcas ocurridas en las inmediaciones del Congreso, que se sucedieron una vez que se retiraron las columnas sindicales.

La represión de la protesta, cuando además incluye encapuchados y el incendio de un vehículo de un medio de comunicación, es todo ganancia para una Gobierno que hace del desprecio por el otro y su estigmatización una política pública, en representación de sectores sociales que se solazan con el palito de abollar ideologías.

Bajo esa lógica, la Oficina del Presidente felicitó mediante un tuit “a las Fuerzas de Seguridad por su excelente accionar reprimiendo a los grupos terroristas que, con palos, piedras e incluso granadas, intentaron perpetrar un golpe de Estado, atentando contra el normal funcionamiento del Congreso de la Nación Argentina”.

Terroristas ajustados que buscan asaltar el poder con escaso armamento: palos y piedras. La primera versión del tuit decía que intentaron “perpetuar” un golpe de Estado. Para el análisis freudiano.

Suficiente

A seis meses de iniciado el experimento “anarcocapitalista” sobre personas, el Gobierno de La Libertad Avanza (LLA) no obtuvo todavía su primera ley en el Congreso. Lo ocurrido en la madrugada del jueves devuelve el proyecto a Diputados, que será quien defina la suerte de la norma, notablemente reducida en relación a la original y modificada por las y los legisladores que, al igual que Milei, también fueron elegidos por la voluntad popular. Los hermanos necesitan un triunfo político como el país dólares.

De todos modos, lo acordado entre LLA y los bloques “dialoguistas” del Poder Legislativo es suficiente –principalmente si se tiene en cuenta la amplia delegación de facultades– para modificar drásticamente la estructura económica, laboral y social de la Argentina, que el Gobierno desea ofrecer a algún postor, no necesariamente al mejor.

El Gobierno necesita la ley –cualquier versión, a esta altura– como símbolo ante diversos actores globales y locales de que el experimento puede ser, al menos, medianamente exitoso. Sustentable, le dicen en términos técnicos. Es lo que requiere el FMI, posibles inversores, otros organismos multilaterales de crédito, el establishment local y foráneo.

Ahí radica la imperiosa necesidad oficial. Por lo demás, Milei ya ha probado a propios y extraños que es capaz de multiplicar el dolor social sin miramientos y con las herramientas que posee, una del universo de la ferretería y otra del mundo de los electrodomésticos: motosierra y licuadora.

Foto: Julia Oubiña | El Eslabón/Redacción Rosario

Además del mendrugo que le ofreció el Senado, esta semana recibió la buena noticia de la renovación del swap con China, por 5 mil millones de dólares. Sin embargo, el “campo” continúa mezquinándole la liquidación de dólares de la cosecha, que en mayo fue de un 37 por ciento inferior al mismo mes de 2023, pero en esta ocasión sin la peor sequía del último medio siglo.

Esa acción deliberada de los exportadores, que contribuyó junto a la drástica baja de la tasa de interés por parte del Banco Central a la primera corrida del dólar que enfrenta Milei, encontró un calmante –durante el jueves– en la aprobación por parte del Senado de las leyes impulsadas por el Gobierno. De todos modos, aún falta la revisión de Diputados. Si la obtienen, los hermanos Milei sueñan con firmar –acaso en julio– el fallido Pacto de Mayo y –otra vez– refundar la Argentina.

La represión policial de la protesta y el ajustado “triunfo” legislativo oficial –con o sin Banelco– muestran que las políticas de Terminator no cuentan con una amplia legitimidad social, aun cuando en algunos sectores todavía perdura la idea del ajuste con resignación en rechazo a “lo anterior”.

Las manifestaciones contra las decisiones oficiales revelan, por su parte, que vastos sectores sociales no acuerdan con las consecuencias del experimento oficial sobre seres vivos. Por el momento, carecen de una representación política que los aglutine y les ofrezca un personaje que advierta la llegada de un futuro apocalíptico que detenga el avance del anarcocapitalismo.

Hijes

Una moción de orden realizada para detener la sesión y que un grupo de senadores fuera a ver lo que sucedía afuera del Congreso, durante la represión policial, escenificó y actualizó el drama argentino reciente.

El senador de Unión por la Patria, Eduardo Wado de Pedro, realizó la moción pero la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, se lo impidió y le dijo que si quería salir del recinto nada lo detenía.

Entonces se produjo un cruce de palabras. El hijo de desaparecidos durante la última dictadura le dijo: “Yo sé que usted reivindica un régimen distinto, pero este es un régimen democrático y republicano”.

“Senador, no me haga entrar en su historia personal”, respondió la hija de un represor que murió sin ser juzgado, en relación a la historia del bebé que fue separado de su madre cuando la mujer fue secuestrada por una patota y trasladada ilegalmente al centro clandestino de detención El Olimpo al que, según testimonios de sobrevivientes, llegó muerta. El padre de aquél bebé había sido desaparecido y asesinado unos meses antes.

Las herramientas según Lewandowski

El senador nacional santafesino de Unión por la Patria (UxP), Marcelo Lewandowski, afirmó tras la aprobación en la Cámara alta de la ley Bases y el paquete fiscal, que uno de los pocos argumentos del oficialismo y sus aliados en favor de las normas fue “hay que darle las herramientas al Gobierno”. “Pero lo que le estamos dando –explicó– es una masa y un cortafierros para que rompa todo, a alguien que dice que él va a destruir el Estado”.

“Estoy muy preocupado por lo que se viene en Argentina”, dijo el senador en una entrevista para el programa Poné la pava, que se emite por Radio Rebelde. “Uno sabe cómo termina esto, porque esta película ya la vio”.

Lewandowski sostuvo que como legislador santafesino y de la Región Centro, que comparten estructuras productivas, no existía manera de votar favorablemente el RIGI, cuyas consecuencias serán nefastas para las pequeñas y medianas empresas.

“Cuando se bajen las alícuotas de importaciones, hay empresas que van a dejar de trabajar, otras que van a vender menos, y trabajadores que van a perder su puesto de empleo”, sostuvo.

Para el senador, “si votaste este RIGI, ponés a nuestras empresas en serio riesgo, esa es la realidad, después que la dibujen como quieran”.

En esa línea, el senador señaló que “claramente a la hora de votar, nosotros expresamos cuáles eran los problemas que veíamos con el RIGI, con la política exterior, con la reforma laboral”.

Mientras que “del otro lado encontramos el discurso de que hay que darle las herramientas al Gobierno, que venimos del fracaso, pero lo que le estamos dando es una masa y un cortafierros para que rompa todo, a alguien que dice que él va a destruir el Estado”, completó.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 15/06/24

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