Este viernes 28 se presenta un libro que da cuenta de una investigación sobre los sentidos de la escolarización que construyen jóvenes que viven en contextos de pobreza urbana y de distintas violencias, en Rosario. Es un trabajo realizado por antropólogas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). La presentación es a las 17, en el aula 8C Piso 3 de la Facultad de Humanidades y Artes (Entre Ríos 758), en el marco de la Feria de Editoriales Independientes y Universitarias (va desde este jueves y hasta el sábado 29).
Jóvenes y escuela secundaria. Un estudio antropológico en contextos de pobreza urbana y distintas violencias, así se llama el libro de Laborde Editor, de las autoras Mariana Nemcovsky, Gabriela Bernardi, Mercedes Saccone, Marilin López Fittipaldi, Mirna Calamari, Florencia Debonis, Mara Dobry, Eliana Maiolino, Noelia Martínez y Marina Santos.
La obra da cuenta de una investigación realizada entre 2015 y 2019 (continúa) en una escuela técnica ubicada en un contexto de pobreza y muchas carencias de Rosario, que no se nombra pero se historiza y describe en el trabajo. La primera edición del libro se agotó rápidamente, ahora se reedita y se presenta en este encuentro de editoriales que se da en Humanidades.
En charla con Redacción Rosario, Mariana Nemcovsky destaca los aportes de esta investigación. “Uno es visibilizar que les jóvenes construyen sentidos que valoran positivamente el tránsito por la escuela secundaria. Nosotros discutimos esa idea de desvalorización o del sinsentido de la escuela, de ese formato perimido. Discutimos esas concepciones y lo hacemos desde lo que documentamos e interpretamos en nuestro trabajo”, dice la antropóloga y docente universitaria.
Asegura que los sentidos que les dan las y los jóvenes a la escuela secundaria son diversos, pero en general, lo común es una valoración del lugar en el que los ubica la escuela. Remarca que la analizada es una población de estudiantes que vive en contextos de pobreza, de villa miseria, otros en barrios que no tienen acceso a servicios básicos o ese acceso es restringido; además de pertenecer a grupos familiares que trabajan en condiciones de precarización, incluso las y los mismos jóvenes.
La investigación -continúa Nemcovsky- también “contribuye a visibilizar las condiciones concretas en que se despliegan las experiencias educativas y también a tensionar qué sucede con las denominadas políticas de inclusión”.
“Si bien son políticas (las de inclusión) que tienden a paliar y que es importante que estén para poder generar algún nivel de equidad, las condiciones de desigualdad estructural no se tocan para nada”, advierte la investigadora. Asegura que estas políticas de inclusión educativa desplegadas años anteriores eran significativas pero no alcanzaban para cambiar “las condiciones concretas de existencia”.
Nemcovsky recuerda que la investigación y la historización que realizan de los procesos estudiados “toman períodos en los cuales las políticas en general, y las educativas en particular, se han ido transformando no para bien”. La investigación arrancó y transcurrió en el gobierno de Mauricio Macri, “cuando el Ministerio de Educación (de la Nación) se transformó en Ministerio de Educación y Deportes, y cuando muchos de los proyectos educativos, que eran muy importantes para esta escuela técnica, como el Plan Conectar Igualdad, fueron muy afectados”.
En el libro describen cómo estas decisiones afectaron de manera concreta “la formación de les jóvenes, a partir del desfinanciamiento, de la interrupción de la entrega de netbooks, o porque no se reparaban las que ya estaban”, por ejemplo. “Todas cuestiones que hemos ido documentando sobre lo que pasaba en el cotidiano de la escuela”, agrega.
La investigadora considera que resulta muy interesante mostrar, en relación con los sentidos de la escolarización de las y los jóvenes, las razones de por qué van a esa escuela: “En principio nos sorprendimos, porque en realidad no hay una búsqueda de una formación técnica sino de la posibilidad de finalizar la escolaridad obligatoria y como dicen elles, «en una escuela que nos acepte». Es una de las pocas escuelas que perciben que los reciben; que además les resulta accesible, cercana a sus domicilios, que está en el territorio donde viven. Una escuela a donde van amigos, y que comparte edificio con la primaria, a la que muchos fueron”.
Y además -subraya Nemcovsky- la relación con las y los docentes “es respetuosa, de mutuo intercambio y aprendizajes”.
Todas las autoras del libro Jóvenes y escuela secundaria son antropólogas, entre ellas becarias del Conicet, profesoras universitarias y también están quienes trabajan en institutos de formación docente.
El libro “es producto de un proceso colectivo de investigación antropológica. En estos tiempos, ser parte de un proceso de construcción colectiva es un modo de resistir” ante el individualismo predominante, valora Nemcovsky y afirma que esa manera de concebir el trabajo aporta “modos de entender el encuentro con el otro, a proyectar con otros y a pensar la sociedad que vivimos con otros”.
El trabajo es un Proyecto de Investigación y Desarrollo (PID) inscripto en la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNR. Además fue presentado a un concurso del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (Inet).
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Ángel Cosentino
28/06/2024 en 20:15
Felicitaciones a las autoras de este libro, por la dedicación y el tiempo que han dispensado para llegar a las conclusiones que comentan. Un tema de tanta actualidad que se manifiesta en gran medida, en las y los jóvenes que viven en situaciones precarias y que llegan por ese motivo a la violencia.
Deseo que el mensaje que están dando, sirva para que aquellos que disponen de los medios para mejorar la situación de vida de los mismos, realicen las gestiones que corresponden.
Saludos cordiales para quienes con tanta sensibilidad y empatía, han emprendido un proyecto tan importante. FELICITACIONES.
Ángel Cosentino