La teoría del “lobo solitario” como explicación del atentado contra Donald Trump abre un amplio abanico de especulaciones. La que apunta a un fantasmático “marxismo internacional” sería divertida si no la esgrimieran grupos y dirigentes autoritarios y violentos.

Pueden pasar días, meses, años o décadas hasta que se sepa qué ocurrió, qué hubo detrás, cuáles fueron los objetivos y las motivaciones del atentado contra Donald Trump del sábado 13 de julio, en Butler, Pensilvania. O acaso no se sepa nunca. Todavía hoy, en Estados Unidos, circulan decenas de teorías sobre el asesinato del entonces presidente John Fitzgerald Kennedy, ocurrido el 22 de noviembre de 1963. Tras más de 60 años, la discusión, y las pujas entre diferentes hipótesis, están lejos de cerrarse. Haría falta alguna prueba contundente que dirima la cuestión. Pero la noción de “prueba contundente” también es motivo de controversia por estos días, porque no hay consenso sobre qué hace falta para que algo sea considerado verdad. 

En el caso del ataque al ex presidente y candidato, hay unos pocos hechos que están fuera de discusión. Hubo disparos, dos muertos, tres heridos. Se identificó al atacante, Thomas Crooks, de 20 años, y no mucho más. Mientras las investigaciones están en marcha, las dudas que genera el ataque, transformadas en sospechas, dan lugar a un número infinito de teorías.

Algunas resultan útiles para pensar el tema, porque marcan los aspectos irresueltos, la información incompleta o incongruente, y generan preguntas. Otras, en cambio, sólo son útiles como marcas de época, y como síntomas de la ruptura de ciertos consensos cognitivos. Estas últimas no contienen preguntas sino que, por el contrario, poseen todas las respuestas. Y son respuestas seguras, sencillas, nítidas, que excluyen toda duda. 

El conspiracionismo crece y se multiplica porque tiene una ventaja esencial sobre una indagación más honesta: no necesita fundamentar sus afirmaciones, no necesita pruebas, ni testimonios, ni datos comprobables. Todo vale.

Y el problema de ese “todo vale” no es sólo cognitivo, y su análisis no se agota en un académico mapeo de cómo funcionan los procedimientos de manipulación, el odio, el desprecio a la verdad y los fundamentos, y el papel de las redes sociales. Lo peligroso es la instrumentalización de un hecho para seguir alimentando la creación del “enemigo”, para incrementar el proceso de demonización de ciertos grupos sociales, para marcar a “los matables”, a los responsables de todo lo malo que sucede en el mundo. Los representantes del Mal.

De todas las teorías conspiracionistas que generó el atentado contra Trump, la ultraderecha internacional, como suele ocurrir, eligió la más demencial, la más delirante, la más alejada de todo dato, hecho o realidad. Cuanto más a la derecha del espectro político posemos la mirada, hallaremos un grado mayor de falsedad, mendacidad y desprecio por la verdad.

El ataque a Trump resultó de gran ayuda a la gran puesta en escena (o “realidad paralela”) que vienen construyendo desde hace años estos grupos extremistas: una suerte de parodia de la Guerra Fría, pero con todos sus componentes patológicos exacerbados. La exageración que rompe todo los límites (lógicos, racionales) está muy presente y los define como “extremos”.

Por momentos parece una suerte de competencia sobre quién hace la afirmación más arbitraria y libre de las agobiantes regulaciones de los fundamentos y argumentos: “Fue el marxismo globalista internacional”. O: “Fue Biden”.

La oreja escaldada habilita, asimismo, a profundizar los componentes mesiánicos de las ultraderechas en general, y del trumpismo en particular. Poco después del ataque, Trump dijo que salir con vida fue obra de Dios, que lo eligió a él para combatir el Mal en el mundo. Esos planteos, que atrasan milenios, han sido y siguen siendo responsables de persecuciones, masacres, guerras, y todo tipo de calamidades. 

Dos bibliotecas

La cantidad de materiales, libros, documentos, películas y confesiones que prueban que Estados Unidos participó de miles de conspiraciones y operaciones secretas en todo el mundo y contra todo el mundo (propios y ajenos) es inmensa. Igualmente abundantes son los testimonios de “lobos solitarios” que produjeron masacres en lugares públicos o asesinaron celebridades. Hay dos bibliotecas sobre el tema, y resulta muy difícil, al menos al cierre de esta edición, definir cuál de ellas resulta más confiable.

En Estados Unidos, cuatro presidentes en ejercicio resultaron asesinados. Además de John Fitzgerald Kennedy, William McKinley (1901), James Garfield (1881), y Abraham Lincoln (1865).

También se produjeron intentos fallidos. Theodore Roosevelt (1912) y Ronald Reagan (1981) son los más célebres.

Robert Kennedy, senador y hermano de John Fitzgerald, fue asesinado en 1968, y también integra una larga lista de dirigentes políticos baleados. Atentar contra dirigentes y candidatos no es un problema exclusivo de América Latina, aunque se lo mira a través de otra lente según dónde suceda.

Pero la nómina más extensa es la de militantes por los derechos humanos asesinados. Martin Luther King (1968) y Malcom X, por sólo tomar dos ejemplos, entre otros.

No todos estos crímenes fueron resueltos. Habrá que tener paciencia para llegar al fondo de lo ocurrido el sábado 13 de julio, en Butler, Pensilvania. O bien, si nos acecha la ansiedad o el deseo de tener razón, la oferta de hipótesis posta-posta es enorme, variada y para todos los gustos, ideologías y preferencias. 

Tras los muchos asesinatos, o intentos de asesinato, contra dirigentes y candidatos que registra la historia de Estados Unidos se reprodujo el mismo esquema que hoy vuelve con relación al ataque a Trump: Lobo solitario versus conspiración. 

La teoría del lobo solitario es, para las autoridades y grupos de interés, una manera fácil y sencilla de cerrar el caso sin salpicar a nadie. Más específicamente, a ninguna de las 34 agencias que componen la comunidad de inteligencia en Estados Unidos. El número es aproximado. Pueden ser más, en secreto, como sucedió con la  Agencia Nacional de Seguridad (en inglés, NSA).  Nació en 1952, con la firma del presidente Harry Truman (1945-1953), pero el gobierno no reconoció su existencia hasta más tarde, lo que llevó a que recibiera el apodo de “No existe tal agencia” (“No Such Agency”).

Pero, al mismo tiempo, el presunto lupus antisocial abre ciertos interrogantes sobre la cultura y los problemas sociales de Estados Unidos. Y además habilita análisis sociológicos, políticos y psicológicos sobre los efectos del capitalismo sobre la subjetividad.

Dentro de estos análisis, ocupa un lugar muy importante el que pone el foco en la facilidad que tienen las ciudadanas y los ciudadanos estadounidenses para acceder a las armas. Para una parte de la población, es un grave problema: una lacra letal contra la que cientos de movimientos sociales militan activamente. Pero para otros sectores sociales, y para la industria armamentística, no.

“Por las armas de fuego mueren más niños menores de 18 años en EEUU que por cualquier otra razón”, informó el medio estadounidense CNN en la nota titulada “El problema de las armas de fuego en EEUU, la principal causa de muerte entre niños

March for our Lives” (“Marcha por nuestras vidas”) señala en su página oficial:  “Las armas son la principal causa de muerte entre los jóvenes”. 

“Hoy, el movimiento cuenta con nuevas voces, nueva influencia e incluso un nuevo nombre: el movimiento de prevención de la violencia armada. Su agenda incluye campañas educativas y culturales, demandas contra comerciantes y fabricantes de armas, y boicots y campañas de peticiones para atraer empresas al movimiento”, señala la nota titulada “The New Gun-Control Movement” (“El nuevo movimiento de control de armas”) publicada en el medio estadounidense The Chronicle of Philanthropy.

“La multitud de grupos dentro del movimiento sugiere una nueva fuerza. De las cinco organizaciones nacionales más grandes, Brady es la más antigua, con sus raíces en la década de 1970. Lleva el nombre del defensor del control de armas Jim Brady, el secretario de prensa de la Casa Blanca herido en el intento de asesinato del presidente Ronald Reagan en 1981. March for Our Lives, lanzada por estudiantes sobrevivientes del tiroteo en la escuela secundaria de 2018 en Parkland, Florida, es la más nueva”, agrega el informe.

Para otra parte de la sociedad, la tenencia y portación de armas es un derecho constitucional consagrado por la segunda enmienda.  El texto de la segunda enmienda, según la traducción oficial, señala: “Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas”.

El 15 de diciembre de 1791, los recién estrenados Estados Unidos de América ratificaron la Declaración de Derechos, las diez primeras enmiendas a la Constitución, que confirman los derechos fundamentales de sus ciudadanos. La tenencia de armas se colocó al mismo nivel que la libertad de expresión, de prensa, de religión y de reunión.

4 de julio violento y máquinas expendedoras de balas

“Al menos 33 personas murieron en Estados Unidos y varias resultaron heridas como consecuencia de tiroteos y otros actos de violencia que tuvieron lugar en el fin de semana largo del 4 de julio, cuando el país celebró sus 248 años de independencia”, informó Página 12 en la nota titulada “Estados Unidos: al menos 33 muertos por tiroteos en el Día de la Independencia”.

“Históricamente, las celebraciones del 4 de julio representan uno de los períodos más mortíferos del año en Estados Unidos: 2024 no sólo no fue la excepción sino que triplicó el número de víctimas fatales que se produjeron en 2023, cuando perdieron la vida 10 personas y más de 60 resultaron heridas”, agrega el medio argentino, que detalla que hubo tiroteos en más de 10 ciudades.

Una semana después del sangriento Día de la Independencia, la empresa estadounidense American Rounds empezó a comercializar municiones de venta libre a través de máquinas expendedoras.

“Estados Unidos es conocido a nivel mundial por el derecho que tienen los ciudadanos de algunos estados para comprar y portar armas. Alabama, Oklahoma y Texas son algunos de los lugares en los que las regulaciones en este sentido son más flexibles. Aprovechando esa situación, una empresa decidió poner municiones a la venta en supermercados de esas jurisdicciones”, señaló el diario argentino La Nación en la nota titulada “Venden balas en máquinas expendedoras de supermercados de EEUU: en qué estados se encuentran”.

“Esta iniciativa, lanzada por la firma American Rounds, permite a los clientes adquirir balas en máquinas expendedoras. Estos aparatos eléctricos cuentan con un sistema robusto de seguridad, por el cual los compradores deben escanear su licencia de conducir para validar su edad y realizar un escaneo facial para confirmar su identidad”, agrega la nota.

El diario estadounidense Los Angeles Times eligió un título más sugerente para dar a conocer el mismo hecho: “Leche, huevos y ahora balas a la venta en máquinas expendedoras en un puñado de tiendas de EEUU”.

“Una compañía ha instalado máquinas expendedoras computarizadas para vender municiones en tiendas de abarrotes de Alabama, Oklahoma y Texas, permitiéndoles a los clientes comprar balas junto con un cartón de leche”, precisa el medio estadounidense, al tiempo que agrega que American Rounds señaló que sus máquinas utilizan un escáner de identificación y un programa de reconocimiento facial para verificar la edad del comprador y son tan “rápidas y fáciles” de usar como una tableta. 

“Sin embargo, a los activistas les preocupa que la venta de balas a través de máquinas expendedoras resulte en más tiroteos en Estados Unidos, donde la violencia por armas de fuego causó la muerte de al menos 33 personas tan sólo el Día de la Independencia”, agrega la nota.

La empresa sostiene que la tecnología de verificación de edad significa que las transacciones son tanto o más seguras que las ventas en línea, las cuales pueden no exigir que el comprador compruebe su edad, o en tiendas minoristas, donde existe el riesgo de robo. “Estoy muy agradecido con quienes se toman el tiempo de conocernos y no se limitan a hacer suposiciones sobre lo que hacemos”, declaró el director general de la firma que fabrica las balas, Grant Magers. “Estamos muy a favor de la segunda enmienda, pero también de la tenencia responsable de armas, y esperamos estar mejorando el entorno de la comunidad”, señaló el empresario.

El diario de Los Ángeles señala además que la venta de productos restringidos por edad a través de máquinas expendedoras no es completamente nueva. Tecnologías similares ya se utilizan para vender bebidas alcohólicas y cannabis en estados donde su uso es legal.

Según Magers, la idea de vender municiones en supermercados surgió a partir de solicitudes de los mismos establecimientos, interesados en ofrecer un servicio adicional a sus clientes. “Alguien en esa comunidad podría tener que conducir una hora o más para abastecerse si quiere ir de caza, por ejemplo”, explicó el directivo. “Nuestros supermercados querían ofrecer a sus clientes otro producto que consideraban popular”, concluyó.

Publicado en el semanario El Eslabón del 20/07/24

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