La banda Garage salió a pista a fines de 2023 y este año metieron quinta a fondo. Tienen entre 14 y 16 años, hacen rock pesado y tienen a Pappo como faro. La movida cultural actual, la Gurruchaga y el pañuelo de las Madres.

Es la noche del jueves 16 de noviembre de 2023. En uno de los paredones del Complejo Educativo Gurruchaga se inaugura un mural relacionado a los derechos humanos, uno de los blancos predilectos para los ataques de los por entonces candidatos a presidente y vice Javier Milei y Victoria Villarruel. En un momento suben al improvisado escenario tres pibitos de no más de 15 años, y la rompen toda. Uno le pega al bombo y los platillos con alma y vida, otro al bajo como si no hubiera un mañana y el restante hace gemir la viola mientras le grita al micrófono y lo hace tambalear. El todo retumba en el cuerpo de cada uno de los presentes, en el pecho, en los corazones, bah. Este cronista, entonces, se le acerca al reportero gráfico de este semanario y de tantas rondas en la plaza de las Madres rosarinas, y le susurra al oído: “Hay que hacerle una nota a estos pibes”. El Chango, que así le dicen, sale disparado a retratarlos para la eternidad. 

Ahora es la tarde del viernes 5 de julio de este difícil año. Quien escribe estas líneas y el responsable de las imágenes que ilustran estas páginas se acercan a la sala de ensayo ubicada en Avellaneda 387, que a esa altura no podría decirse que es bulevar y que mira desde abajo al viaducto Ingeniero Emigdio Pinasco, al que toda rosarina y rosarino de ley se empecina en decirle justamente “viaducto Avellaneda”. Lo primero que se encuentran es a Nahuel Antuña, bajista histórico de Vudú, dueño de la sala y padre y tío respectivamente del bajista y el baterista de la banda Garage cuyos tres integrantes, Aquiles Antuña, Baltazar Gomez Insausti y Atuel Galante Antuña están haciendo temblar las paredes contiguas. Un rato después, bajo la atenta mirada de los pósters de Norberto Pappo Napolitano, Charly García y el Flaco Spinetta, se prestarán a la extensa y amable charla que estás a punto de leer.

Modelo 2023

“Empezamos el año pasado. Con Atuel vamos juntos al mismo curso en la Gurruchaga y ya desde primer año queríamos hacer una banda. Él empezó a tocar la batería con bastante intensidad y empezamos con otra gente, que no se comprometió mucho, fue bastante efímero. Al toque le hablamos al Aki, que es su primo y también va a la Gurru, y empezamos a ensayar acá. Al principio tocando temas más tranqui, de los clásicos, Spinetta, Charly, Fito, y después nos fuimos volcando un poco más hacia lo pesado. Desde que tengo uso de razón me gusta el metal, al principio teníamos gustos bastante distintos pero después fuimos juntos para un mismo lado”, dice de entrada Baltazar, guitarra y voz de la banda. “Yo en ese momento escuchaba más Charly, ahora escucho más rock internacional: Eddie Vedder, Led Zeppelin”, se engancha el batero Atuel. Aquiles, el encargado de los graves del bajo, aclara que también arrancó por el rock nacional pero que ahora está más cerca de “Pearl Jam, Zeppelin, Black Sabbath”. Y los tres coinciden: “Blues, mucho blues y sobre todo mucho Pappo, como banda nos define Pappo”. 

A la hora de referir los orígenes de su pasión por la música, los Acuña la tienen más fácil. “Los Acuña son todos músicos, mi bisabuelo, mi abuelo, mi tío, todos somos, en realidad. Nahuel nos daba clases de bajo a mí y al Aki, y después una amiga de mi viejo que tenía una batería se fue a Córdoba y me quedó a mí. Y ahí empecé con la batería”, repasa Atuel, y le pasa la pelota a su primo. “Yo tengo a mi viejo y a mi tío que son bajistas también. Viene de ahí, sobre todo de parte de mi papá. A los nueve años agarré el bajo y desde los once empecé a tocar todo el día”, suelta el encargado del instrumento de cuatro cuerdas. Baltazar, por su parte, confiesa que la cosa viene por otro lado: “Tiene que ver más que nada por el lado de Metallica. Mi viejo una vez me lo hizo escuchar y me agarraron ganas de tocar la guitarra y rompí los huevos hasta que me compraron una eléctrica”. Y ante la pregunta de qué fue lo primero que intentaron sacar con sus respectivos instrumentos, los Garage responden: For whom the bell tolls, de Metallica (Baltazar), Demoliendo Hoteles, de Charly (Atuel) y Under pressure o Another one bites the dust, alguna de esas de Queen (Aki). 

Se puso pesado

El debut absoluto de Garage fue en la edición del FestiRock de la Gurruchaga que se hizo en octubre de 2023 y, aunque venían más por el lado del rock nacional y sus clásicos, hubo un quiebre que de alguna manera marcó el rumbo que iban a empezar a tomar: “Lo más pesado que tocabamos en ese momento era El rito de los corazones sangrando de La Renga, y yo entré a romper las bolas con que quería tocar Destrucción, de V8. Entre medio falleció (Ricardo) Iorio, que a mí me interpela bastante, su música la consumo un montón, después otras cosas no comparto pero la música sí. Y ahí empezamos a ver de meter otras cosas”, argumenta Baltazar. “Metimos partecitas de Metallica, ellos se metieron más con Sabbath y así empezamos. De todos modos no somos una banda de metal, somos más de rock pesado, porque también tenemos pensado meter más temas de Led Zeppelin, de Deep Purple, y no queremos encasillarnos”, suma Atuel. Y Aquiles agrega: “Y ahora tenemos tres temas propios: El señor feudal, Basurero y Gato siamés”.

Foto: Jorge Contrera | El Eslabón/Redacción Rosario

En cuanto a la composición, las letras generalmente surgen de la pluma de Atuel, excepto Señor feudal “que lo hicimos medio entre todos y es un bardo al gobierno actual porque no nos cabe un carajo”. “Atuel cae con un riff y dice «le quiero poner Señor feudal». Asume este tipo el 10 de diciembre, lo empezamos a maquinear un montón y lo terminamos en enero. Él me pasa una estrofa, yo entré a escribir la letra de la estrofa y él la del estribillo y sintiendo que es lo que iba a pasar con este gobierno, lo que nos proyecta ese tipo. Y así lo fuimos armando, al principio era bastante más cabeza y ahora lo estamos armando un toque más estructurado, pero en cuestión de la letra fue el que más rápido salió de todos”, detalla Baltazar. Los tres coinciden en que La Libertad Avanza atenta contra todo lo referente a la cultura, “nos da por las pelotas, es nefasto”, fustigan. “Históricamente el rock fue un género que se destacó porque muchas bandas decían las cosas que nadie se animaba a decir, o las cosas que había que decir, lo que la gente pensaba”, analiza Atuel, y Balti ratifica: “Estamos muy cerca de vivir lo que pasó en los 90, y un gran factor que falta es el rock. En su momento el modo de protesta estaba ahí, en la música, La Bersuit, Hermética”. 

Respecto de la participación en el Festival de la Memoria, en el que se inauguró el mural de la artista y militante fundadora de Hijos Rosario Florencia Garat por los 40 años de democracia, los Garage aseguran que no fue casual: “Venimos de una escuela que lo tiene muy presente, lo reivindica mucho, incluso el logo de la remera del Centro de Estudiantes tiene el pañuelo de las Madres y Abuelas de la plaza. Nosotros las hemos usado para tocar, y lo tenemos como estandarte también. La dictadura es aberrante, un hecho que no tendría que haber ocurrido nunca. Lo más terrible de todo es que mucha gente se esté olvidando o lo niega, eso es lo más triste de todo. Que la gente lo justifique o lo niegue es nefasto”. 

Antes de despedirse, los pibes adelantan que ya grabaron la batería de Gato Siamés y que los próximos pasos será registrar el bajo y la viola y después masterizar: “La ayuda tremenda que nos da Nahuel es algo totalmente de otro mundo, ya tener esta sala de ensayo y que nos produzca es un sueño. Después tenemos pensado grabar los demás, los que vayan saliendo, y en algún momento sacar un EP y, mirando más a futuro, si hay suerte un disco”, dice Atuel, que confiesa que le gusta mucho el Ajedrez, aunque ahora lo tiene un poco olvidado. Balta dice que le gusta mucho cocinar pizza, y Aki el fútbol: “Cuando era más pibe jugué en Morning Star, en Argentino de Rosario y en ADIR. Jugaba de cuatro y puede que sea un poco pegador”, admite entre risas. 

El último acorde suena cuando se les pregunta qué es la música para cada uno de ellos: “Para mí la música es una salvación, desde cualquier punto de vista, incluso llega a lo psicológico porque creo que es una manera de expresarse con la que no se compara el habla, por ejemplo, creo que tocando un instrumento podés expresar cosas que a lo mejor el otro no las toma así pero desde tu punto de vista podés expresar cosas que con tus palabras no podés” (Baltazar). “La música es una espada para expresarte y una manera de sentir y decir, llegar incluso a decir «yo soy esta canción» sin saber bien el por qué” (Atuel). “La música te pone de buen humor si estás de mal humor. La música es todo, yo vivo con música y vivo escuchando música” (Aki).

Publicado en el semanario El Eslabón del 20/07/24

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