Se cumplen en estos días dos fechas primordiales que tienen que ver con la difícil y angustiosa situación que vive nuestra humanidad al borde de su destrucción. Una es el 21 de Septiembre Día Internacional de la Paz, establecida en 1981 por la ONU (Res. 36/67 de la Asamblea General).

El 19 de diciembre de 2016 la Asamblea General de la ONU reconoce el derecho humano a la paz. Se declara: “Toda persona tiene derecho a disfrutar de la paz de tal manera que se promuevan y protejan todos los derechos humanos y se alcance plenamente el desarrollo”.

Como dice la Unesco: “La Paz es incompatible con la desnutrición, con la miseria o la negación del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos. […] Solo puede ser duradera una paz justa que se funda en el respeto de los derechos humanos.

La otra fecha, el 26 de septiembre. La Asamblea General de la OMU (Res. 68/32 de 2013) declaró el 26 de Septiembre como Día internacional para la Eliminación de las Armas Nucleares. Si bien hubo resoluciones de la Asamblea General en favor de la prohibición, nunca se ratificó por el veto de los cinco (5) miembros del Consejo de Seguridad.

Aprovechamos la ocasión para rendir un sentido homenaje al Profesor Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la Unesco en la década de los 90s., y al mismo tiempo, utilizando sus palabras, reclamar de cada uno de nosotros, todos; una actitud activa y participativa, un llamado a la reflexión, en el reclamo de la Paz Mundial y la Eliminación total de las armas nucleares, su fabricación y tenencia y amenazas de utilización para la intimidación de los pueblos.

Con palabras de Federico Mayor Zaragoza: “Ha llegado el momento inaplazable de actuar, de pasar de ser espectadores impasibles y de ser veedores, a ser actores diligentes. Ni un día más Oyentes silenciosos. Es tiempo de acción, de no ser simples receptores de informaciones frecuentes, sino actores que participen, cada uno en su ámbito, teniendo presente la máxima de Burke: «Nadie comete mayor error que quien no hace nada porque piensa que solo podría hacer muy poco»”.

Todas las semillas, sin excepción, son necesarias. Todos los granos de arena. Todas las gotas.

 

*Maestro uruguayo, del Movimiento de Educadores por la Paz (Uruguay).

 

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