La contundencia de las movilizaciones del último miércoles reafirma el debilitamiento del paradigma que pretende imponerse una vez más en la Argentina. “Achicar el Estado es agrandar la Nación” vale como una buena síntesis de ese paradigma, más si se entiende por Estado todo lo que el Estado supo sostener y garantizar para los que menos tienen en este país.
De las marchas en defensa de la universidad pública y sus ecos da cuenta la nota de Luciano Couso en las primeras páginas de esta edición. En la dimensión que adquiere por estos días la puja por sostener el Estado como herramienta al servicio de los intereses nacionales y populares enfoca el texto de Horacio Çaró, en las páginas 8 y 9 del semanario El Eslabón. Entre ambas, una nota de Marcela Isaías reivindica la importancia del Nivel Superior de la educación pública, atacada en todos sus costados más reivindicables en términos de promotora de igualdad, justicia, solidaridad, paz.
Hay otras varias notas en el número 685 del periódico, cuyas últimos detalles se afinaron públicamente y con participación de quienes concurrieron al festejo de este jueves a la noche en que semana a semana todo se cierra de una vez para mandar a imprenta.
“Últimos detalles”, pero ni ahí menores. Es la tapa lo que se “cerró” en la jornada en el D7, en la que lo que se celebró es el 25 aniversario de un medio que insiste en no ocultar su identidad ideológica y política, y por ende no puede dejar de manifestar su expectativa ante una novedad que no se menciona en ninguna nota de esta edición.
Casi al caer de la tarde de este jueves los zócalos de los noticieros avisan que Cristina Fernández de Kirchner podría ser la próxima presidenta a nivel nacional del Partido Justicialista, herramienta jurídica de un Movimiento que excede formalidades propias de las instituciones y que, hoy por hoy, debiera catalizar aquel debilitamiento del paradigma antiestatal, antinacional y antipopular del que se daba cuenta al principio de este editorial.
Ah, otra cosa sobre ese principio: “Achicar el Estado es agrandar la Nación”, es la consigna propagandística que usaba la dictadura militar que terminó en 1983. Lo que no termina es ese afán por pretender que un pueblo que supo atisbar felicidades y parir identidades movimientistas se achique así porque sí.
Por acá nos sentimos parte de ese pueblo. Así que aunque las lógicas imperantes recomienden prudencias, repliegues, cautelas, nosotros, humildemente, y muy agradecidos desde ya, vamos por agrandar nuestro Eslabón para agrandar la Nación.
Publicado en el semanario El Eslabón del 05/10/24
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