La gestión de Andrés Manuel López Obrador creó 145 universidades. Aumentó sueldos y subsidios. Casi 10 millones dejaron de ser pobres. La inflación bajó, y las reservas fueron récord. La nueva gestión va a profundizar este camino.

El plan de gobierno de la flamante presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el legado del mandatario que la precedió, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), refutan en forma contundente muchos de los mitos, las mentiras y las tergiversaciones que estructuran los discursos neoliberales, de derecha y ultraderecha. El saqueo a favor de los ricos y las corporaciones en detrimento de las grandes mayorías no es un destino marcado, ni una fatalidad, ni el único camino posible. Es falso que sea imposible imaginar otro rumbo. 

En México se crearon 145 universidades en áreas rurales y distritos marginales. Se realizó (pese a la oposición de toda la derecha de México y el mundo) una reforma judicial que dispone la elección popular de los jueces y magistrados. Se realizaron mega-proyectos de obra pública. Casi 10 millones de personas salieron de la pobreza, según datos del Banco Mundial. Se redujeron las desigualdades. Aumentó el salario mínimo. Se crearon nuevos programas sociales de transferencia directa de fondos a los más necesitados. Para beneficiar a los pequeños productores campesinos se les otorgaron subsidios y microcréditos, entre otras medidas para redistribuir la riqueza. Y ninguna de esas medidas causó una catástrofe económica, ni agudizó los graves y endémicos problemas de México. Todo lo contrario.

El peso mexicano se revaluó frente al dólar. Bajó la inflación. Las reservas del Banco de México alcanzaron niveles históricos: 225 mil millones de dólares. Las exportaciones llegaron a 600 mil millones de dólares en 2023. Ese año, el producto bruto interno (PBI) de Argentina fue de aproximadamente 621.830 millones de dólares, según el sitio de estadísticas Statista

Las relaciones con China se incrementaron exponencialmente en materia comercial y tecnológica. El país asiático se convirtió en el segundo socio comercial de México, después de Estados Unidos.

Un legado con pocos antecedentes

La mayoría de los gobiernos del mundo sufren un enorme desgaste en el transcurso de la gestión. El proceso es cada vez más veloz. En poco tiempo, los gobernantes decepcionan y hartan a sus votantes, los alejan de la política y los convierten en blanco fácil de los dispositivos de manipulación. México, y más precisamente el mandato de AMLO (2018-2023), resultan en este punto una notable excepción.

Según informó Atilio Borón en su nota “México: nuevo turno para la izquierda” los números de aceptación popular con los que dejó el gobierno AMLO tienen pocos antecedentes.

Según los sondeos, su índice de aceptación popular se ubica entre el 74 y el 77 por ciento. Entre las mujeres alcanza el 78 por ciento. Entre los mayores de 65 años, la aprobación es del 87 por ciento. Y entre los menores de 34 años, fluctúa entre el 78 y el 80 por ciento. Este último dato pone en foco un tema muy relevante por estos días: el apoyo de los jóvenes a la derecha y la ultraderecha. México sería la excepción.

Plan de Gobierno

“Es tiempo de transformación, es tiempo de mujeres”, dijo Sheinbaum en la ceremonia de investidura. Además prometió una continuidad rigurosa respecto del gobierno de su predecesor, a quien definió como “el mejor presidente de la historia de México”. 

Sheinbaum también ofreció un balance sucinto del sexenio anterior en base a algunos “datos duros” de la economía, entre los que mencionó a los 9,5 millones de personas que según el Banco Mundial salieron de la pobreza en el período, la reducción de las desigualdades, los bajos niveles de desempleo, la expansión de los programas sociales, el aumento del salario mínimo y la baja inflación. Así, cuestionó duramente al paradigma neoliberal y prometió la continuidad del modelo del denominado “humanismo mexicano”.

“El día de hoy inicia el segundo piso de la cuarta transformación de la vida pública de México”, aseguró la mandataria, que enumeró unas cien medidas de gobierno. 

La mandataria destacó la ratificación de la recientemente aprobada reforma judicial, que implicará, desde 2025, la elección popular de jueces, magistrados y ministros, y que permitirá democratizar al poder que, en forma sistemática, trabó muchas de las reformas más progresistas del oficialismo. 

Sheinbaum prometió reformar el sistema electoral, estableciendo mecanismos de democracia participativa, la revocación de mandatos y las consultas populares. De hecho, ella misma va a someterse en 2027 a un referéndum revocatorio. Además, señaló que va a prohibir la reelección de todos los cargos públicos a partir de 2030.

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Según informó Página 12, en materia económica, proyectó la permanencia de las “políticas de bienestar”, como se conoce a varios programas sociales de transferencias directas de ingresos, así como la creación de otros nuevos. 

Además, aseguró que continuará el aumento del salario mínimo y que se buscará reducir la jornada laboral a 40 horas. También prometió la búsqueda de un equilibrio entre deuda y producto bruto, así como diversos apoyos a la economía popular. Hizo asimismo una fuerte apuesta por seguir aumentando la obra pública con el anuncio de nuevos proyectos de infraestructura.

En lo que refiere a seguridad y violencia, dos de los más graves problemas heredados desde hace décadas, aseguró que “se garantizará la disminución de los delitos de alto impacto” como los homicidios dolosos, que ya se redujeron a nivel local durante su gestión en la ciudad capital. 

Para eso continuará fortaleciendo la principal apuesta del oficialismo: la Guardia Nacional, denunciada por opositores y sectores de la sociedad civil como un instrumento para la militarización de territorios. 

Según informó El País de Madrid, Sheinbaum, defendió ante las Fuerzas Armadas de México el traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, una reforma que cede el control de este cuerpo de seguridad al Ejército. “Para los que critican que esto es militarización, es totalmente falso. En nuestro país no hay estado de excepción, no hay violaciones a los derechos humanos, lo que hay es más democracia, más libertades y Estado de derecho, además la Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas es electa por voto popular, es una civil”, dijo, al tiempo que defendió “la tradición civilista” de las Fuerzas Armadas de México, que, aseguró, “honrosamente siempre han obedecido al mando civil, como lo establece la Constitución”.

También prometió continuar con la búsqueda de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, un crimen de Estado que aún no fue esclarecido. La autonomización y la corrupción de las fuerzas de seguridad y del Poder Judicial impidieron avanzar con las investigaciones. Es uno de los mayores desafíos que deberá enfrentar. La violencia del narcotráfico y las bandas armadas son problemas endémicos en México, que tiene una tasa de homicidios dolosos de 23,3 cada 100 mil habitantes.

En cuanto a la política internacional, señaló que va a fortalecer relaciones con América Latina y el Caribe: “Nos une una historia y nos une un compromiso”, indicó.

Contra los femicidios

La Presidenta propuso la construcción de un sistema nacional de cuidados y una serie de medidas para combatir los femicidios, como su tipificación legal y la construcción de fiscalías especializadas. También prometió incentivar las políticas de salud sexual y reproductiva en todo el territorio nacional. Entre 9 y 10 mujeres son asesinadas por día en México por cuestiones de género.

El anuncio incluye un paquete de medidas para garantizar la igualdad de género en la Constitución, eliminar la brecha salarial e indagar los asesinatos de mujeres como femicidios, creando esa indispensable figura legal, además de fiscalías especializadas.

“Enviaremos al Congreso un paquete de reformas, algunas constitucionales, para que en el artículo 4 de la Constitución quede clara la igualdad sustantiva de las mujeres y también el derecho a una vida libre de todas las violencias”, expuso la mandataria.

Según informó el medio Swissinfo, Sheinbaum anunció la creación de una Secretaría de las Mujeres en su gabinete presidencial. Y prometió reformas “que incluyen también mecanismos para que no exista brecha salarial entre hombres y mujeres, a trabajo igual, salario igual. No más discriminación laboral”.

En medio de una crisis de violencia machista, con un promedio de 10 mujeres asesinadas al día, la Presidenta prometió “la obligatoriedad de que haya mujeres en todos los ministerios públicos”. Y aseveró que habrá una “homologación del tipo penal de femicidio en todas las entidades federativas (estados y municipios)” para que se considere la violencia de género en las investigaciones de los asesinatos de mujeres. “Que nunca más a una mujer la responsabilicen por un asesinato, por un homicidio, por un femicidio”, remarcó.

Asimismo, ofreció impulsar la Ley Olimpia para investigar la violencia digital contra mujeres y la Ley de Violencia Vicaria, para proteger a hijos de padres divorciados. Prometió también entregar una cartilla de derechos a cada mujer y garantizar la salud sexual y reproductiva, aunque no hizo referencia directa al aborto. 

Una Presidenta en un país muy machista

El actor mexicano Rafael Inclán hizo en junio, luego de las elecciones, un comentario sobre la mandataria, a través de un video de Youtube que se viralizó: “Tendremos una ama de casa seis años”, dijo.

La respuesta de Sheinbaum no se hizo esperar: “Esta idea de que las mujeres no tenemos capacidad y que siempre tiene que haber un hombre atrás diciéndonos lo que tenemos que hacer es parte de una cultura machista”, señaló la Presidenta, al tiempo que subrayó que este tipo de opiniones reflejan actitudes profundamente arraigadas que buscan menospreciar el papel de la mujer en posiciones de poder. Uno de los puntos más críticos en su respuesta fue la manera en la que el actor utilizó la figura de la “ama de casa” como un insulto.

La mandataria insistió en que, lejos de ser peyorativa, la expresión se refiere “a un rol que merece respeto y reconocimiento, no burla ni menosprecio”, aseguró la mandataria al medio mexicano Marca.

Sheinbaum enfatizó que, además de ser presidenta, es abuela, mamá y ama de casa, y que lleva con orgullo todos esos roles. La mandataria mexicana destacó que las amas de casa realizan un trabajo fundamental que, sin embargo, muchas veces pasa desapercibido o no es valorado por la sociedad. “Todas las amas de casa, es decir, las mujeres y esposas que se dedican al hogar, merecen todo nuestro reconocimiento”, puntualizó la mandataria, recordando que este sector, aunque invisibilizado por algunas personas, es parte fundamental para el bienestar familiar y el funcionamiento del país.

Finalmente, el actor le pidió disculpas

Y la mandataria las aceptó.

Publicado en el semanario El Eslabón del 12/10/24

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