La cumbre que se desarrolló en Kazán, Rusia, significó una contundente derrota para quienes desean aislar a ese país, debilitarlo y convertirlo en un estado paria. Todo lo contrario: la OTAN fue la gran derrotada.
La estrategia de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es “cercar a Rusia y frenar a China”. La idea es reforzar un sistema geopolítico mundial unipolar y cada vez más agresivo, un esquema con rasgos imperialistas y neocolonialistas, que anhela los recursos naturales del planeta, las rutas del comercio mundial y una posición geopolítica de fuerza. Y sin competencia. Por eso molestan las llamadas potencias emergentes. Por el sólo hecho de tener la osadía de emerger. Y la cosa es peor si, además, esos países se atreven a no subsumirse a las directivas de Estados Unidos, y la Unión Europea (UE). La XVI cumbre de los BRICS+ se desarrolló en Kazán, Rusia, entre el 22 y el 24 de octubre, y significó una contundente derrota para quienes desean aislar a Rusia, debilitarla, convertirla en un estado paria.
El encuentro dejó claro que Rusia no está aislada, ni sola, ni acorralada. Todo lo contrario. Asimismo, demostró que las sanciones económicas y los embargos (que son muchos y muy estrictos) no lograron hacer mella de manera significativa en su economía, que además está siendo golpeada por la guerra contra Ucrania. La clave del aguante de Rusia es la búsqueda de alternativas.
Y ese es precisamente el gran objetivo de los BRICS+: construir una alternativa multipolar, reconfigurar la política mundial, y debilitar a los mandamases actuales, que se autodenominan con el pomposo nombre de “Occidente” y ocultan sus verdaderos intereses corporativos manipulando conceptos como “libertad” y “democracia”, entre otras mentiras propaladas y amplificadas por un conglomerado mediático arrollador.
El objetivo de Occidente es, además, debilitar y desacreditar el gobierno de Vladimir Putin. Y en este punto, el triunfo de Rusia fue también contundente. El mandatario ruso salió fortalecido, demostró que su país tiene un nivel de organización que lo hace inmune a las sanciones, y a partir de su triunfo encaró una amplia ofensiva diplomática con un grupo de naciones para fortalecer no sólo vínculos comerciales, sino también políticos, estratégicos y militares.
El grupo BRICS se creó en 2009 con Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Luego se sumaron Egipto, Irán, Emiratos Árabes y Etiopía. Arabia Saudita ya participa, pero todavía no definió formalmente su incorporación. Venezuela quiere ingresar (Nicolás Maduro asistió a la cumbre), pero el tema no está definido. Brasil objetó sumar al país caribeño. Maduro llamó a Lula a pronunciarse sobre el veto de Brasil a Venezuela. Y el ex canciller Celso Amorim dijo que la reacción del líder bolivariano es “desproporcionada”. Lula marcó distancia con el mandatario venezolano desde su reelección el 28 de julio. Por su parte, el mandatario ruso, Vladimir Putin, señaló que la incorporación “necesita consenso”.
Bolivia fue admitida como socio del bloque. El mandatario de este país, Luis Arce, viajó a la cumbre y anunció “la caducidad de Occidente y de la dictadura del dólar”.
“Con el apoyo del bloque BRICS podemos impulsar la transformación de la economía y la gobernanza mundial, para fortalecer el despliegue de un desarrollo conjunto y de beneficio mutuo, basado en los grandes avances de la ciencia y la tecnología, la conectividad digital y las energías renovables”, escribió Arce en sus redes sociales.
En este contexto, dejó absorto al mundo la decisión del gobierno argentino de sacar a la Argentina del grupo al que todas las naciones quieren ingresar.
Lejos del aislamiento, gran convocatoria
Pese a las sanciones contra Rusia por parte de Occidente, que hizo además todo lo posible (con todos los medios a su alcance, legales e ilegales) para boicotear la reunión en Kazán, participaron más de 20 líderes internacionales y 36 delegaciones de países.
Asistieron el presidente chino, Xi Jinping; el jefe de los Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed Al Nahyan; el primer ministro de la India, Narendra Modi; el líder iraní, Masoud Pezeshkian; el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; el jefe de Estado de Egipto, Adbel Fattah al Sisi; el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali; el canciller de Arabia Saudita, príncipe Faisal bin Farhan, y el ministro de relaciones exteriores de Brasil, Mauro Vieira, entre otros. En calidad de invitados de países que no forman parte del grupo, concurrió el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, entre otros. Y además, concurrió una delegación palestina, lo que significó una fuerte señal hacia Israel y Estados Unidos.
Si nos ubicamos en el contexto de los conflictos en pleno desarrollo (Medio Oriente y Ucrania), y en ese marco repasamos la lista de países que están en el BRICS+, acaso tengamos una dimensión del desafío que significa esta agrupación para Occidente.
De hecho, muchos de los que la integran también figuran en el Eje del Mal, concepto punitivo utilizado por Estados Unidos y sus súbditos que sirve de excusa para vaciar de sentido las palabras “libertad” y “democracia” y convertirlas en sus antónimos.
En el encuentro en Rusia no sólo se discutió la construcción de un orden mundial multipolar. Tampoco se limitaron a una declaración de buenas intenciones para desafiar la hegemonía estadounidense y occidental. Se avanzó, en decenas de reuniones bilaterales, hacia propuestas concretas y mecanismos consensuados que contribuyan a afianzar una tendencia histórica a estas alturas irreversible, analizó Daniel Kersffeld, en la nota titulada “Los BRICS y el desafío de un mundo multipolar”, publicada en Página 12 antes del inicio de la reunión.
“En este sentido, y en distintos niveles, todos los integrantes de este bloque, junto con aquellos que desean formar parte de él, comparten la creencia en un mundo en el que, como afirmaba Oswald Spengler hace ya un siglo, Occidente se encuentra en decadencia. Frente a la realidad de lo inexorable, será imperativo prepararse para lo que vendrá o, incluso, adoptar las medidas necesarias para acelerar este proceso”, agrega Kersffeld.
“Pese a las lecturas malintencionadas promovidas desde Occidente y que apuntan a rebajar el papel global de los BRICS, a su falta de cohesión interna, y a su todavía limitada incidencia en el plano económico, no hay dudas de que se trata de un actor político de una relevancia cada vez mayor, que está dando muestras crecientes de compromiso y de solidaridad internos, y que está llamado a cumplir un papel estratégico en la construcción participativa de un renovado horizonte multipolar”, concluye el analista.
“Al ritmo del chinchín: Putin festeja el éxito de la cumbre de los BRICS”, tituló el portal de noticias ruso RT.
“Los debates que han tenido lugar han demostrado una vez más que la asociación comparte los valores universales de paz, justicia e igualdad”, señaló Putin en declaraciones reproducidas por RT.
El sitio ruso agrega que el mandatario aseveró que los estados BRICS se esfuerzan conjuntamente por contribuir al establecimiento de un orden mundial multipolar justo con la participación decisiva de los países del Sur Global y el Este. “Junto con todos ustedes, examinaremos las cuestiones que preocupan a la comunidad mundial: el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la resolución pacífica de los conflictos, la lucha contra el terrorismo y la delincuencia transfronteriza”, agregó el mandatario anfitrión.
RT destaca la tendencia a la expansión del grupo: “El 1 de enero de 2024, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía se convirtieron en miembros de pleno derecho del grupo. Rusia asumió la presidencia de los BRICS el 1 de enero de 2024. Por el momento, hay una tendencia a la expansión del bloque. Unos 30 países ya han expresado su deseo de unirse a los BRICS de una u otra forma”.
En la declaración conjunta al final del encuentro se destaca “la necesidad absoluta de lograr inmediatamente un alto el fuego amplio y permanente en la Franja de Gaza, liberar con urgencia y sin condiciones previas a todos los rehenes y detenidos de ambos lados y asegurar un envío a gran escala de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza”, y además se solicita “máxima moderación” de las partes en conflicto.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, junto con su par chino, Xi Jinping, centraron sus discursos inaugurales en la cumbre en la defensa de un mundo multipolar, en el que se promuevan relaciones equilibradas, al tiempo que advirtieron sobre el riesgo de una escalada en Ucrania y Medio Oriente. Lula participó por videoconferencia. No pudo viajar porque sufrió una herida en la cabeza en un accidente doméstico.
Xi destacó la necesidad de “que se escuche la voz de los países del Sur Global” e instó a los BRICS a “liderar la reforma de la gobernanza global, basada en un verdadero multilateralismo». Lula manifestó preocupaciones similares: “La lucha por un mundo multipolar y la profundización de relaciones menos asimétricas serán la piedra angular a través de la cual girará la presidencia brasileña de los BRICS el próximo año.
Lula insistió con la creación de métodos de pago alternativos entre los países de los BRICS para que ese orden multipolar se manifieste en el sistema financiero internacional. “No se trata de cambiar nuestras monedas. Muchos insisten en dividir el mundo entre amigos y enemigos. Pero a los más vulnerables no les interesan las dicotomías simplistas. Lo que quieren es suficiente comida, trabajo decente, y escuelas y hospitales públicos de calidad”.
Boicot y censura de occidente
Además de las sanciones y los embargos, Occidente hizo todo lo posible para boicotear la cumbre. Y la tan cacareada libertad de prensa. Los países rusofóbicos, cumpliendo órdenes de los campeones de la democracia, tomaron todas las medidas y recurrieron a todos los artilugios necesarios para impedir que la prensa mundial pudiera acceder a Kazán para cubrir la cumbre. La crónica publicada el domingo 27 de octubre en el sitio El cohete a la luna, que lleva la firma de Ariela Ruiz Caro y se titula “Por el camino de Kazán”.
“No necesito contarte que, como parte del cerco a Rusia desde hace más de dos años, no se puede volar a ese país desde Europa. Hay que ir al norte de Asia o África (Dubai, Abu Dabhi, Doha, Istanbul o El Cairo), desde donde hay vuelos directos a Moscú, inclusive a Kazán. Esas compañías aéreas ganan el dinero que las europeas pierden. Así que al llegar a Madrid, esperé un día y medio en el aeropuerto, al estilo de Tom Hanks en La Terminal, sin poder embarcarme en ninguno. Opté entonces por ingresar a Rusia desde Estonia, uno de los pocos puntos fronterizos que quedan abiertos para ir a Rusia desde Europa. Así, enrrumbé a Tallínn, pequeña ciudad con medio millón de habitantes y un casco histórico precioso”, cuenta Ruiz Caro en estilo epistolar.
“Después de tres horas de viaje, hemos llegado a Narva, el pueblo estonio donde está el cruce fronterizo para pasar a Rusia. Allí tendré que bajar el equipaje y cruzar la frontera caminando, por esa suerte de tierra de nadie hasta el puesto de control ruso, con un frío que pela. Las empresas de autobuses dicen que tienes que agregar unas tres horas al itinerario Tallínn – San Petesburgo. Es decir, 9 horas y media de viaje. Pero la gente dice que es bastante más”, agrega la cronista.
“Te contaré cómo fue tan pronto pueda. Espero que no me hagan esperar mucho. Debo todavía comprar el pasaje de avión de San Petersburgo a Kazán. No se puede comprar con tarjeta de crédito por el tema de las sanciones. Rusia fue expulsada del sistema de mensajería bancaria Swift, así que las tarjetas emitidas en Occidente no están habilitadas para hacer transacciones en Rusia. Por eso han creado sus propios sistemas de mensajería bancaria y aspiran a que otros países también los puedan usar”, señala Ruiz Caro mostrando, y padeciendo en carne propia, las consecuencias concretas de las sanciones y los embargos.
La cronista indica que siendo miércoles 22 de octubre, ha llegado finalmente a Kazán. Y agrega que es difícil de imaginar el incordio que implica cruzar la frontera: “Estuve seis horas parada, congelada de frío. Así es hoy este pase fronterizo que hasta hace poco más de dos años, era abierto. Los problemas se han agravado desde que Estonia decidió reducir el horario del cruce y, peor aún, desde que Finlandia cerró la frontera con Rusia el año pasado. Hay muchas visitas familiares. Los niños y personas mayores no pueden estar de pie tantas horas con frío (o con calor). No hay café, ni una calamina que proteja de las lluvias (o la nieve) ¡NADA!!!! La cantidad de historias que he escuchado en esa fila son impresionantes”, cuenta.
Ruiz Caro explica que los agentes de migración de Estonia dificultan el paso a Rusia con una intencionalidad evidente. “Los euros son decomisados. No se pueden llevar regalos. Te abren la mochila, la maleta y todo lo que llevas dentro de ella”, señala.
“Terminado ese suplicio, tuve que caminar con mis bártulos, unos 300 metros, y llegué al punto de control ruso. Fue mucho más rápido. A diferencia del lado estonio usan máquinas con scanner ¿Por qué no las usan los estonios?”, se pregunta la cronista víctima de las sanciones de los campeones de la libertad de prensa y la democracia.
Publicado en el semanario El Eslabón del 02/11/24
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