Donald Trump anunció deportaciones masivas y guerra comercial, y prometió declarar “terroristas” a los narcos para así justificar una invasión militar. El 70 por ciento de las armas en manos de criminales mexicanos son vendidas por empresas de EEUU.
La elección de Donald Trump causó incertidumbre en buena parte del planeta. Pero de todas las hipótesis y proyecciones que se están haciendo, hay una que cuenta con sólidos fundamentos y antecedentes: México deberá enfrentar enormes agresiones. Según señalan analistas de todo el mundo, pocos lugares se verán tan sacudidos por las medidas que tome el presidente electo. En sus tres campañas presidenciales, la nación de casi 130 millones de habitantes fue el principal blanco de sus insultos, amenazas, mentiras y expresiones xenófobas. Inmigración, comercio y narcotráfico son los temas clave.
Trump habló de implementar aranceles elevados para las importaciones provenientes de México. También señaló la necesidad de renegociar acuerdos comerciales ya existentes. Pero la peor de las amenazas es la invasión militar. La excusa para hacerlo sería sencilla y muy utilizada por todos los gobiernos autoritarios: declarar “terroristas” a los narcotraficantes mexicanos y entonces, en el marco de la tristemente célebre “lucha contra el terrorismo”, sumar a México a la larga lista de países invadidos por Estados Unidos.
El candidato republicano logró instalar el tema como una de las mayores preocupaciones de la ciudadanía, pese a que los hechos, los datos duros, eso que solía denominarse realidad, indican otra cosa. Es la famosa realidad paralela en la que suceden “hechos alternativos”.
El diario estadounidense The New York Times marca la disonancia entre las medidas anunciadas y la problemática real: “A pesar de un fuerte descenso de los cruces fronterizos este año después de que México se convirtiera en un ejecutor de las restricciones migratorias del gobierno de Joe Biden, las promesas de campaña de Trump sugieren un camino complejo y polémico por delante”, señala la nota titulada “¿Qué está en juego para México ahora que Trump vuelve a la presidencia?”.
“Ya vimos lo que hace Trump. Lo que ahora está planteando es la versión 3.0 del mismo incremento de presiones sobre México”, dijo Tonatiuh Guillén, ex director del Instituto Nacional de Migración de México en declaraciones al diario neoyorquino. Y agregó que en 2019 las exigencias de Trump llevaron a México a adoptar un enfoque militarizado de la aplicación de la ley.
“México cedió en ese entonces a las presiones, y la pregunta va a ser si México va a volver a ceder”, y agregó Guillén: “creo que la probabilidad de que lo vuelva a hacer es alta”.
“Muchos inmigrantes no podrían entrar de manera regular, como lo están haciendo ahora, o serían rechazados muy rápidamente desde Estados Unidos a México o a su país de origen”, dijo Ariel Ruiz Soto, analista principal de políticas del Migration Policy Institute (Instituto de Políticas Migratorias) de Washington.
Se teme que Trump cumpla con su promesa de campaña y se lleve adelante el mayor programa de deportaciones de la historia estadounidense, dirigido a muchos de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos.
“Los inmigrantes indocumentados proceden sobre todo de México, de donde se calcula provienen unos cuatro millones de personas. Aunque un programa de deportación masiva se enfrentaría a retos legales y logísticos, Raúl Hinojosa, director del Centro de Integración y Desarrollo de América del Norte de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), dijo que existe una creciente preocupación por el efecto que dichas deportaciones podrían tener en México”, informa el medio estadounidense.
Si los migrantes mexicanos fuesen deportados, gran parte del dinero que envían a México (63 mil millones de dólares en 2023) disminuiría drásticamente, agotando a la economía del país latinoamericano al privarla de una de sus fuentes más importantes de ingresos. Otra obvia consecuencia sería el aumento del desempleo.
“Vamos a ver deportaciones de gente que es más difícil reinsertar”, dijo la coordinadora de Agenda Migrante, Eunice Rendón, al diario neoyorquino. Esta organización es una coalición de grupos de defensa de los migrantes.
La economía mexicana podría verse afectada asimismo por una fuerte recesión, según un estudio realizado por investigadores de la UCLA, el Petersen Institute for International Economics y la Academia Naval de los Estados Unidos.
Se viene «the tariff man» (El hombre arancel)
Trump amenazó con imponer aranceles a México, que es justamente el país que, superando a China, se convirtió en la mayor fuente de importaciones de Estados Unidos. El magnate habló durante la campaña sobre “imponer de inmediato aranceles del 25 por ciento a todos los productos procedentes de México a menos que el gobierno detenga el flujo de migrantes y drogas hacia Estados Unidos”.
El 80 por ciento de las exportaciones de México se destinan al mercado estadounidense, según Capital Economics, una empresa de investigación con sede en Londres. “México parece ahora potencialmente la economía importante más expuesta a los aranceles de Trump”, indicó el economista en jefe de mercados emergentes de Capital Economics, William Jackson.
El presidente electo llegó a decir que podría imponer aranceles del 100 por ciento (y hasta del 200 por ciento) a los vehículos importados de México. Esto podría asestar un duro golpe a una industria que exporta cerca de 90 mil millones de dólares en vehículos terminados a Estados Unidos, lo que representa alrededor del 5 por ciento del PIB de México.
Pero dado lo profundamente conectadas que están las cadenas de producción entre México y Estados Unidos, una medida como esta probablemente perjudicaría también a empresas y consumidores estadounidenses.
“Trump se hace llamar a sí mismo «The Tariff Man»”, dijo el director general de la Cámara Americana de Comercio de México, Pedro Casas. “Al mismo tiempo, si tú le pones hoy en día 25 por ciento de tarifas a todo lo exportado de México, te revientas un trancazo inflacionario en el mercado estadounidense. O sea, eso no es viable”, agregó.
Invasión militar
No es la primera vez que Trump amenaza con invadir México. En su anterior mandato, sugirió disparar misiles contra México para acabar con los laboratorios de droga. Y no está solo en esto. Otros líderes republicanos se sumaron a la idea de utilizar la fuerza militar estadounidense contra los cárteles en territorio mexicano, incluso sin el consentimiento de México.
En una entrevista con Fox News en julio de 2024, se le preguntó a Trump si estaba dispuesto a utilizar la fuerza militar contra los cárteles de la droga mexicanos. “Absolutamente”, dijo Trump. “México va a tener que enderezarlo muy rápido, o la respuesta es absolutamente”.
“Esa medida sería extremadamente perjudicial para la relación Estados Unidos-México”, aseguró la directora del instituto de investigación con sede en Washington Diálogo Interamericano, Rebecca Bill Chavez.
Son muchos los analistas que coinciden en la ineficacia de la medida para controlar la droga. Las denominadas “lucha contra el narcotráfico” y “guerra contra el terrorismo” son ya gastadas caretas que la experiencia histórica se encargó de hacer caer para mostrar su verdadero rostro: meras excusas para el injerencismo y la venta de armas. Una política sangrienta que viene costando cientos de miles de muertos y desaparecidos en América Latina. Las enormes ganancias de la industria armamentística estadounidense se traducen en muerte y desolación en América Latina.
Una y otra vez, advierte The New York Times, durante las guerras de la droga que duraron décadas en América Latina, esfuerzos similares abrieron el camino para que nuevos proveedores se introdujeran en el tráfico de drogas, como hicieron los cárteles mexicanos en los años noventa, cuando los cárteles colombianos estaban en declive.
“Quizá se pongan algunas cabezas en un poste, o lo que sea el equivalente en el siglo XXI”, dijo el profesor de ciencias políticas de la Universidad de Tulane, Estados Unidos, Christopher Fettweis. “En realidad, eso no va a impedir que entre la droga”, concluyó.
¿Adivinen qué país vende armas a los narcos mexicanos?
“La canciller mexicana Alicia Bárcena afirmó que durante su visita a Washington, donde se reunió con el Secretario de Estado Antony Blinken, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) mexicana alertó a Estados Unidos sobre el ingreso de armas estadounidenses, de uso exclusivo de su ejército, a México”, señaló el antropólogo y economista mexicano asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE), Gerardo Villagrán del Corral, en la nota titulada “EEUU provee sus sofisticadas armas al narcotráfico mexicano” y publicada en el sitio de CLAE
“Hay una cosa muy importante y es que la Secretaría de la Defensa alertó a los Estados Unidos sobre armas que están entrando a México que son de uso exclusivo del Ejército estadounidense, y es muy urgente que se haga una investigación al respecto”, indicó el analista.
Desde 2018 se requisaron 221 ametralladoras automáticas, 56 lanzagranadas y una docena de lanzacohetes, según los datos oficiales del Ejecutivo. Consiguió armas en EEUU y luego las envió a México para combatir a partidarios de El Chapo en la guerra entre cárteles, informa CLAE.
Según el informe, el 70 por ciento de las armas ilegales que se incautaron a los cárteles proceden de Estados Unidos, siendo la mayoría de ellas de grado militar. Incluso se han llegado a incautar vehículos blindados y drones que lanzan bombas.
México viene siendo muy reiterativo con Estados Unidos para que frene el ingreso de armas que son usadas por cárteles de la droga y otras agrupaciones criminales durante sus enfrentamientos, ya sea con las Fuerzas Armadas o con grupos antagónicos.
“Las autoridades mexicanas también recuerdan que en los últimos años varias investigaciones periodísticas denunciaron que el Gobierno de Estados Unidos ha ocultado a la opinión pública la pérdida de arsenales militares”, afirma Villagrán del Corral.
El 19 de enero de 2024, la Cancillería de México informó sobre el avance en la demanda contra las empresas vendedoras de armas en Arizona, Estados Unidos. Se trata de una demanda que fue presentada en agosto de 2022 en contra de al menos cinco compañías. Fue la segunda demanda de México en contra de “actores de la cadena de comercio de armas” en Estados Unidos: la primera se presentó en Boston en 2021 contra empresas fabricantes y distribuidoras estadounidenses, señala Villagrán del Corral.
Una investigación realizada por el diario La Jornada de México prueba que al norte del río Bravo existe un vasto mercado legal de armas de alto poder y gran letalidad cuyo uso por particulares no tiene justificación alguna: desde ametralladoras hasta lanzagranadas y cohetes antitanque.
“Armeras de EU buscan que Corte Suprema frene la demanda de México”, se titula la nota publicada en el diario mexicano el 5 de octubre de 2024, que forma parte de una serie de informes que investigan el tema.
“La Corte Suprema de Estados Unidos decidió ayer que examinará si impide que siga adelante una demanda de México contra los principales fabricantes de armas, a los que el gobierno mexicano acusa de facilitar el flujo hacia los cárteles de la droga”, señala la nota que reproduce información de las agencias Reuters y AFP.
En 2021, México demandó por 10 millones de dólares a Smith & Wesson, Beretta, Colt, Glock, Century Arms, Ruger y Barrett y al vendedor y distribuidor Interstate Arms, por considerar que su comercio “negligente e ilícito” alienta el narcotráfico y la violencia en el país.
El diario mexicano agrega que la Suprema Corte aceptó escuchar una petición del fabricante Smith & Wesson y del distribuidor mayorista Interstate Arms que busca desestimar la demanda, respaldándose en la Ley de Protección del Comercio Legal de Armas promulgada en 2005, que absuelve ampliamente a las compañías armeras de la responsabilidad por los delitos cometidos con productos de su manufactura.
En agosto de 2022, agrega La Jornada, un juez federal ya había desestimado el caso contra seis de las ocho empresas demandadas, argumentando que el gobierno mexicano no proporcionó pruebas concretas de que las actividades de cualquiera de esas empresas estuvieran relacionadas con el aumento de la violencia por armas de fuego en México.
“Sin embargo, la mayor parte de los 180 mil homicidios cometidos con armas entre 2007 y 2019 en este país fueron cometidos con armas procedentes de Estados Unidos, de acuerdo con archivos judiciales del caso; esto significa entre 70 y 90 por ciento de las armas encontradas en las escenas de crímenes”, agrega el diario mexicano.
“Entre 200 mil y 750 mil armas fabricadas por esas empresas, y que son muy difíciles de adquirir de forma legal en México, llegan anualmente al país de contrabando, procedentes de Estados Unidos”, afirma ese medio, al tiempo que puntualiza que México registró más de 340 mil asesinatos, la mayoría atribuidos a las organizaciones criminales, desde el lanzamiento de una polémica ofensiva militar antidrogas en diciembre de 2006.
Publicado en el semanario El Eslabón del 16/11/24
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