La educación y la salud están entre los derechos afectados por las medidas anunciadas sobre políticas migratorias por el gobierno de Javier Milei. Según lo anticipado, se habilita a las universidades nacionales a arancelar los estudios de las y los jóvenes extranjeros, y a los hospitales públicos a cobrar la atención médica a personas de otros países. La referente del Colectivo Antirracista Identidad Marrón, Sandra Hoyos, investigadora y docente universitaria, analiza cómo avanzan los discursos discriminatorios a la luz de estas decisiones.
“Esta avanzada no es sólo contra el acceso al sistema universitario sino también al sistema de salud”, subraya Hoyos sobre estos derechos básicos a los que apuntan las medidas de La Libertad Avanza, antes de meterse de lleno sobre lo que atañe a la educación superior.
Los últimos datos oficiales señalan –según lo relevado en 2022– que poco más del 4 por ciento de los estudiantes de las universidades públicas son extranjeros. Incluso el mayor número de ese porcentaje responde a las carreras de posgrado, que son aranceladas.
“Mayoritariamente son estudiantes que vienen de países de nuestra región, de nuestra Latinoamérica, de Brasil, Perú, Paraguay, Chile y Venezuela”, apunta Hoyos, licenciada en política social, investigadora y docente en la Universidad Nacional de General Sarmiento y profesora en la Universidad Nacional de José C. Paz.
Ese dato no es menor ya que –señala la especialista– “el foco está dirigido allí, a generar una persecución hacia quienes vienen a formarse en nuestro sistema público”. Por el contrario, considera que “debemos enorgullecernos de que muchos estudiantes o personas de otros países quieran formarse en nuestro sistema universitario”.
Sin embargo, “se instala la idea de que «se quedan con nuestra plata», que «les pagamos sus estudios con nuestros impuestos»; y si profundizamos un poco más en lo que implica vivir en un país extranjero vemos que no es algo tan fácil ni tan reducible a «la pagamos con la nuestra». Esa persona que viene a vivir acá también paga impuestos y muchas veces se queda a vivir, no es que se forma y se va. En todo caso, son los profesionales argentinos quienes muchas veces se van a otros países, fundamentalmente a Europa”.
Otra persecución, diferencia Hoyos, es la que se dirige a los migrantes también de países limítrofes que vienen a poder ganarse la vida, a tener un trabajo, una vivienda, un plato de comida. Es aquí cuando esa discriminación se expresa más sobre el sistema de salud. Y sea en el caso de la educación o de la salud, está presente “la cuestión de la xenofobia, pero también del racismo”.
La educadora recuerda que los discursos de odio, de discriminación y xenofobia ya estaban presentes, pero que la llegada de La Libertad Avanza y de Milei al poder lo que hizo fue profundizar, instalar en nuestro país “una discursividad de corte racista, sexista, donde hay una profunda negación de nuestra conformación multiétnica, de base y ascendencia indígena”.
Sobre este avance de los mensajes negacionistas de lo preexistente y discriminatorios pone como ejemplo la celebración que el gobierno hizo del 12 de octubre pasado, “cuando no solamente se atrevieron a hablar del Día de la Raza, sino del Día de la Hispanidad, como lo llaman en España, desconociendo que desde hace muchos años sostenemos a la fecha como el Día del Respeto a la Diversidad Cultural”.
Zurdos y feministas
En la Conferencia de Acción Política Conservadora realizada los primeros días de diciembre en la ciudad de Buenos Aires, el presidente Javier Milei dijo: “Es necesario dar la batalla cultural; estamos ante una oportunidad histórica para cambiar el mundo” y enfatizó en la idea de trabajar coordinadamente a nivel internacional “para que los zurdos no nos entren por ningún lado”.
¿Qué lectura hacer de estos discursos que contaminan de odio todo el tiempo? ¿Cómo encararlos? “En principio creo que es un gobierno también de corte enajenado, porque habla de comunismo cuando prácticamente ya no existe tal como se concibió en épocas revolucionarias. Es una situación de persecución y de paranoia, donde se embolsa todo aquello que no coincide con los valores que se plantean. En ese zurdo, o en ese comunismo, entran desde las feministas, los peronistas, las kukas, los pueblos indígenas, las personas LGTBIQ, las personas con discapacidad, incluso hasta los jubilados”, alerta Sandra Hoyos.
Recuerda las últimas noticias sobre el feroz recorte de la entrega gratuita de medicamentos a las y los jubilados, y lo que eso representa para nuestros viejos. “Estamos hablando de que no solamente es enajenado y es paranoico, además está jugando todo el tiempo con la vida y la muerte de las personas”, dice para remarcar lo que significa impedir la atención médica, un derecho garantizado constitucionalmente.
La educadora advierte que muchas de las acciones que está tomando el gobierno de La Libertad Avanza también “tienen que ver con alinearse con Estados Unidos, donde hay una fuerte política migratoria contra los países latinoamericanos”.
El de Milei, agrega, “es un gobierno que toma decisiones en ese extremo de usar una corbata roja en homenaje a Trump a tomar decisiones que inciden en las políticas migratorias de nuestro país, que son ejemplos para toda Latinoamérica, garantes del respeto hacia la migración de la región”.
La democracia en riesgo
En un documento publicado en 2023 por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) junto al ex Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi, cerrado por el actual gobierno nacional) se remarca que la Argentina cuenta con “un marco normativo basado en la perspectiva de los derechos humanos, en el que se contempla el acceso a una amplia gama de derechos para las personas migrantes”. Y que ese marco “está integrado tanto por los instrumentos internacionales suscritos por el Estado Argentino como por las normas locales”.
La primera de esas referencias que nombra esta publicación es la Declaración Universal de Derechos Humanos, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 y suscrita por el Estado argentino ese mismo año. En su primer artículo dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
“Este gobierno está pasando por arriba todos los acuerdos y tratados internacionales que además tienen rango constitucional”, enfatiza Sandra Hoyos sobre el valor que tiene esta Declaración universal de la que el próximo martes 10 se cumplirán 76 años y que hoy por hoy se pretende desconocer. Al tiempo que menciona dos intervenciones en Naciones Unidas en las que la Argentina se negó a firmar, a dar el apoyo: una destinada a erradicar la violencia de género y la otra de protección a los derechos de los pueblos originarios.
“Esto tiene sanciones a nivel internacional, no es inmediato, pero va a implicar también, o por lo menos eso esperamos, que pueda tener incidencia en nuestro país” con algún llamado de atención, añade.
Para la profesora universitaria y militante de Identidad Marrón es necesario tener presente todo “el dolor, la vida de tantas personas para reconocernos como un país donde los derechos humanos es central, fundamental y básico”.
“Hoy cuando una ley se veta se atenta contra el principio democrático, si no para qué existen la Cámara de Senadores, la Cámara de Diputados. Eso atenta contra el principio democrático. Los mecanismos que se están usando no tienen nada que ver con la democracia. Se está anulando la capacidad democrática que hemos conseguido, que costó mucho”.
En números
De acuerdo con los datos oficiales, poco más del 4% de las y los estudiantes universitarios son extranjeros. En la Universidad Nacional de Rosario (UNR), según su anuario de 2022, las y los estudiantes extranjeros eran 6.107 para ese año. Esto representaba el 7 por ciento del total de 85.381 universitarios. Y en todos los casos (a nivel nacional como local) el mayor porcentaje de estos números se ubica en los posgrados, que sí son pagos.
Según el informe “Síntesis de Información Estadísticas Universitarias 2022 -2023” publicado por el Departamento de Información Universitaria de la Secretaría de Educación –depende del Ministerio de Capital Humano–, en 2022 (último dato disponible) 2.720.531 estudiantes realizaban estudios de pregrado, grado o posgrado en las universidades nacionales de todo el país.
De acuerdo con esos datos, en 2022 se registró un total de 122.769 estudiantes extranjeros en las universidades argentinas, de los cuales 104.998 cursaban estudios de pregrado o grado, y 17.771 propuestas de posgrado.
Esta población representó el 4,1 por ciento del total de los estudiantes de pregrado y grado, y el 9,9 por ciento de los estudiantes de posgrado. Según el tipo de gestión, su participación alcanzó el 4,3 por ciento de la matrícula en el sector estatal y el 5,5 en el sector privado.
Publicado en el semanario El Eslabón del 07/12/24
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