El de la prensa, que no escapa a la realidad que padecen la inmensa mayoría de los sectores laborales –precarización, pérdida de derechos, salarios que pierden por goleada ante la inflación y despidos– fue uno de los blancos predilectos del Presidente.
En su primer año al frente del Ejecutivo nacional, al igual que lo había hecho en tiempos de campaña, Javier Milei dejó en claro que uno de sus blancos predilectos a la hora de descargar su artillería verbal era el periodismo. “Mentirosos”, “imbéciles totales” y hasta “mandriles, ensobrados, les cerramos el orto, pedazos de soretes” fueron algunos de los epítetos con los que el Presidente se refirió a las y los trabajadores de prensa. Apenas asumió, el hermano de Karina puso en agenda la revisión de la ley de medios audiovisuales que nació en 2009 bajo el mandato de Cristina Fernández para terminar con los monopolios y que ya había sido desnaturalizada por Macri en sus primeros meses de gestión. Vía libre para la concentración de medios de comunicación. La retirada de publicidad institucional a los medios y el desmantelamiento de Télam, la intervención de Radio Nacional, los despidos en Canal 7, los recortes indiscriminados a las señales Encuentro y Paka-Paka y la persecución a medios alternativos fueron los pasos siguientes. En un informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF) se alerta sobre el deterioro de la libertad de prensa en Argentina y se destaca que “se registraron al menos 12 agresiones físicas a periodistas, algunas de ellas perpetradas por las fuerzas de seguridad”. Según el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), “se registraron al menos 52 casos de discursos estigmatizantes, que van desde agresiones verbales e intimidaciones hasta hostigamiento en espacios públicos y ciberacoso”.
Rosario no escapa a la media nacional. Para Edgardo Carmona, titular del Sindicato de Prensa local, “el balance es pésimo: la precarización, la pérdida de derechos, los salarios y sobre todo el atropello y las agresiones al sector”.
“El balance es pésimo, como el resto de los trabajadores de nuestro país, en eso no hay un una diferenciación por actividad”, señala Carmona, y detalla: “Por otro lado está el tema de lo que hace a nuestra tarea profesional, a lo específico a la construcción de contenidos, hay una agresión permanente hacia la tarea, la acusación de ensobrados, mandriles, esto de que de todo lo que circula en los medios de comunicación el 95 por ciento es mentira. La instalación de que el trabajo periodístico no tiene ningún valor y por el otro lado el manejo de trolls muy bien pagos para instalar permanentemente fake news, informaciones que solamente sirven para reafirmar odios, despreciando absolutamente lo que es la búsqueda de la verdad, la búsqueda de una información seria más allá de los enfoques ideológicos que los distintos sectores tengan. Es un balance realmente muy preocupante, desde la posibilidad de vivir de lo que hacemos, como casi todos los trabajadores en nuestro país que tienen una depreciación salarial fenomenal con una inflación que evidentemente no responde a lo que nos cuesta la canasta o cuando tenemos que pagar servicios. No sé de dónde sale ese 2,4 por ciento cuando todos vemos que no podemos seguir sosteniendo un estándar de vida similar al que teníamos ni siquiera el mes pasado. Pero sobre todo esta cuestión de la banalización de nuestra tarea, el desprecio, la violencia, que es un signo muy preocupante en una democracia porque fundamentalmente los gobiernos lo que deberían en todo caso es profundizar las posibilidades de las voces múltiples desde sostener medios públicos creíbles a bancar a los medios alternativos. Acá han liquidado a los medios públicos, cortaron los subsidios a los medios cooperativos, a los medios alternativos, hay un desprecio fenomenal por el disenso que se nota en todas las acciones de gobierno”.
En cuanto a la situación en los medios de la ciudad, el titular del SPR indica que “no escapa a ese problema”, que hubo “despidos y retiros voluntarios” y que “lo que se nota es que cada vez más el periodismo va dejando de ser una actividad de la cual uno pueda vivir”. “En realidad se da un fenómeno en los últimos tiempos que tiene que ver con el auge de las redes, los trolls, esta cuestión de la reafirmación de lo que uno piensa en vez de estimular el espíritu crítico hizo que los medios tradicionales fueran perdiendo espacio. También se ve un fenómeno muy concreto que es que la política es la que decide la agenda de los medios cuando debería ser al revés: los medios marcando cuáles son los temas que la sociedad discute, cuestionando a la política, cuestionando al empresariado, pudiendo contar lo que pasa. Se nota muy claramente la necesidad que tienen hoy los medios tradicionales de recibir pauta para poder seguir viviendo, porque no encuentran con facilidad cómo monetizar las nuevas estrategias. Eso los hace muy dependientes de quienes subsidian o bancan o ponen publicidad”.
Tras cuestionar “lo complicado de lograr un salario digno por lo que nosotros hacemos”, y el hecho de que “cada vez hay menos medios que apuntan a la calidad periodística”, remarca: “Sostener a un periodista investigando tres, cuatro meses algún tema importante para publicarlo es una rara avis, una cosa que antes era común en los grandes medios. Se han mercantilizado mucho los medios en Rosario, la situación se ha concentrado en muy pocas manos y hay una exclusión de mano de obra. Tenemos más de 70 compañeros con retiros voluntarios en los distintos medios, así que realmente el balance es muy preocupante. Es preocupante porque más allá de que hemos pasado grandes crisis en nuestra actividad, lo que hoy no se ve es un horizonte esperanzador rápido y cercano. Sin embargo, no perdemos el optimismo, la esperanza y por supuesto la lucha como mecanismo de recuperación de lo que alguna vez fue nuestro trabajo”.
Publicado en el semanario El Eslabón del 14/12/24
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