El gobierno nacional sigue atacando los espacios que luchan por la Memoria, la Verdad y la Justicia. El último día de 2024 anunciaron más despidos en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y el cierre del Centro Cultural Haroldo Conti, de la ex Esma.

Adriana Arce nació en Rosario. Docente y activista sindical, el 11 de mayo de 1978 fue secuestrada y llevada al centro clandestino de detención que funcionaba en la Fábrica Militar Domingo Matheu donde le practicaron un aborto sin anestesia. Como perdía mucha sangre, producto del aborto y las sesiones de tortura, la llevaron a un departamento céntrico para que la viera un médico. Por la ventana alcanzó a ver una publicidad en la vereda de enfrente y la reconoció porque su madre vivía a pocas cuadras de allí. Al recuperar la libertad, en 1984, después de haber pasado por el Batallón de Comunicaciones 121 de Rosario y –una vez legalizada– por la cárcel de Villa Devoto, decidió buscar ese edificio (ubicado en Entre Ríos entre Urquiza y Tucumán), y logró que se lo allanara tras presentar una denuncia en la Justicia con el acompañamiento de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep). Allí se encontró documentación que probaba los crímenes de lesa humanidad contra la humanidad que se habían cometido en Rosario y la zona, con archivos de todos los desaparecidos del Segundo Cuerpo, agendas, registro de operativos.

Adriana brindó testimonio y la mandaron a su casa con custodia policial pero a las tres de la mañana el efectivo le avisó que se tenía que ir porque habían tomado por asalto el Palacio de Tribunales y se habían llevado todo. Adriana no lo dudó y se fue del país. Durante su exilio en España continuó denunciando el robo de archivos y a su regreso, en 2004, ingresó a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación donde se desempeñó hasta marzo de este año cuando fue despedida junto a varios compañeros y compañeras más. Ahora, luego de que se conociera el cierre de varios de los espacios que funcionan justamente en la ex Esma, habló con este semanario y tampoco dudó: “Hay una clara intención de este gobierno de desmantelar absolutamente todo lo que tenga que ver con memoria, verdad y justicia”.

Foto: Sofia Barrios

“Esto lo han ido haciendo gradualmente desde que asumió este gobierno, cada vez más profundamente”, dice Arce, y fustiga: “Han despedido un montón de personal, hay sitios de memoria que funcionan donde antes funcionaban los lugares de de detención y torturas, y todo eso, que tras muchísima lucha se lograron convertir en sitios de Memoria, ahora lo quieren poner a la venta después de dar de baja al personal y de cerrarlos directamente en algunos casos”. Adriana repudia que los despidos se hayan comunicado un 31 de diciembre.

“A pesar de que había asueto administrativo el secretario mandó mensajes por Whatsapp o emails a todo el personal diciéndole que a partir del día 2 no se presentaran a trabajar porque estaban despedidos. Es una tomadura de pelo absoluta que roza la perversión. Muchos trabajadores se presentaron pero no permitían la entrada a nadie, tenían unas listas y solamente dejaban pasar a algunas personas. Lo grave es que el edificio del Archivo Nacional de la Memoria permanecía cerrado porque no entregaron las llaves y esto generó una situación bastante violenta. Indudablemente estamos en una situación absolutamente desfavorable, porque estas estas políticas se implementan desde el Ejecutivo que tiene secuaces que las llevan adelante”.

Foto: Sofia Barrios

Además de la situación que tuvieron que atravesar a fin de año las y los trabajadores, que además “cada uno tiene una familia, un alquiler que pagar”, Arce dimensiona la preocupación que sienten: “Corremos un alto riesgo de que todos los documentos, no sólo los de la Conadep sino de todas las investigaciones posteriores que están en el edificio del Archivo Nacional de la Memoria, que era la antigua panadería en épocas de la Armada, se pierdan. Allí están los documentos originales y corren riesgo como corre riesgo también la biblioteca de derechos humanos y la hemeroteca que tiene el Centro Cultural Conti que ahora está cerrado. Todas estas cosas son las que corremos el riesgo de perder y es muy importante que no se pierda todo esto porque están las pruebas que se han utilizado en los juicios de lesa humanidad. Si ellos hacen desaparecer todo eso les va a resultar mucho más fácil construir otro relato, otra historia muy diferente a la que nosotros sabemos y que hemos vivido. Ese es el objetivo, no es otro”.

Cuando se le señala que no hay manera de no asociarlo con el saqueo a los tribunales rosarinos luego de la recuperación de la democracia, Adriana tampoco duda: “Absolutamente. Me he dedicado a investigar sobre eso durante todos estos años y es lo primero que se nos vino a la memoria. Este problema es muy grave porque estamos arriesgando la prueba judicial de tantos juicios que se han hecho. Nos hemos movilizado todo lo que hemos podido a nivel internacional porque es la única manera de paralizar este desastre y se está discutiendo si se toma el edificio del Conti y la Secretaría de DDHH (NdR: al cierre de esta edición se resolvió la realización de un festival en defensa del Centro Cultural Haroldo Conti para este sábado 4, a las 18, bajo la consigna “Una memoria que arde”). Es una situación que sorprendió porque cuando ganó el macrismo también se pusieron en la puerta con unas listas para dejar entrar o no, pero ahora está la Policía Federal adentro tanto de la Secretaría como del Archivo. Y además están desoyendo que la ex Esma, como todos sabemos, fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco”.

Foto: Sofia Barrios

Ante tantos ataques y retrocesos en torno a las políticas de memoria, verdad y Justicia, Adriana reivindica la inmensa lucha de la Abuelas y el anuncio del nieto recuperado 138. “Eso demuestra que las Abuelas van por el camino correcto para recuperar a todos los nietos que faltan que son muchísimos, mínimo 300. Esto ha demostrado que, aunque repitan lo que el Gobierno opina que las las Abuelas no sirven para nada, sirven muchísimo y que lo que están llevando adelante ha sido un ejemplo para todo el mundo, aunque aquí el Gobierno actual se niegue a reconocerlo. Ha sido una alegría enorme y por lo menos una hemos tenido antes de fin de año”.

Respecto de lo que tuvo que atravesar durante la dictadura, Arce se toma tiempo para elegir las palabras. “Cuando vos ves la cantidad de chicos que no tienen para comer, que se tienen que acostar sin comer todas las noches y que de golpe se juntan en la Plaza de los Congresos más de 3 mil personas para poder tener una cena de Navidad, lo que uno pasó, lo que pasaron todos los compañeros, torturas y todo tipo de vejámenes, a la vista de lo que sucede hoy sin minimizar que todo eso era macabro y fue terrible, no puedo dejar de pensar que lo que están haciendo hoy es mucho más sofisticado, porque mucha gente no se da cuenta, mucha gente sigue apoyando a este Gobierno porque no se dan cuenta de lo terrible que es y que no tengo dudas es otra forma de genocidio”.

Publicado en el semanario El Eslabón del 04/01/25

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