La reforma de la Constitución santafesina pondrá en debate la posibilidad de reelección del gobernador y el papel que jugarán los distintos espacios opositores. El peronismo disperso, la gran incógnita a develar.

La Constitución de la Provincia de Santa Fe sigue siendo la misma que hace 62 años, y su reforma es ya no una discusión sino una realidad que está pronto a concretarse. Más allá del debate sobre la necesidad o no de hacerle cambios, la pregunta que se impone a toda indagación es por las cualidades que tendrá. ¿Qué contenido va a ocupar las líneas del nuevo texto? ¿Va a ser un elemento que responda a las necesidades de la provincia, considerada geopolíticamente y en articulación con un Estado nacional, o va a ser una cristalización hacia el futuro de una constitución de poder radicalmente actual, que responda a intereses sectoriales muy específicos y que no están necesariamente en consonancia con las mayorías populares? El debate está aún relativamente abierto, y ciertamente resultará un momento histórico por el cambio profundo que significa modificar el corpus mínimo del cual se derivan jerárquicamente los demás códigos legales. Se sabe, sin embargo, que la historia no siempre va hacia adelante en un iridiscente progreso hacia formas mejores, más felices y más productivas, hacia el palacio de rascacielos interplanetarios poblado por personas libres y emprendedoras que regulan armónicamente su vida a partir del puro beneficio individual. Hacia dónde apunte finalmente la nueva Constitución será algo que dependerá de la fuerza –por números y votos, por un lado; y por inteligencia y capacidad de aprovecharla, por el otro– de los sectores en pugna. 

La reforma se llevará a cabo mediante una suerte de Congreso conformado por 69 convencionales elegidos directamente por el pueblo en número igual al de los miembros del poder legislativo (50 diputados +19 senadores=69). El dato saliente es que para ser convencional se requieren las mismas cualidades que para ser elegido diputado provincial pero con la salvedad de que el cargo de convencional constituyente es compatible con cualquier otro cargo nacional, provincial o municipal por lo que hasta el gobernador Maximiliano Pullaro podrá (y ya adelantó que lo hará) postularse. 

La posibilidad de reescribir la Carta Magna santafesina fue aprobada en la Cámara baja provincial durante la madrugada del pasado viernes 6 de diciembre con 37 votos a favor, 12 en contra y la ausencia de Amalia Granata. El oficialismo votó en su totalidad (28 legisladores) el proyecto debatido y lo mismo hicieron Perotti, Corach, Arena y Martorano (PJ), Fabián Palo Oliver y Claudia Balagué (Frente Amplio por la Soberanía), Omar Paredes y Edgardo Porfiri (Somos Vida) y Juan José Piedrabuena (Barrio para la gente). En tanto que quienes se opusieron fueron Verónica Baró Graf, Walter Agosto, Miguel Rabbia, Lucila De Ponti y Alejandra Rodenas (PJ), Carlos del Frade (Frente Amplio por la Soberanía), Alicia Azanza, Beatriz Brouwer, Silvia Malfesi y Emiliano Peralta (Somos Vida), Natalia Armas Belavi (Vida y Familia) y Juan Domingo Argarañáz (Inspirar). Ese mismo viernes el Senado le dio sanción definitiva.

Oportunidad histórica

“Es un viejo anhelo de muchos, ya hubo otros intentos a lo largo de la historia reciente, desde la recuperación de la democracia, pero ahora se llega a la instancia para poder elegir a los convencionales constituyentes”, señaló en el programa de radio Poné la Pava Roberto Sukerman, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional de Rosario y ex concejal, dando cuenta de la particularidad de este nivel de la discusión convencional. 

Foto: Julia Oubiña | El Eslabón/Redacción Rosario

Sin embargo, el cómo es la instancia decisiva de cualquier intento que a primera vista parece de la buena intención modernizadora –porque lo viejo por viejo siempre es inútil– para vislumbrar a qué interés responde. “Creo que la reforma es también una oportunidad de hablar con la gente de cada barrio de Rosario, en cada ciudad de la provincia, y transmitirles cómo podemos hacer mejores instituciones para que puedan vivir mejor. Es decir, está bien que haya expertos, que haya constitucionalistas, pero esto no es una cuestión de unas listas, ni de abogados, ni de constitucionalistas, ni de técnicos, aunque los tenga que haber. Es cuestión de generar un debate público sobre cómo podemos hacer para vivir mejor en nuestra provincia. Hay muchos que quisieron hacer la reforma constitucional y no pudieron, ahora tenemos la oportunidad y yo creo que lo que tenemos que hacer es aprovechar esa oportunidad. Y, obviamente, vamos a intentar hacer la reforma más profunda que se pueda”, sentenció Sukerman. 

Ya hay más de cuarenta temas que se prevé se traten en esa reforma. “El tema de la autonomía municipal para nosotros es muy importante, y particularmente para Rosario. “Lo que critico es cómo se incluyó la autonomía municipal, sobre todo esto de «conformidad a la ley». Porque eso se puede interpretar como que están encorsetando la autonomía municipal cuando sabemos que está consagrada en el artículo 123 de la Constitución Nacional. Lo que interpreto es que van a poner un contenido genérico en la Constitución sobre la autonomía y después eso se profundizaría en una ley. Lo importante es que esa autonomía no esté definida en una ley especial sino en la Constitución”, señaló el ex concejal y ex jefe de Gabinete del Ministerio de Trabajo provincial, y por otro lado amplió: “Se trata también de ampliar derechos, como en el año 94 incorporamos los tratados internacionales a la Constitución Nacional. Todo este sistema de protección y de derechos humanos tiene que estar bien claro en la Constitución provincial. Y también lo que tiene que ver con organismos de control, y esto no es para hacer un Estado más burocrático, sino para hacer un Estado más eficiente, porque después lo que nos pasa es que tenemos empresas de servicios públicos o tenemos deficiencias del Estado que no da respuesta, y no tenemos a quién reclamarle. Por eso son importantes los organismos de control”.

Ilustración: Facundo Vitiello | El Eslabón

Es claro que el contenido que tendrá la reforma se regirá en torno a la votación de los asamblearios constituyentes, que discutirán y decidirán finalmente el nuevo texto. “Va a depender mucho también del resultado electoral –reafirma Sukerman–. Si la población vota a Pullaro y su lista, obviamente lo que va a votar es la posibilidad de reelección y el modelo de provincia que quiere Pullaro. Ahora, si la sociedad elige votar a otros sectores que venimos a proponer otra mirada, que venimos a proponer derechos y una organización del Estado que sea eficiente, que sea transparente, que tenga controles, que podamos poner a la autonomía municipal como corresponde para que Rosario tenga su derecho a dirigirse, a poder conducirse a sí misma, algo que hoy no puede porque está muy atada la provincia, entonces en ese caso sí se va a aprovechar esta oportunidad histórica”. El ex director del Ansés pronostica un clima picante: “Seguramente algunos van a querer clausurar los debates, van a querer cerrar las discusiones. Nosotros, que somos opositores, que somos críticos, lo que queremos hacer es justamente proponer lo contrario y que se discutan abierta y profundamente los más de 40 temas a los que hay que brindarle contenido. Lo que vamos a buscar es hacer la reforma más profunda que se pueda y estar a la altura del momento histórico”.

¿Cómo se vota? 

El abogado constitucionalista da detalles de los mecanismos que se implementarán. “Ya votada la ley de declaración de la necesidad de la Reforma, lo que se hizo ahora es convocar a elegir a los convencionales constituyentes que son quienes van a llevar adelante la reforma en lo que se denomina una Convención Reformadora, como si fuera un congreso, una legislatura, un concejo municipal, pero que tiene solamente una misión que es reformar la Constitución”, explica Sukerman y agrega: “Los temas a reformar son exclusivamente los que están incluidos en esa Ley de Derecho a la Reforma y son más de 40. Los convencionales se van a elegir el día 13 de abril, que va a coincidir con las Paso en las que vamos a elegir concejales, intendentes, presidentes comunales. Se van a elegir 50 convencionales, que es como cuando se eligen los 50 diputados y diputadas provinciales por sistema D’Hondt con paridad, y se van a elegir 19 convencionales más, que es como cuando elegimos un senador o senadora por departamento. Los 69 que resulten elegidos se van a reunir a llevar adelante esta tarea durante 40 días de reformar la Constitución provincial en un sistema como en cualquier otro proyecto: se ponen cada uno de los temas a discusión, se vota y se termina generando el texto final”.

Cabe destacar que durante las discusiones previas a la aprobación de la ley para reformar la carta magna provincial quedó establecido el porcentaje de votos necesarios para poder aspirar a una banca. El padrón electoral provisorio indica que 2.835.190 son los ciudadanos habilitados para votar tanto en los comicios provinciales como nacionales del presente año. Número que se eleva en 26.779 en las categorías municipales y comunales por la posibilidad que tienen los ciudadanos extranjeros de elegir los cargos de intendentes, concejales y autoridades comunales. Con esos guarismos, en la elección de convencionales constituyentes del próximo 13 de abril se necesitarán 70.879 votos, es decir el 2,5 por ciento del padrón. Esto generó rispideces durante las negociaciones ya que algunos sectores proponían un piso más bajo. La dispersión que padece el peronismo santafesino, la fuerza opositora con mayor capacidad de voto, es la incógnita a develar en el tiempo que resta antes de tener que oficializar las listas.

Publicado en el semanario El Eslabón del 11/01/25

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