El póker es uno de los juegos de cartas más populares y conocidos. Se trata de un juego de naipes clásico que se lleva jugando hace siglos, ya desde la Edad Media en Persia (bajo el nombre de Âs Nas) y que posteriormente llegaría a Europa de la mano de comerciantes, precisamente a Francia y desde ahí se expandió al resto del viejo continente y del mundo. 

Pero la imagen de salas físicas de casino llenas de jugadores expectantes para jugar una partida de póker ha cambiado. Si bien la emoción se mantiene intacta, en la actualidad la forma de jugar es diferente, sobre todo porque el acceso se ha vuelto mucho más fácil. Gracias a la tecnología, es posible divertirse con juegos de póker online, sin necesidad de salir de casa. Un mercado que además, y según un estudio realizado por Research and Markets, se espera alcance un valor estimado de 193.800 millones de dólares para 2030.

Si bien ambos formatos pertenecen a la categoría de póker, tienen diferencias muy marcadas. Toma nota, que a continuación vamos a hablar sobre ellas.

Las reglas básicas del póker

A pesar de que estas dos versiones del póker tienen diferentes características, también cuentan con algunas similitudes, en especial en sus reglas básicas. Para empezar, siempre se disputan con una baraja de cartas inglesa, que se divide en cuatro categorías o “palos”: corazones, diamantes, tréboles y picas.

Este juego no utiliza comodines, sino que tiene cartas numeradas del 2 al 10, más las figuras de la J, Q y K. Por último, se encuentra el as, que funciona tanto como un 1 y como 13, siendo la carta de más valor. En total, son 52 cartas que componen un mazo de póker.

El objetivo principal es formar la mano más alta posible, combinando las cartas propias con las de la mesa (dependiendo del tipo de juego), y superando a los rivales. Para ello, hay distintas combinaciones que se pueden crear. De la más alta a la más baja, son las siguientes:

  • Escalera real: Del 10 al as del mismo palo.
  • Escalera de color: Cualquier combinación de 5 cartas del mismo palo.
  • Póker: 4 cartas iguales.
  • Full House: combinación de 3 cartas iguales y 2 cartas iguales.
  • Color: 5 cartas del mismo palo sin importar el orden.
  • Escalera: 5 cartas consecutivas de cualquier palo.
  • Trío: Tres cartas iguales.
  • Par doble: Dos pares de cartas iguales.
  • Par: Dos cartas iguales.
  • Carta Alta: Del As como más alta hasta el 2 como la más baja. 

Todos los juegos de póker siguen estas reglas básicas. Luego, hay una gran cantidad de estilos diferentes, como Texas Hold’em, Omaha, 7 Card Stud y más. 

Las características del póker presencial

Es muy probable que todas las personas conozcan el juego de póker, ya sea por haber jugado alguna vez o por haberlo visto en la televisión o quizás alguna película. Por ejemplo, en James Bond Casino Royale, una de las secuencias más importantes se lleva a cabo durante una partida de póker.

El formato tradicional de juego se destaca por ser presencial. Esto quiere decir que la persona tiene que ir a hasta un establecimiento de juego de forma física. En el costado más casual, un grupo de amigos se puede juntar en una casa para jugar una partida. 

Otra de las características principales es que los jugadores se enfrentan entre sí en cada una de las manos. Entonces, tendrás que vencer al resto de las personas para ser el ganador. Este punto es fundamental, pues agrega uno de los condimentos principales que tiene el póker: el engaño.

Para ganar una mano, no se necesita la mejor mano de forma obligatoria. También existe lo que se conoce como “bluff”, es decir, engañar a los otros jugadores mediante las rondas de apuestas. Por ejemplo, hacer una apuesta poderosa, intimidando al resto, cuando en realidad tu combinación es muy baja.

Por esa razón, existe la frase de que “al póker no se juega con tus cartas, sino con las del rival”. En este sentido, la participación del jugador es clave y no se deja el resultado del juego a la fortuna del azar, pues es uno de los juegos con más estrategias y decisiones relevantes por parte del usuario. Si bien no deja de tener una cuota de suerte, es menor que en el caso de las tragamonedas.

En las mesas tradicionales de póker, el jugador no está a cargo del ritmo de la partida y es un participante más, que debe adaptarse a las reglas establecidas; esto en cuanto al tiempo para actuar, el plazo entre mano y mano, el límite de apuestas de la mesa y mucho más. Cada jugador debe adecuarse a las características establecidas y, si no está de acuerdo, puede abandonar la mesa e ir en búsqueda de otro juego.

Las diferencias con el póker online

Con la llegada de la tecnología y la aparición de los casinos online, el acceso a los juegos se volvió mucho más fácil y disponible para todos. Esto marca la primera diferencia, pues ya no hace falta desplazarse para participar, sino que hay mucha más comodidad y libertad.

Con una computadora o un celular, cada usuario puede elegir su lugar de juego, con todas las comodidades que esto implica. Además, estas plataformas no tienen restricciones horarias, por lo que se puede participar en cualquier momento del día.

Una de las diferencias más grandes que se puede encontrar, es la aparición del video póker en los casinos online. Se trata de un formato individual, en donde el usuario se enfrenta únicamente a la banca digital, sin otros jugadores. Asimismo, no es una versión de póker habitual: es parecida a las tragamonedas pero con las combinaciones del póker.

Para que continúe siendo divertido, existen muchos tipos de juegos, con diferentes temáticas y reglas. En askgamblers.com podrás encontrar mucha más información, pero algunos de ellos son Jacks or Better, donde el par de J es la mano más baja; o Deuces Wild, donde cada 2 funciona como un comodín.

En este formato, el jugador sí está a cargo del ritmo de juego. Tendrá todo el tiempo que necesite para seleccionar su apuesta, y hasta no apretar el botón de inicio, no comenzará la ronda. Lo mismo ocurre terminada una mano, cuando se repite el proceso. Además, la interfaz de estos juegos está diseñada para brindar ayudas a los más novatos. Por ejemplo, una tabla con el valor de las manos, o un indicador de la combinación más alta en cada momento.

No se puede dejar de nombrar el póker en vivo que también es ofrecido por diversos casinos online. En esta modalidad no se usa un software para el juego, sino que se hace uso del streaming con un croupier en tiempo real. ¿El resultado? Se simula a un casino físico y se vive toda la emoción del juego en vivo con una experiencia más inmersiva. 

De esta forma, podemos ver como si bien ambos formatos son diferentes, se unen en cuanto a  que tanto la modalidad tradicional como online apuntan a que vivas la pasión póker, aunque la segunda lo acerca a tu espacio. En tu caso, ¿cuál es tu favorito? 

 

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