La jugadora de hockey Manuela Fernández y Mayán expuso a la asociación amateur porteña por poner un partido el 24 de marzo, en el horario de la marcha. Militancia contra el olvido y curiosos nombres peronistas a las jugadas en las que participa.

Maradona –siempre Maradona– dice ante los micrófonos que el que no quiere hacer un minuto de silencio no tiene sentimientos. Aprovecha a remarcar que él no le hubiese dado el perdón a los militares, en alusión a los indultos otorgados por el gobierno de Carlos Menem. Y agrega que le parece “una barbaridad” que Emilio Eduardo Massera se pasee, ya en democracia, por canales de televisión, y que aplaudan a Jorge Rafael Videla.

Es la tercera fecha del Clausura 96, y ese domingo 24 de marzo se hace un minuto de silencio en siete de los ocho partidos disputados, Boca-Platense entre ellos. La excepción, recordada, fue la de Belgrano-Racing, por decisión del árbitro Daniel Giménez, el Sargento. “Vivimos una guerra”, se justificó, con argumentos aún vigentes. 

Aunque sin cámaras ni flashes, también hubo un minuto de silencio en un partido de hockey de la Copa Buenos Aires disputado en Benavídez, el pasado 24 de marzo. Fue a pedido de la jugadora de la tira B de Racing de Avellaneda, Manuela Fernández y Mayán, y no de la Asociación Amateur de Hockey de CABA, que ignoró por completo el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. 

Ironía del destino, el choque fue ante el Newman, donde estudió e hizo rugby el ex presidente Mauricio Macri, aquel del “curro de los derechos humanos”. Fue derrota y eliminación racinguista (4 a 2). Pero hubo un minuto de silencio, para el olvido que está muerto.

Carta de la bronca

Para Manuela Fernández y Mayán, el 24 de marzo “es un día para levantar bien arriba a Adriana Inés Acosta y a Miriam Susana Moro”, y no para disputar un partido. Con la mención de las dos jugadoras de hockey desaparecidas, la capitana e hincha de Racing hizo pública una carta –luego viralizada– contra la decisión de la Asociación Amateur de Hockey de Buenos Aires de poner una fecha el Día de la Memoria. 

“Estaba con bronca, porque me parece horrible que me hagan elegir entre ir a marchar como marché toda mi vida, o ir a jugar un partido importante. Porque encima eso –resalta–, era un partido re importante”. El choque del lunes pasado correspondió a la Copa Buenos Aires, un torneo paralelo al Metropolitano, que es el de cada fin de semana. “Sería como la Copa Argentina en fútbol”, compara la hockista. El certamen mezcla equipos de diferentes categorías. Racing, que pertenece a la línea F, contra Newman, de la E. 

Esta mujer que además es periodista en el programa de Carlos Barragán en FM La Patriada, radio cooperativa, asegura que esta decisión de la entidad que rige el hockey amateur porteño es “ideológica” y no una cuestión de calendario. “Es una copa que se juega entre semana, en días de entrenamiento. Podríamos haber jugado el miércoles a la noche, que es cuando entrenamos nosotras, o el martes a la noche, cuando entrenan ellas, y listo. Eso me dio rabia, porque se podía poner la fecha en otro momento”.

También, comentó, se podría haber modificado el horario, para que no coincidiera con el de la marcha, ya que no hay partidos previos de categorías infantiles como suele ocurrir cuando juegan el Metropolitano los sábados.

Todo ese malestar, Manuela lo canalizó primero en charlas con el plantel, y luego, en una carta abierta. “Mis compañeras me bancaron, cosa que no me había pasado antes”, dice esta jugadora con pasado en Quilmes y en el hockey francés. “Es un deporte históricamente elitista, a veces es difícil hablar de política. O de derechos, sin ir más lejos”.

Referente del plantel, explica su dilema: “Por ahí, quien no hace deportes no entiende lo que es el compromiso con un equipo, y te dice «bueno, pero no vayas a jugar, andá a marchar», y es difícil explicar. Y también es difícil explicarle a un militante por qué es importante ir a jugar una Copa”, y más siendo la capitana. “Estaba tan frustrada que decidí ir a jugar, e ir más tarde a la plaza”.

Su mensaje, difundido en redes sociales, recibió el apoyo de jugadoras y jugadores, también de otros deportes y disciplinas. Lo mismo que de dirigentes racinguistas. “Mi equipo respondió compartiendo mi carta”, se alegra. “Yo no voy a obligar a nadie que piense como yo, por eso lo hice de manera personal”. 

Sólo faltó la respuesta institucional. “Vi que los de la Asociación vieron mis historias (en Instagram) y nada. Sé que están al tanto, pero la verdad es que tampoco espero una respuesta”. 

Las jugadoras, además, pintaron en el mítico predio Tita Mattiussi, una bandera con la que salieron a la cancha. “Memoria, Verdad y Justicia. Hockey Racing dice Nunca Más”.

Partido al medio

Mientras miles de personas se disponían a marchar el lunes 24, Manuela Fernández y Mayán preparaba su bolso para hacer un largo viaje desde Avellaneda hasta Benavídez, donde está el Cardenal Newman. El feriado se hizo sentir en el club. Sin empleados, sin buffet, sin público.

Acompañada por el equipo, la capitana de Racing se acercó a la árbitra a pedir un minuto de silencio, en homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado. A los 30.000. “Por suerte, ella aceptó”. Después vino el despliegue de la bandera, la foto, y el partido. El resultado (victoria local 4 a 2) es anecdótico. Ya lo dijo el periodista y abogado de derechos humanos Pablo Llonto en la actividad Racing tiene memoria –que recordó a los fusilados en la cancha– que aquel gesto demuestra que “el deporte no es solamente la tabla de posiciones, los negocios y los pases”. Que también es la rosarina Miriam Moro y su paso por Remeros Alberdi, Universitario y Newell’s; y la bonaerense Adriana Acosta y su paso por Lomas Athletic y la Selección. Ellas y los otros 220 deportistas desaparecidos.

Mi nombre como bandera y como jugada

Manuela Fernández y Mayán camina las marchas los 24 de marzo desde muy pequeña. Incluso, aclara, desde antes de 2003, cuando Néstor Kichner convirtió en política de Estado los derechos humanos. Esta mujer de 34 años mamó la militancia de sus padres, aunque no está encuadrada en ninguna agrupación.

Su peronismo se puede corroborar de varias maneras. La más curiosa, quizá, sean los nombres de las jugadas en los corner cortos, señales que sólo entienden sus compañeras de equipo y cuerpo técnico. Así, cuando la pelota debe ir a parar a su palo, se grita “Evita Vive”, o “Evita Capitana”, o “Evita Revive”, según la jugada que la tengan como protagonista. “Esas son las jugadas en las que yo participo. Las demás se llaman distinto”, revela.

Una árbitra, incluso, llegó a parar el partido por supuestos gritos partidarios de su entrenador, cuando en verdad aquello escondía una decisión estratégica. “Lo que veo en Racing es un club más popular que los anteriores en los que jugué. Antes no existía tanto eso en el hockey, y hoy se está haciendo un poco más popular. Es un deporte que tiene lo suyo, es clasista, elitista, pero ahora se está popularizando un poco más”.

Publicado en el semanario El Eslabón del 29/03/25

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