¿Qué pasa con los datos que volcamos en la red? ¿Somos todos vulnerables o sólo nuestro voto electrónico? ¿Por qué mi información puede servirle a un hacker? Ramiro Caire es analista en seguridad informática e intenta explicar por qué todos los ciudadanos deberían sentirse parte de la problemática.
El debate por el voto electrónico trae el tema a colación, pero hace tiempo que la seguridad informática merece ser un tema de interés y conocimiento general. Todos estamos expuestos. Todos somos activos digitales. Toda nuestra información viaja a través de la nube virtual con altas posibilidades de ser cazada por algún miembro de la industria del ciber-crimen. No es necesario ser una empresa, funcionario o agente secreto. Basta con ser doña Rosa y saber pagar los impuestos a través de la computadora: todo lo que hacemos a través de los medios digitales puede servirle a alguien. Y cada vez hacemos más.
“La gente está muy expuesta y la mayoría no toma ningún tipo de recaudo, no hay conciencia de una utilización segura del dispositivo. Es muy importante el componente que el conocimiento sobre seguridad informática aplica a todo esto”, explicó Ramiro Caire, analista en seguridad informática. “La seguridad informática tiene una función definida: proteger activos computacionales, equipamientos informáticos, información de soportes electrónicos y demás. Todo eso mediante metodologías, estándares y leyes. Básicamente es eso: cuidar redes e infraestructura”, agregó.
Ramiro trata de explicar. Se da cuenta, y aclararía más tarde, que uno de los problemas de que esta inseguridad no esté instalada, tiene que ver con el uso de conceptos técnicos, poco inclusivos. Pocos lectores se habrán sentido identificados con la definición transcripta renglones más arriba: nadie se siente activo de nada, mucho menos de lo que puede hacer con los medios digitales (computadoras, tablets y teléfonos) que se usan permanentemente.
Somos, sin embargo, activos. Y vulnerables. Tal vez las experiencias y debates sobre voto electrónico nos hacen sentir más cerca de la problemática, pero la seguridad informática también toma protagonismo con otras temáticas y debería haberlo hecho hace tiempo. “Los delitos informáticos tienen varias motivaciones. En su mayoría, beneficios económicos. A veces la información que a vos no te importa puede ser el medio para llegar a otros propósitos. Y a veces no sos un blanco, pero se realizan grandes campañas de ataque que apuntan a la masividad, en las que caen muchos usuarios y luego los cyber-delincuentes revisan quién les interesa y quién no”, explica Caire. Y luego enumera esos peligros a los que el usuario medio está expuesto: estafas online, pedofilia, robos de identidad, difamación, extorsiones. Como una película. Incluso, la información que se vuelca a las redes nos transforma en bienes de uso comercial.
“Cuando un servicio en la red es gratis, es porque vos sos el producto. El e-mail, las aplicaciones para el teléfono, las redes sociales. Las usas de manera gratuita pero las retroalimentas con mucha información sobre tus gustos, tu cotidianeidad, todo lo que hacés y querés hacer. Si hablás con una amiga sobre un viaje a Brasil, comenzás a recibir publicidad, ofertas, datos al respecto”, añade.
Tomar medidas de seguridad frente a esta panorama no es un problema. La solución es tan cercana como el problema. “No hay una recomendación cien por ciento efectiva. Hay varios métodos que se pueden aplicar para estar en un estado aceptable. Todos estamos expuestos y casi todos los días salen amenazas nuevas que pueden afectarnos. Pero algo puede hacerse”.
Caire enumera dos tipos de soluciones. Las técnicas, por un lado, como tener un buen antimalware –antivirus– o sistemas operativos legales. Esto último sería comprar la licencia de Windows como corresponde o utilizar software libre, de actualización gratuita y manual. La medida más importante a tomar es la que corre por cuenta de uno: el sentido común. Tener clave segura en el wifi, entrar a paginas seguras, constatar la conexión segura (el ícono del candado, a la izquierda de la barra de navegación), no responder mails dudosos, etcétera. La falta de herramientas de seguridad, incluso las básicas, como estas, son una falencia que parte de los fabricantes y especialistas en seguridad informática.
Para Ramiro Caire, la falta de conciencia de usos seguros no es culpa del usuario. La informática –explica– puede resultar abrumadora: siempre hay algo nuevo, nuevas aplicaciones, nuevas versiones, nuevos teléfonos y computadoras. Todo el tiempo estamos aprendiendo a usar algo. Y frente a esto, el usuario no tiene la culpa, ni tiene por qué saber cómo encriptar un teléfono o un pendrive para llevar información. Los fabricantes, las empresas, el Estado y los especialistas deberían colaborar para capacitar y eliminar los riesgos que pueden implicar las herramientas tecnológicas.
Fuente: El Eslabón.
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