Foto: Javier García Alfaro
Foto: Javier García Alfaro

La editorial Fiesta E-diciones presenta la obra reunida de Mercedes Gómez de la Cruz, en un e-book que incluye sus tres libros Lo que huye (Los lanzallamas, 2003); 100 muñecas, de su propio sello editorial (Junco y Capulí, 2004); y Soy Fiestera  (La creciente – Junco y Capulí, 2006). Además, otros poemas dispersos que fueron publicados en antologías y plaquetas; y de yapa, Rama, su último poemario inédito. Al ser entrevistada por el eslabón, la autora habló de su obra, sus métodos de escritura, sobre la lectura múltiple y la feminidad que toma forma en sus poemas, y baila.

El relanzamiento de la poesía reunida de Mercedes será el próximo jueves 17 de marzo, a las 20, en Club de Fun, de Sarmiento 384. Habrá lecturas de otros poetas y además una performance de la que no se puede decir nada. Por supuesto habrá tragos, dj’s, pista de baile ¡y hasta cotillón!

Al ser consultada sobre la edición de Soy Fiestera, la escritora explicó que se trata de una versión digital (formato ePub), modalidad cada vez más extendida entre los aficionados a la lectura y que se podrá comprar el día del evento de la presentación, por mail. “Supongo que una obra reunida en papel estaría bien, pero por ahora no se dio y no me desvela mucho. Me parece que si las cosas son así, está bueno porque llega más rápido y a otros lugares”.

Mercedes contó que escribe siempre, todo el tiempo, y que además no se define como poeta. “Soy escritora. Escribo poesía y otras cosas”, aclaró. “Esta vida esquizofrénica que tenemos, en la que cuesta vivir de la escritura, hace que también cueste decir «sí, soy escritora». Pero lo soy, y es más, de ambiciosa te diría que soy una artista”, repuso.

Sobre el proceso creativo, la autora reveló sus propios métodos: “Yo escribo en mi cabeza, después eso baja en un cuaderno o en la compu, como un fruto que cae. Algunos trabajan por inspiración, y yo también lo hice: de un ramalazo escribía un poema entero, y después desmalezaba, lo quemaba o lo publicaba. Pero en la escritura siempre tenés que negociar entre lo que querés decir y lo que el poema puede decir. A lo mejor el poema te sorprende y es satisfactorio y te lleva a descubrir otras cosas”.

También escribe en diarios íntimos y desde 2005 lo hace en un blog Andrómeda Mil mediante la técnica de la escritura automática. “Es otra modalidad. No es que yo escribo en word y lo subo, yo escribo ahí, demore lo que demore. Edito ahí, corrijo ahí, y publico. Escribí bastantes poemas que son únicamente para el blog, y también hay una serie sobre Andrómeda”, contó la escritora sobre la figura mitológica que le da título al blog, sobre la que investigó en busca de algún rastro suyo en la historia. “¿Cómo habrá sido la primera Andrómeda, la real?”, comentó.

Sobre Lo que huye, Mercedes aclaró: “Es muy primer libro. Cada vez me doy más cuenta de eso, porque hay poemas que son retomados con otra profundidad en los otros libros”, señaló la escritora y editora, quien por otra parte admitió que Rama (el bonus track inédito de la colección) es un libro de amor. “Es un libro que escribí a lo largo de los años, sin una mirada orgánica, sino al revés. Salieron esos poemas y los junté. También para jugar con esta cosa de lo cursi que tiene el poema de amor. El título Rama viene del palíndromo «amar es reconocerse rama». Y tiene que ver con una mirada del amor como una construcción, que es mucho más que el deseo”.

“No sé si soy feminista. Pero soy mujer, es inevitable que escriba como tal”, reflexionó la escritora rosarina al ser consultada, además, por algunas marcas halladas, no a fuerza de declamación, sino de una feminidad poderosa que se afirma en la escritura, y se disfruta.  Acaso la voz fiestera dijera, en pleno rito de la danza: “En el cuerpo tengo todo”.

En 100 Muñecas desfilan Barbies desvirgadas, mamaderas mágicas, Poldy Bird y las bebitas abandonadas por la edad. “Es un libro un poco perverso pero tampoco aparece la victimización, salvo por la mención a Andrea del Boca que paría con llanto y dolor”, contó entre risas la autora sobre su segundo libro publicado por el sello que dirigió ella misma. “En esos poemas está la infancia atravesada por la mirada adulta, una infancia desangelada. Ese fue mi juego, pero puede haber otros. Lo que a mí me importa es que el lector se pueda encontrar en ellos”, repuso Gómez de la Cruz sobre el poemario en el que aparece, como un destello premonitorio, la alegría del cuerpo. “Y entre una multitud de/pinceles y sillitas bajas sonaba/ un disco de Rafaela Carrá que/ no podía dejar de bailar. Desenfrenadamente.”

 

El Alma de la Fiesta

—¿Qué hay de Mercedes en Soy Fiestera?

—Que a mí me guste bailar, es una anécdota. Todos los libros tienen diálogos con otros autores, con canciones. Lo biográfico no es más que una anécdota. En Soy Fiestera yo me puse a investigar en la literatura argentina y latinoamericana qué había sobre la escritura del ritmo y la negritud. No encontré mucho en la literatura argentina como me hubiera gustado, aunque en los últimos 10 ó 15 años se profundizaron los estudios sobre lo negro. Por eso fui buscando algunas lecturas, encontré por ejemplo el libro Bailarina Privada de Daniel Muxica, y otros autores latinoamericanos como Manuel del Cabral (República Dominicana) y Nicolás Guillen (Cuba). También leyendo boleros y escuchando mucha música. Estuve tres años escribiendo ese libro que salió en noviembre de 2006, en Córdoba. Fue un trabajo literario, de campo, de memoria.

—¿Se sigue leyendo poesía?

—Yo creo que sí. Hay nuevas experimentaciones muy interesantes y que son postas que hay que tomar, porque son formas de darle vitalidad a la poesía, como la sonorización o el slam de poesía, que tiene una teatralidad incluso más cercana al stand up.

—¿Qué estás leyendo ahora?

Preparación para el amor, de Leticia Obeid (Caballo Negro,2015), es una novela hermosa, la autora es de Córdoba, muy recomendable. Terminé de leer la Serie Negra de (Washington) Cucurto, un libro que edita Paisanita, es un delirio total, como siempre pero diferente. También estoy leyendo Sobre el dibujo, de John Berger, y me gusta tanto que no lo quiero terminar. También leo mucho de internet, muchos blogs de poesía. Ahora en casa separé los libros que no leí y que tengo ganas de leer. Los que no, bueno, seguirán ahí.

—Y de tus colegas locales, ¿a quiénes destacás?

—A mí me gusta mucho lo que hace Beatriz Vignoli, tiene una maestría para los temas que es alucinante. También me gusta lo que hace Eduardo Danna. Y después, un montón de gente amiga, como por ejemplo los poetas que me van acompañar, me encantan todos: Alicia Salinas, Maia Morosano, Alejandra Méndez y Pablo Castro, que tiene un registro del humor que me alucina. También me gusta lo que hace Irina Garbatzky.

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