Diputados del PJ apuran por aprobar esta semana la creación de una quinta cuota de los inmobiliarios rural y urbano, cuya recaudación debería distribuirse en su totalidad a municipios y comunas. El proyecto tiene media sanción del Senado, que el jueves tiene que tratar el proyecto de reforma impositiva integral del oficialista, que cuenta con la aprobación de la Cámara baja. Un intríngulis en el que ni oficialismo ni oposición quieren ceder un paso.
Los diputados de los diversos bloques del Frente para la Victoria meterán presión esta semana para que se apruebe en la Cámara baja la quinta cuota de los inmobiliarios rural y urbano. Es todo lo que está dispuesto a dar el PJ en relación a la reforma tributaria que impulsa el Frente Progresista, que ya consiguió media sanción, pero que seguramente quedará trabada en el Senado donde la oposición posee mayoría.
El presidente del bloque del PJ-FPV, Luis Rubeo, pidió durante la última sesión el tratamiento sobre tablas del proyecto que la semana anterior obtuvo media sanción del Senado, a través del cual se crea la quinta cuota de los inmobiliarios, y se coparticipa el total de su recaudación a municipios y comunas.
“El pedido de tratamiento sobre tablas”, explicó Rubeo, “se basa en la urgencia de recursos para afrontar sus gastos e inversiones que sufren los municipios y comunas de la provincia”. Y recordó que el proyecto propone incrementar en un 25 por ciento esos dos impuestos.
En el mismo sentido se manifestaron los integrantes del bloque 17 de Octubre, Alberto Monti y Jorge Lagna, quienes a través de un comunicado sostienen que “en vista de que mas allá de las diferencias que se expresaron en el debate por la reforma tributaria, no caben dudas que casi la totalidad de los diputados del Frente Progresista avalan esta iniciativa”.
“Ante el peligro inminente de que muchas municipalidades no puedan hacerse cargo de sus obligaciones, sobre todo si se acuerda un aumento en paritarias para los empleados comunales, es que apelamos a la buena voluntad de los legisladores oficialistas que responden políticamente al gobernador Hermes Binner para poder concretar la sanción definitiva de un aporte que a esta altura ya se torna imprescindible para mantener la paz social y la convivencia entre los santafesinos”, agregaron.
Y no se olvidaron de destacar que con ese proyecto impulsado por el PJ “la mayor beneficiada va a ser la Municipalidad de Rosario”, en manos del socialista Miguel Lifschitz.
El Frente Progresista, por su parte, insiste en que la oposición pone trabas en el camino a un gobierno que recién comienza y que necesita la reforma fiscal para obtener mayor independencia tributaria de la Nación.
Es decir, para tener mayor cantidad de recursos propios y depender menos de la coparticipación nacional u otra vía de financiamiento por fuera de los impuestos propios que cobra la Casa Gris.
El proyecto de reforma elaborado por el gobierno de Binner no sólo recibió el rechazo de la oposición política en la Legislatura, sino también de las cámaras y federaciones industriales y de la CGT.
También pequeños y medianos empresarios y comerciantes expusieron sus reparos en cuanto al incremento de Ingresos Brutos, en un caso, y al cobro de ese impuesto a la industria, que hasta ahora estaba desgravada como un modo de promoción de su actividad.
Esta semana será clave para saber si el oficialismo y la oposición encuentran algún punto de acuerdo que les permita encarar una negociación para destrabar el empate que se produjo en ambas cámaras de la Legislatura.
Exhibiendo fe en su fuerza parlamentaria –o como otro instrumento de presión– el gobierno envió esta semana el proyecto de presupuesto 2009 incluyendo allí, en el cálculo de recursos, lo que piensa recaudar en concepto de la reforma fiscal.
El diputado obeidista Marcelo Gastaldi consideró que se trata de “un dibujo”, atento a que la reforma aún no fue aprobada, ni nada indica que eso ocurra prontamente.
