"Estos tres boludos van a aparecer tirados en un zanjón de Moreno", habría dicho José Luis Salerno sobre el destino de las víctimas del triple crimen de General Rodríguez, según declaró el cirujano Gustavo Ricchiuto ante la Justicia. También según el médico, un conocido de Forza supuestamente pagó 100 mil pesos para que lo mataran. Sus dichos fueron también determinantes para detener en la causa por la ruta de la efedrina al padre del actor Mariano Martínez.
El socio de una de las víctimas del triple crimen de General Rodríguez anticipó que los tres hombres aparecerían "tirados en un zanjón", cuando aún se hallaban desaparecidos, según declaró un testigo ante la Justicia.
La supuesta anticipación del final que tuvieron Damián Ferrón, Sebastián Forza y Leopoldo Bina, se suma a otra revelación realizada por el mismo testigo: que un conocido de Forza supuestamente pagó 100 mil pesos para que lo mataran.
El testigo que realizó estas afirmaciones ante el juez Federal de Campana Federico Faggionatto Márquez es el cirujano Gustavo Ricchiuto, cuyos dichos fueron también determinantes para detener en la causa por la ruta de la efedrina al padre del actor Mariano Martínez, Ricky Martínez, según fuentes judiciales.
En la declaración del cirujano ante el juez de Campana -a la que Télam tuvo acceso- se indica que entre el 7 y el 13 de agosto, cuando Bina, Ferrón y Forza se hallaban desaparecidos, el empresario José Luis Salerno, socio del segundo, dijo: "Estos tres boludos van a aparecer tirados en un zanjón de Moreno".
El 13 de ese mes, los tres cadáveres acribillados a balazos fueron encontrados efectivamente en un zanjón cercano a la ruta 6, pero en General Rodríguez, a 14 kilómetros de Moreno. Ricchiuto repitió la frase que supuestamente pronunció Salerno en el último tramo de su declaración ante Faggionatto Márquez, que según la querella ya había sido incorporada al expediente que lleva adelante por el triple crimen la fiscal porteña Ana María Yacobucci, cuando la causa aún estaba bajo secreto de sumario.
En su extensa declaración, el cirujano dijo que conoció a dos de las víctimas -Ferron y Forza- una vez que se asoció con Salerno, ex policía bonaerense, en un emprendimiento para vender insumos y remedios.
A tal fin, detalló, él, Salerno, Ferrón y Forza alquilaron una oficina del edificio Blue Building de Del Viso, partido de Pilar, donde llevaban adelante toda la tarea administrativa de la empresa Pharma Group, de Salerno. "Esa oficina jamás fue allanada y hace 15 días con Salerno sacaron los muebles y otros enseres del lugar. La mayoría de la documentación la tiene en su poder José Luis Salerno", dice la declaración de Ricchiuto. El cirujano describió algunas de las reuniones, encuentros y negocios de los que fue testigo directo o de oídas.
Según el testigo, una semana antes de que el juez Faggionatto Márquez ordenara el allanamiento en la quinta de Ingeniero Maschwitz donde halló el laboratorio de drogas sintéticas, Forza y su sindicado testaferro y amigo Pablo Florentín iban a la oficina de Pilar a proponerle negocios a Ferrón y Salerno.
"Ferron y Salerno le iban a vender efedrina a Forza y éste a su vez la revendería a personas de origen mexicano", dijo el testigo. Según el cirujano "a Ferron, Salerno, Forza y Florentín les costaba conseguir efedrina" y "Salerno y Ferrón comentaban que para blanquear la efedrina la ingresaban por vía diplomática por una embajada de Sudáfrica o un país africano" por medio del familiar de un contacto que trabajaba allí.
Ricchiuto recordó que el día que la policía descubrió el laboratorio de metanfetamina de Ingeniero Maschwitz, Forza dijo: "Que cagada, los que nos iban a comprar están todos en cana", en referencia a Tarzia y los mexicanos detenidos. Tiempo después, el cirujano supo por Ferrón que "habían cerrado un negocio" y que iban a vender "400 kilos de efedrina por semana".
Finalmente, el testigo hizo referencia a una reunión de la que participaron los tres hombres luego asesinados, con un mexicano de nombre Rodrigo, que quería comprar efedrina.
En esa reunión, del 25 de julio, participó Bina, quien según el cirujano trabajaba para Rodrigo, "quien le pagaba 17 mil pesos por mes". Durante el encuentro, dijo el testigo, el mexicano se enojó porque querían venderle a 2.000 dólares en vez de 2.000 pesos el kilo de efedrina y se levantó de la mesa para que en su nombre negociara Bina.
Según Ricchiuto, se generaron algunos inconvenientes con la venta de efedrina a ese mexicano y la sustancia fue comercializada a un tal Pablo, dueño de una farmacia en argentina.
Durante su exposición, Ricchiuto comentó algunas anécdotas sobre cómo dos de las víctimas del triple crimen realizaban sus negocios, engañaban a proveedores y compradores y comentaban lo que sucedía a su alrededor.
Entre esos episodios, recordó una vez que iban a realizar una venta a "Pablo", quien les dio "200 mil dólares", aunque Ferrón y Salerno le "comieron la guita" y luego le mintieron diciéndole que habían tenido que usarla para pagar el "rescate" por el "secuestro" de un familiar.
El cirujano aportó además el nombre de tres financistas que le cambiaban cheques o prestaban dinero a los nombrados y dijo que a uno de ellos Ferrón le debía 13 mil pesos. Ricchiuto reconoció durante su declaración una foto que le exhibieron de Ibar Pérez Corradi, a quien dijo conocía como "Esteban".
Según la declaración, ese hombre "tenía una relación con Salerno de hace más de tres años", quien le contó que "dos o tres meses antes el triple crimen había mantenido una escueta reunión con Pérez Corradi, quien se encontraba muy enojado pues Sebastián Forza se había quedado con el negocio de la efedrina perjudicándolo y le dijo que había entregado la suma de 100 mil pesos para que lo mataran".