Micrófonos al rojo y peleas al aire
Micrófonos al rojo y peleas al aire

La caída del muro neoliberal lo tiene mal. Una histórica y a la vez patética discusión al aire y a los gritos tuvo como protagonista al periodista Osvaldo "Bebo" Granados en un programa de LT8, este miércoles por la mañana. “¡Mentiroso!”, “¡dejá de mentirles a los rosarinos!”, fueron algunas de las cosas que le dijo, fuera de sí, Granados al periodista local Leo Ricciardino porque simplemente cuestionó al Bebo por hacer una defensa inconsistente del sistema de las AFJP.

Y un día tenía que pasar. En la mañana de LT8, desde hace años, se mantiene un bloque fijo con un corresponsal en Buenos Aires, Osvaldo “Bebo” Granados. ¿Se sabrá a quién se le ocurrió armar una especie de mesa radial, tipo Polémica en el Bar, para que se luzca y diga sus sandeces cotidianas el Bebo? En esta columna ya he contado sobre las salidas diarias de Granados como un buen ejemplo del patetismo neoliberal en desgracia, siempre canchero y sobrador, farfullando conceptos inconsistentes.

Los conductores de la mañana en LT8 han ido pasando con los años. Antes era Roberto Caferra quien conducía el espacio y tenía que cumplir el papel de ladero del Bebo, después ha sido Guillermo Zysman , quien ya suma varios roces al aire con Bebo y ahora hasta se mete Chiqui Abecasis. Como en un guión de hierro, cambia el reparto pero no el rol central y protagónico de El Bebo. Por su parte, Ricciardino cumplía como un excelente actor a la hora de ser parte de la troupe para que Granados se luzca. Pero este miércoles a la mañana, al parecer, no pudo más: aunque sin salirse jamás de su estilo mesurado, el periodista le ganó al actor y Ricciardino, simplemente interrumpió a Bebo y cuestionó a las AFJP que tanto defendía Granados.

Lo que vino fue un furibundo ataque de histeria de Granados que a los gritos llegó tratar de “mentiroso” al Ricciardino. “No podés decir eso”. “Dejá de mentirles a los rosarinos, no los menosprecies”, bramaba con agudísima verba el Bebo sin darle la chance al periodista local de explicar cual era su punto de vista sobre el tema. Sólo la serenidad de Ricciardino para responder a tales alaridos impidió un papelón mayor. Luego los oyentes pusieron rojo los teléfonos en mayoritaria defensa de Ricciardino. Muy triste fue el papel del Chiqui Abecasis que quiso mediar contando un chiste y después estuvo toda la mañana haciendo bromas bien pesadas y de mal gusto a Ricciardino.

Ahora, no tengo más lugar, pero un día les voy a hablar de algo peor: las salidas del Rey de los… progresistas: Reinaldo Sietecase.

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