Organismos de derechos humanos realizaron este viernes un escrache frente al bar temático Rock & Feller’s para exigir que los actuales inquilinos abandonen el edificio –donde funcionó el Segundo Cuerpo de Ejército–, y que “la Municipalidad de Rosario cumpla con su compromiso de que ese centro del terrorismo de estado se convierta en el Museo de la Memoria”, tal cual expresó a Redacción Rosario la titular de la APDH, Norma Ríos.

La protesta se organizó debido a que la Intendencia podría extender la habilitación –que vence este sábado– del bar que funciona en la casona de Moreno y Córdoba a pedido de los dueños, ya que todavía no tienen definido donde mudarse. También amenazaron con dejar en la calle a unos cincuenta empleados.

La actividad se realizó sobre explanada de plaza San Martín, en Moreno y Córdoba y contó con la presencia de Familiares, APDH, La Liga por los Derechos del Hombre, la Coordinadora de Trabajo Carcelario y numerosas organizaciones estudiantiles, gremiales y políticas. Para Norma Riós, titular de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Rosario

Búmeran

Originalmente para esta fecha estaba siendo organizada la actividad de “toma de posesión” del edificio, ya que la Municipalidad había fijado ese día para hacer entrega de la ex sede del Comando, desde donde se diseñó la represión dictatorial en la zona, a los organismos de derechos humanos que integran La Comisión Directiva del Museo de la Memoria, entre los que se encuentran, la APDH, Familiares, Movimiento ecuménico por los derechos humanos (MEDH) y Madres –H.I.J.O.S se retiró de la comisión por diferencias políticas cuando aun se proyectaba el Museo en 1996–. Pero ante el anuncio del ejecutivo municipal de una nueva prórroga a la empresa Rock & Feller’s lo que estaba previsto como una actividad celebratoria se convirtió en protesta.

“Este acto se realiza para solicitar que finalmente este edificio sea recuperado por la ciudad de Rosario como Espacio de la Memoria con la participación de la ciudadanía en diferentes eventos que reafirmen la plena vigencia de los derechos humanos”, dijeron los organizadores frente a una “llamativa cantidad de policías” –según dijo Norma Ríos– que participaron del operativo de seguridad del bar que estuvo abierto como cualquier día.

Cabe recordar que en este lugar funcionó como sede del Segundo Cuerpo de Ejército durante la última dictadura cívico-militar y como tal fue el lugar desde el que se planificó el plan de exterminio para toda la región. Además ese centro operó como lugar de interrogatorios por el que pasaron cientos de militantes, alguno de ellos sobrevivientes que estuvieron en el acto de este viernes.

El intendente Miguel Lifschitz afirmó que está por estos días en estudio extender la habilitación del bar, pese a que la ley de expropiación fue sancionada por la Legislatura hace siete años. Como contraparte, la Intendencia pretende que el inquilino ceda para el uso público parte de las instalaciones de la casona.

En principio la Secretaría de Cultura tenía pensado trabajar en el armado del Museo de la Memoria en este edificio e inaugurarlo para agosto. Todo indica que el traslado del Museo, hoy en la sede de Cultura, en la estación Rosario Norte, se postergaría.

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