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
La Lepra igualó con el equipo de los Grondona y se alejó de la Sudamericana. El conjunto de Sensini sigue invicto en el Coloso pero empató 7 de los 9 partidos que jugó como local. Sena y Formica los goles.
La gente le hizo frente al frío y la lluvia y copó el Coloso del Parque pero el equipo no respondió y la ilusión de volver a jugar un certamen internacional ahora parece escaparse definitivamente. Para colmo de males, el único jugador distinto que tiene entre sus filas, Mauro Formica, se retiró dolorido y habrá que esperar los estudios para conocer el grado de la lesión.
Gatodependiente
Esta claro que el equipo de Sensini carece de ideas y que si no aparece alguna genialidad del Gato Formica difícilmente pueda generar buen juego. Entonces termina abusando de pelotazos y las jugadas terminan indefectiblemente en centros, que a veces dan resultado y otras tantas no.
Si a esto le sumamos que el rival, que en la previa aparecía como por demás de accesible, teniendo en cuenta que se encontraba en lo más hondo de la tabla de posiciones y que sufría algunas ausencias importantes, terminó sorprendiendo a propios y extraños por el juego desplegado, la cosa se torna más complicada aún.
Es cierto que la apertura del marcador a favor de la visita llegó como consecuencia de un grosero error de la defensa rojinegra (una pifia en la salida que hace rebotar el balón en la espalda de un compañero y habilita al delantero contrario que encima define como los dioses) no hay que quitarle méritos al conjunto de Burruchaga que intentó siempre jugar por abajo.
El empate pareció llegar en el momento justo y, como no podía ser de otra manera, surgió de los pies del mejor jugador leproso: en una jugada aislada y que parecía no llevar demasiado peligro, la pelota cayó en la zurda de Formica que con un exquisito remate la colocó en el ángulo para delirio de las almas leprosas. Pero nada cambió.
Cambió de arco pero no de actitud
En el complemento Sensini metió mano y sacó a Pilloud para que ingrese Sperdutti y así tener más volumen de juego de mitad de cancha hacia delante, y si bien consiguió generar un par de chances claras que no supo concretar, nunca superó ampliamente a su rival.
Empujado por el aliento de su pueblo y la garra de los centrales, la Lepra amagó con llevarse por delante a los de Sarandí pero repitió viejos errores y desnudó la falta de variantes y la endeble estructura a la hora de generar juego asociado. Y terminó siendo más de lo mismo: puro centro y nada de barrio.
La ilusión de volver a tener roce internacional se diluyó, el traje de candidato nunca se lo terminó de poner, no debió pelear contra el fantasma del descenso y no pudo (o no supo) ganar el clásico en el Gigante de Arroyito. Para el hincha, el campeonato post López terminó siendo demasiado aburrido y no estuvo a la altura del momento histórico que vivió en lo que va del año el pueblo leproso. Ese que, pese a todo esto, volvió a demostrar fidelidad y un amor incondicional por el cuadro que, por historia y por aquellos que supieron defender esos colores, debería ser protagonista siempre de los torneos del fútbol argentino, y no conformarse con mirar la fiesta de afuera.