Aumentan las protestas de los trabajadores “hispanos” (provenientes de América latina) en Nuevo México, Estados Unidos. Allí el dueño de un hotel exige a sus empleados latinos que se cambien el nombre por uno anglosajón y les prohíben hablar la lengua de Cervantes.
Según informes de la agencia AP, en la localidad de Taos, Nuevo México, Estados Unidos, Larry Whitten, propietario de un hotel, está bajo fuego por el tratamiento que dispensa a sus empleados hispanos.
Whitten asegura que ha percibido hostilidad de parte de sus empleados sobre su estilo de conducción y que siempre le preocupa de que puedan empezar a hablar de él en español.
"Por ese motivo pedí a los empleados que en mi presencia tienen que hablar inglés, porque yo no entiendo el español ", dijo Whitten al tiempo que agregó: "He estado trabajando 24 años en Texas y allí tenía una gran cantidad de hispanos. Y yo nunca había tenido que pedir a nadie que sólo hablara inglés en mi presencia, porque no tenía razones para hacerlo”.
Whitten también les ordenó a sus empleados que cambiaran sus nombres. Adujo que es una práctica de rutina en su hotel cambiar los nombres de los empleados que trabajan en los teléfonos de recepción, o que tratan directamente con los clientes, si sus nombres son difíciles de entender o pronunciar.
"No tiene nada que ver con el racismo. Sólo lo hago por la satisfacción de mis clientes, porque la gente llama de todas partes de los Estados Unidos y no conocen el acento español o la cultura española o algo español", señaló Whitten, que ha despedido a muchos empleados hispanos por ser "hostil e insubordinados".
El propietario hizo enfurecer aún más a la comunidad local cuando, en el marco de entrevistas a la prensa, llamó "gente de la montaña" y "marihuaneros que escaparon de la sociedad" al pueblo de Taos.
(Fuente: AlterNet)
(Traducción: Pablo Bilsky)