

Ante un incremento de alacranes confirmado por la Secretaría de Salud Municipal de Rosario, la cartera sanitaria difundió un informe con recomendaciones para tener en cuenta en caso de picaduras.
En tal sentido se recordó que en caso de picadura, ante el dolor se puede aplicar hielo en la zona afectada, pero se recomienda concurrir rápidamente al hospital o centro de salud más cercano.
Generalmente, tras la picadura de un alacrán se puede manifestar un dolor intenso y diversos signos y síntomas tales como náuseas, vómitos, salivación excesiva, palpitaciones y la conocida “piel de gallina”.
Desde salud Municipal recomiendan:
Mantener cada domicilio y sus alrededores libres de escombros, ladrillos, tejas, leña o madera.
Tapar grietas y orificios de los revoques de las paredes, sobre todo si éstas son de ladrillo hueco.
Colocar mallas metálicas en rejillas.
Ante la aparición de un alacrán se debe revisar camas, no dejar ropa en el suelo y revisar los zapatos, sobre todo los de los niños, antes de usarlos.
El alacrán tiene hábitos nocturnos, por lo que durante el día permanece oculto y puede encontrarse entre maderas, escombros, en techos de tejas, entre ladrillos, en grietas, pisos y zócalos; en habitaciones y depósitos sin aireación; entre la ropa y dentro de los zapatos.
Los alacranes presentan una cola con aguijón y púa, pinzas alargadas y el dorso con tres rayas oscuras.
La longitud total en un ejemplar adulto es de entre 40 y 64 milímetros, generalmente de color amarillento o rojizo, y lo ejemplares más jóvenes son de coloración más clara. Tienen cuatro pares de patas y un par de pinzas.