Central, que está cada vez más comprometido con el promedio, se quedó sin técnico. Ariel Cuffaro Russo, que consiguió una sola victoria en las once fechas que lleva el torneo, presentó su renuncia. Madelón y Cagna, los candidatos.
En el Clausura Cuffaro sacó a flote a un Central que parecía condenado y se cansó de sacar jugadores de la cantera Canalla. En el presente Apertura y después de haberse conformado con la llegada del “lesionado salvador” Figueroa, se fue a pique y sumó una sola victoria, cinco empate y la misma cantidad de derrotas.
El ciclo debió terminar cuando los dirigentes encolumnados tras el Usandizaga menor, le dieron un margen de 90 minutos para prescindir de sus servicios. Central aquella vez ganó pero Cuffaro, quizás, debió dejar su puesto argumentando que si para ellos su labor se medía por lo hecho en un solo encuentro, no entendían nada de fútbol. Pero se quedó.
La gota que terminó de derramar un vaso que estaba lleno hacía rato, fue la despedida de los hinchas auriazules luego de la derrota ante Huracán. Allí, el ahora ex entrenador canalla, comprendió de golpe que la aventura había llegado a su fin. Ya sin el apoyo de los dirigentes (algunos nunca lo quisieron y otros le soltaron la mano cuando más fuerte tendrían que haberlo aferrado), sin vislumbrar una reacción por parte de sus dirigidos, y sin el consenso de los simpatizantes, su estadía se tornó insostenible.
Sin mando
Hay momentos en los que es imprescindible un cambio. Más allá de que el presente futbolístico que atraviesa Central no es responsabilidad exclusiva de Cuffaro, en el fútbol la cabeza que rueda primero es la del entrenador. En este caso puntual, habrá que pensar seriamente si los virajes que necesita el Canalla para que su barco no se hunda en las oscuras aguas del descenso, no habría que apuntarlos más hacia arriba.