Ataque de fuerzas israelíes a flotilla humanitaria provocó repudio mundial.
Ataque de fuerzas israelíes a flotilla humanitaria provocó repudio mundial.

Reproducimos una nota publicada en la revista estadounidense The Nation en la que Robert Dreyfuss refuta con virulencia un artículo del Washington Post donde se utiliza la gastada engañifa de tachar de “antisemitas” a quienes denuncian los atropellos del Estado de Israel. Dreyfuss señala que entre 1970 y 1980 Israel “ayudó a financiar y organizar Hamas para dividir el movimiento palestino y la lucha de Fatah” y considera que Obama tiene que dejar de hacerse el distraído y dialogar con Hamas.

Sean cuales fueren sus ideas sobre el incidente de la flotilla de Gaza, una cosa es cierta: ni el evento en sí, ni la reacción mundial posterior, tienen algo que ver con el antisemitismo.

Trate de explicarle esto a Charles Krauthammer o "Bibi" Netanyahu.

En una nota de opinión publicada en el Washington Post, que bien podría postularse como “La peor nota de opinión de 2010”, el columnista Krauthammer ofrece una serie de mentiras y errores cargados de saña bajo el título “Esos molestos judíos”. La nota incluye este cáustico y patético párrafo:

"El mundo está cansado de estos judíos molestos. Seis millones –otra vez ese número– andan por el Mediterráneo, rechazando todas las invitaciones a suicidarse. Para ellos, incansablemente satanizados, confinados en guetos y limitados en su capacidad de defenderse, los más comprometidos antisionistas –iraníes en particular- abiertamente preparan una solución final.”

La repugnante insinuación de Krauthammer es compartida por Netanyahu, el matón primer ministro israelí, quien declaró: "Una vez más Israel se enfrenta a la hipocresía y un juicio sesgado. Me temo que no es la primera vez que sucede esto”.

Jugar la carta del antisemitismo habilita a falsear los hechos. Krauthammer, por ejemplo, afirma con arrogancia que puede "probar" que la flotilla tenía la intención de agredir y no de hacer una declaración política para debilitar el bloqueo de Israel a Gaza:

"¿Oh, acaso no fueron los barcos a Gaza a realizar una misión humanitaria? No. De lo contrario, habrían aceptado la oferta de Israel para dirigirse a un puerto israelí, con el fin de que se inspeccione la carga, para luego sí transportarla en camiones israelíes a Gaza, como ocurre cada semana con 10 mil toneladas de alimentos, medicinas y otros suministros humanitarios".

Pero la realidad es que Israel no permitirá que los suministros lleguen a Gaza bajo ninguna circunstancia, precisamente porque muchos de los artículos, por ejemplo el cemento, están en la lista de elementos no autorizados por Israel, que mantiene arbitrariamente estas restricciones para debilitar económicamente a Gaza. Sin dudas, el objetivo principal de la flotilla no era proporcionar suministros. Todo el esfuerzo estaba enfocado a hacer una demostración al mundo, para dejar claro que la continuidad del embargo a Gaza es escandalosa y cruel. Lo han logrado.

Parece que el mensaje ha llegado a la administración Obama, al menos hasta cierto nivel. Desde que asumió en 2009, Obama ha tratado de hacer como que Gaza no existe. Ha ignorado por completo a Gaza. Es necesario recordar que en enero de 2009 nombró a George Mitchell como encargado del tema, pero no lo envió a la zona ni una sola vez. Y ahora Obama dice que las cosas tienen que cambiar: "Lo importante ahora es salir del atolladero. Hay que utilizar esta tragedia como una oportunidad para que podamos resolver, por un lado, cómo responder a las preocupaciones de seguridad de Israel, pero al mismo tiempo, iniciar una apertura de oportunidades para los palestinos."

Eso es un comienzo

Personalmente, no soy un fan de Hamas. En lo que a mí respecta, Hamas es una organización extremista de derecha cuyos principales dirigentes son fundamentalistas musulmanes con una gran inclinación a la voladura de pizzerías. Hay elementos en Hamas que tienen otras posiciones más racionales, pero en general, Hamas es una creación del propio Israel: en primer lugar, porque en los años 1970 y 1980, el servicio secreto israelí ayudó a financiar y organizar Hamas para dividir el movimiento palestino y la lucha de Fatah, y segundo, porque entre 1990 y 2000 el extremismo nihilista de Hamas se alimentó del cínico extremismo de israelíes como Ariel Sharon y Netanyahu. Fue el extremismo de Sharon y Netanyahu el que condujo a la creciente popularidad de Hamas. Si Hamas se tomara en serio la paz, aceptaría un alto el fuego permanente con Israel y aceptaría como solución la coexistencia de dos estados mediante el reconocimiento de Israel. Eso es justamente lo que hizo la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), bajo el mando Yasser Arafat, entre 1980 y 1990. De hacerlo ahora, Hamas podría dar así jaque mate al embargo de Israel y podría además aprovechar el hecho de que Israel está políticamente a la defensiva.

Pero para llegar hasta allí, el gobierno de Obama debería cambiar su política y comenzar a dialogar con Hamas. Existen diplomáticos inteligentes capaces de encontrar una docena de maneras de hacerlo, y que funcione.

Fuente: The Nation

Traducción: Pablo Bilsky
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