Agua contaminada
Agua con “olor a querosén”, denuncian los vecinos de Añelo. | Foto: 8300 Web

Desde que Repsol tomó control de YPF, se multiplicaron las denuncias civiles y penales por contaminación ambiental en Neuquén y Río Negro por derrames de petróleo. Varios casos de muerte y enfermedad por altos niveles de plomo en sangre.

Cristina Cherqui, de 55 años, falleció el pasado 16 de abril, luego de haberle detectado plomo y otros metales pesados en la sangre. Ésta es sólo una de las causas por las que deben dar cuenta Repsol y otras empresas extranjeras, como Pan American, Chevron, Total Austral y Medanito ante la Justicia, en total son 18 las implicadas. Se estima que las condenas podrían rondar los cinco mil millones de dólares y 25 años de prisión. Las sanciones más altas son para los casos en que se hayan producido muertes comprobables y compatibles con problemas derivados de la contaminación ambiental, como el caso Cherqui que ingresó a la Cámara de Diputados de la Nación hace pocos días. Desde el Legislativo solicitaron al Ejecutivo Nacional la presentación de un informe retrospectivo sobre las medidas, sanciones y condenas que se hayan tomado o que se puedan tomar en el futuro, para que no se repita la misma situación.

La Asociación de Superficiarios de Petróleo de la Patagonia (Assupa), presentó en 2006 la demanda a la que se sumaron, como querellantes, alrededor de 200 pobladores de la Comunidad Mapuche de Añelo, a cien kilómetros de la ciudad de Neuquén. Cirstina Cherqui. La denuncia apunta directamente a la contaminación sufrida en las cuencas de los ríos Negro y Colorado; por lo que se exige que empresas tomen “todas las medidas necesarias para la desaparición de los agentes contaminantes del medio ambiente y para la recomposición de los daños colectivos ambientales causados”.

En efecto, la División Delitos Ambientales de la Policía Federal y el Laboratorio de Toxicología y Química Legal de la Corte Suprema ya determinaron que los cuatro mil añelenses, “presentan medidas alarmantes de mercurio, cromo y plomo en sangre”, mientras que el agua del lago de la región “está contaminada 500 veces más de lo permitido para uso recreativo”.

Ciertamente, el problema se agrava cuando se toma en cuenta, además de la contaminación en el terreno, la de los lagos Los Barreales y Marimenuco, de donde sale el agua supuestamente potable que abastece a la ciudad de Neuquén y otras zonas pobladas de la provincia. Assupa así lo confirmó a partir de una serie de estudios sobre las napas freáticas y sobre las aguas de superficie.

Su apoderado legal, Luis Arellano, admitió que “los niveles de hidrocarburos en el agua que toma la gente son alarmantes” y detalló que en la zona de Loma La Lata, una de las de mayor producción de petróleo en el país, “la presencia de hidrocarburos en el agua llega a los 150 microgramos por litro”.

Ya en enero de 2007 se había realizado una masiva manifestación para denunciar la peligrosa situación por la que atravesaba el pueblo; se hacía más que notorio el “olor a querosén” de la red domiciliaria de agua. Pero el llamado Desierto de Añelo no es el único lugar donde se han detectado las consecuencias de la contaminación petrolera; de hecho, una de las primeras se produjo en mayo de1997, apartir del derrame de unos diez mil litros de combustible en el yacimiento Lomitas Sur (Chihuidos-Lomitas, a30 kilómetrosal oeste de Rincón y a diez kilómetros del cauce del Río Colorado).

En agosto de 2011 otra denuncia sacudió a la comunidad de Rincón: Raúl Martínez, ex operario de la firma Baker Hughes reveló haber estado expuesto a contaminación radiactiva, al trabajar con el cesio, un metal radioactivo blando que se usa en herramientas de precisión para completar la terminación de los pozos petroleros. Tal hecho fue confirmado por la canadiense Global Dosimetry Solution: Martínez presentaba en su cuerpo un nivel de 0,41 millisieverts, unidad de medida de radiación.

Por el momento, todas las denuncias están pendientes de lo que resuelva la Corte Suprema de Justicia cuya sanción podría sentar jurisprudencia en la materia.

Fuente: Página 12

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