“Aprovechemos para que vuelva el pájaro original”, piden en un diario de Carlos Paz tras el robo cometido por jóvenes rosarinos, que reflotó una polémica: ¿Cuál es el verdadero Cucú del popularísimo centro turístico serrano?
“Absolución total y agradecimiento para los jóvenes rosarinos”, pidió Pedro Solans, director de El Diario de Carlos Paz, al referirse al robo del Cucú del tradicional reloj de la villa serrana. Es que para Solans el suceso del reciente fin de semana, que tuvo fuerte repercusión mediática, instala la posibilidad de revertir una falta de respeto a los impulsores del conocidísimo reloj, un par de ingenieros alemanes.
Cuenta Solans que allá por la década del 50 fueron esos ingenieros teutones los que construyeron el reloj, inaugurado en 1958, apuntando a homenajear a un pájaro de sus tierras natales, “el verdadero Cucú, que es negro y feo y, además, está en peligro de extinción”.
La réplica del bicharraco entronizado por los alemanes sobrevivió hasta la década del 90, cuando se lo llevó puesto otro hecho vandálico, similar al protagonizado este último fin de semana por jóvenes rosarinos.
En aquel momento, el antiguo Cucú fue reemplazado por un pájaro que remite más a especies argentinas y tropicales que al alado cantor de los Alpes europeos.
“A pocos días del cumpleaños número 99 de la ciudad y en vista a su centenario, ojalá que el destrozo del pájaro sea la ceniza donde resurja la autenticidad del patrimonio: que el pájaro que se restituya sea un Cucú y no un cardenal, o un hornero, o de otra especie; que no se repita el error cholulo de un funcionario de turno, que por considerar al Cucú un pájaro feo, lo cambiara por uno más colorido”, escribió Solans en el Diario de Carlos Paz, dándole una vuelta de tuerca al episodio que conmovió a la principal ciudad del valle de Punilla. Ahora, habrá que esperar el nuevo pájaro.
