Referentes y funcionarios nacionales de la economía social aprovecharon la conmemoración del día del Cooperativismo para remarcar la importancia de sostener el crecimiento del sector, que hoy representa alrededor del 10 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI).
“Tenemos que llegar al 33 por ciento de producción pública, 33 por ciento privada y 33 por ciento social, como se expresa en la Ley de Medios, por ejemplo”, dijo en ese sentido Patricio Griffin, titular del Instituto Nacional de Economía Social (Inaes).
En la misma línea, desde la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) se difundió un comunicado en el que se abogó porque el sector “siga creciendo, que continúe su camino de progreso, que sea escuchado cada vez más como parte fundamental de la economía, como ya viene sucediendo desde hace algunos años en nuestro país”.
“El cooperativismo de trabajo es una apuesta por una economía solidaria, en oposición a la economía de mercado. Los cooperativistas nos organizamos en esta Confederación porque queremos un país mejor, acorde a los valores del cooperativismo, donde la persona no es considerada sólo como un número”, se lee también en el pronunciamiento de la CNCT ante la conmemoración, el último sábado, del día del Cooperativismo.
Otra de las voces que se sumó a la conmemoración es la de Alberto Gandulfo, coordinador de la Comisión de Microcrédito del Ministerio de Desarrollo Social: “Para nosotros la economía social y solidaria es un proceso colectivo de transformación en lo económico, social y político”, señaló.
Gandulfo recordó como acciones del Gobierno en esta línea a los microcréditos, la creación del monotributo social y de la Marca Colectiva y advirtió que “el desafío es lograr que el 10 por ciento del PBI que representa la economía social actual se duplique o triplique, es decir, que aumente considerablemente”.
Además, explicó que los microcréditos son “transferencia que el Estado hace de fondos públicos a organizaciones para que éstas administren créditos ya que son quienes mejor conocen su territorio”.
Receptora del microcrédito 250 mil que otorgó el Gobierno nacional, la organización Surcos Patagónicos es la que dio vida al Mercado de la Estepa, un espacio que reúne a más de 300 productores rurales del sur ubicado en las inmediaciones de San Carlos de Bariloche.
Uno de los referentes de ese espacio, Roberto Killmeate, sostuvo que “los microcréditos son interesantes en tanto sean puestos en función de la producción, es decir, para la compra de insumos o maquinaria”.
El militante consideró que “lo central es que quienes conforman esta llamada economía solidaria puedan vivir de su producción, eso es lo que lo convierte en una alternativa”.
En tanto, al hacer una referencia sobre la historia del movimiento, Griffin marcó que “el cooperativismo nació junto y en contra del capitalismo en su primera etapa de desarrollo industrial”.
“Las otras respuestas apuntaban contra el capitalismo desde el plano político mientras que el cooperativismo lo hacía desde lo económico, disputando la forma de producción”, recordó.
“De todos aquellos movimientos el cooperativismo sobrevivió y sigue creciendo ya que hoy en el mundo hay 1.100 millones de personas que integran esta economía alternativa”, continuó Griffin, al tiempo que destacó que “la cooperativa no es un paliativo para los pobres sino una alternativa al modo de producción capitalista, que convive con el capitalismo”.
“Es una empresa tan eficiente como las privadas –dijo– pero que garantiza una distribución más amplia de la riqueza. Nosotros sostenemos que las cooperativas son más eficientes que el Estado para producir y más eficientes que las privadas para repartir”, señaló el titular del Inaes.
Bajo el lema “Las empresas cooperativas ayudan a construir un mundo mejor”, la ONU estableció a 2012 como el Año Internacional de las Cooperativas.
