El gobernador no alteró su agenda de fin de semana e hizo recorridas con Fein. | Foto: Gobernación

A dos días de la balacera en la casa del gobernador Antonio Bonfatti, ubicada en Darragueira y Gallo, en el barrio de Alberdi, siguen las presurosas investigaciones en procura de esclarecer el oscuro hecho y que se iniciaron desde el sábado pasado con operativos que incluyeron 150 policías de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE), las agrupaciones Unidades Especiales, de Orden Público y de Cuerpos.

Luego de varios allanamientos y con cinco detenidos, este lunes quedaba solo un hombre de 22 años, que está alojado en la seccional 10ª. Lo hallaron en una vivienda de pasaje Cavia al 1300. Allí secuestraron armas de guerra y hasta el cargador de una ametralladora, según informó en Radio 2 el periodista Héctor López.

La línea investigativa que continúa con mayor sustento, según publicó el diario El Ciudadano, sigue siendo la que indica que el ataque contra Bonfatti estaría relacionado con el accionar de un narcotraficante que opera en la zona norte de Rosario, cuyo vehículo de alta gama fue incautado por la Policía la semana pasada, según se informó extraoficialmente.

En tanto, el secretario de gobierno rosarino, Fernando Asegurado, expresó este lunes en declaraciones radiales: “Al gobernador se lo atacó por lo que está haciendo y no por lo que no está haciendo”.

“Hay que rescatar todo el marco institucional y el arco político de Santa Fe que a 15 días de las elecciones toma esto como el hecho principal y acompaña al gobernador, a los ministros y a los jueces”, dijo el funcionario.

Respecto de la relación Nación-provincia, Asegurado indicó que “el ministro de gobierno, Rubén Galassi, solicitó a las autoridades nacionales el trabajo en concreto, y había un compromiso de dar respuesta a lo que pide la ciudad en cuanto a más fuerzas federales en todo lo que tiene que ver con los accesos a la capital y Rosario”.

El relato de Bonfatti

Algunos de los 14 balazos que reventaron el frente de la casa de Bonfatti dejaron marcas de hasta cinco centímetros de diámetro. El que perforó el vidrio esmerilado de la puerta de entrada es el que primero se impone. En una nota que Bonfatti dio al diario La Capital contó que en el momento de los disparos estaba en un sofá frente a la TV a seis pasos del recibidor donde repicaron los plomos, arrancando pedazos de pared y astillas de una pequeña mesa. Su esposa, Silvia Troccoli, y una trabajadora doméstica estaban a dos metros, en la mesa de la cocina comedor.

“Llegué a casa el viernes tras una intensa semana de trabajo. Silvia no estaba, así que empecé a cocinar yo, un arroz con bichos. Puse el partido de Argentina y Perú y cuando escuchaba un gol me iba a ver las imágenes al living. Me senté a ver los últimos veinte minutos y escuché un ruido que parecía ser de cohetes. Me pareció como que se caía un mueble en el vestíbulo y pensé que se había caído Silvia. Al asomarme vi caer astillas y mampostería al piso. Ahí tomé conciencia de lo que pasaba y le grité a mi mujer: “Tirate al piso”. Yo también lo hice. Me habré quedado ahí como shockeado un minuto. Escuché voces afuera y salí a la calle. Eran los vecinos preguntando qué pasaba. Ahí comprobé el impacto de las balas. Ahora pienso que la ráfaga no habrá durado ni cinco segundos”.

Fuentes: Radio 2, La Capital, El Ciudadano

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