De arranque será atípico. Se jugará en Arroyito pero sin público visitante.

Hay clásico este domingo, desde las 16,10 después de tres años. El contexto es delicado: sin público visitante, con una ciudad desmadrada de violencia narco, un gobernador amenazado y el antecedente del frustrado «amistoso» de enero.

Hasta el Casino se prepara.

Y un día volvió el clásico, un partido que hace tiempo dejó de ser un simple juego para convertirse en una papa caliente en las manos de las autoridades y que llama la atención por su histórica rivalidad, aún más allá de los límites de la ciudad y del país. Los equipos ya están listos para la contienda.

Unos 700 agentes brindarán seguridad en el Gigante de Arroyito y otros 300 en distintos puntos de la ciudad y cerca de mil policías quedaron con posibilidad de ser convocados. Habrá además 160 agentes de la Guardia Urbana Municipal deplegados en los operativos de tránsito.

El secretario de Coordinación de Seguridad en Competencias Deportivas y Espectáculos Masivos, Pablo Farías, explicó que 700 policías brindarán seguridad en el estadio y unos 300 en otros puntos estratégicos de la ciudad.

Se desplegarán fuerzas policiales, entre otros sitios, como el estadio del parque de la Independencia, que permanecerá cerrado.

Farías detalló además que alrededor de mil policías quedarán “con posibilidades de ser convocados” en caso de ser necesario.

Durante la semana previa al partido el ministro de Seguridad de la provincia, Raúl Lamberto, quien confió en que “va a prevalecer el deporte”.

 

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