En el marco del Día del Libro, Argentino de Rosario obsequió obras de Roberto Fontanarrosa a capitanes rivales antes del partido. La iniciativa continuará hasta fin de año y sumará otros autores. Biblioteca en un vestuario, Guardiola leyendo a Walsh y más historias cruzadas entre páginas y fútbol.

Encontrar relaciones entre un vestuario de fútbol y libros, es complicado, pero que las hay, las hay. En 2018, el plantel del club uruguayo Villa Española (actualmente en el ascenso, pero con un breve pasado en Primera) recicló cajones de verdura y los usó de estantes para botines y pilchas, y para libros. “El vestuario estaba un poquito triste y decidimos acondicionarlo un poco”, explicó su impulsor Santiago López, alias Bigote, capitán, goleador y emblema del club montevideano. “Nos quedó un espacio y decidimos buscar algo que nos identifique a todos, así que decidimos hacer la biblioteca”. Los cajones de madera devenidos en repisas estaban cargados de novelas, enciclopedias, cuentos, material que recibieron de donaciones. 

Los libros en ese vestuario del estadio Obdulio Varela representaron una de las tantas acciones con las que el club hizo valer su lema “Cultura de barrio”, como la cantina Sócrates, que homenajeó al futbolista brasileño de la Democracia Corinthiana, lector y escritor. Y en pandemia la entidad se ofreció para llevar a domicilio libros de su propia biblioteca: “¿Querés leer?, si estás en el Villa o cerca, te lo llevamos a tu casa”. 

En el marco de La noche de las Librerías, que se realizó en Rosario este viernes, y del Día Internacional del Libro de este martes, el capitán de Argentino Alexis Schmidt salió a la cancha con un libro bajo el brazo para intercambiar, cual banderín, con su colega de Victoriano Arenas. “El día antes al partido nos propusieron al plantel la idea y nos pareció linda”, cuenta el defensor sobre la iniciativa del club de barrio Sorrento (o Sarmiento). “En vez de entregar el banderín típico que un capitán le entrega al otro –continúa en diálogo con El Eslabón–, la idea fue entregar el libro, con el objetivo de fomentar la lectura en los jugadores, y más que nada en la sociedad”.

Así, Victoriano Arenas se llevó para Valentín Alsina un punto (por el 1 a 1 en el estadio José Martín Olaeta) y un libro de Roberto Fontanarrosa. 

Puro fútbol y libros

Con el objetivo de “fomentar la lectura entre los futbolistas propios y rivales”, la dirigencia del Salaíto, en colaboración con la librería local Homo Sapiens, lanzó esta propuesta de regalar un libro al rival. La idea es que las páginas contengan textos futboleros y, en principio, que sean de autores rosarinos. Puro fútbol, del Negro Fontanarrosa, fue –como no podía ser de otra manera– el puntapié inicial del proyecto, que continuó (el pasado miércoles ante Centro Español) con la entrega de Manual del hincha, también del humorista fanático de Central, a quien le pidieron en 2007 un personaje de su autoría para estampar en la camiseta auriazul, pero –ya en complicado estado de salud– eligió hacer uno nuevo: así nació El Canaya, último dibujo del Negro. “Cuando me acercaron esta iniciativa, el primer impulso fue preguntar cuánto tengo que pagar”, contó en la presentación.

Foto: Sebastián Granata

La propuesta de Argentino –que comenzará con autores locales y futboleros, y cuando se agoten las posibilidades, continuará con escritores nacionales– incluye la entrega, una vez al mes, de un ejemplar a cada uno de los integrantes del plantel de Primera y de las inferiores “para incentivar su lectura, inculcar valores y vincularlos con la cultura y la educación”, remarcaron del club, y pidieron a sus pares de la divisional que sigan la posta: “Invitamos a las demás entidades a realizar un auténtico intercambio de libros entre los equipos, viendo la buena recepción que ha tenido la iniciativa en la primera experiencia”.

Schmidt subraya que “estaría bueno que otros clubes se copen e imiten esta iniciativa”, ya que “es una manera de demostrar que el fútbol puede dar este mensaje positivo”. 

Puto el que lee

Fontanarrosa tenía un personaje, Hernán Preciosa, a quien le decían el Mono, pese al apellido. Rudo dentro y fuera de la cancha, un periodista deportivo lo pescó leyendo Los heraldos negros, de César Vallejo. “No le cuente a nadie esto de la poesía”, le pidió el defensor al cronista.

“Eso”, de que esté mal visto que un jugador lea, “por suerte cambió”, dice Alexis Schmidt, zaguero con pasado en las inferiores de Newell’s. “Acá está el ejemplo de Juan Cruz Komar –aporta sobre su par de la zaga central– que es un chico muy ligado a la cultura, lee mucho, y eso está bueno” Y acepta: “Antes, en el fútbol, el que leía era medio raro, pero eso ya cambió”.

Foto: Sebastián Granata

El propio Pep Guardiola, DT del Manchester City, es un gran lector, y no sólo del juego. “Imagino que él inventó la palabra coraje y, si no lo hizo, al menos la llevó a los altares, la dignificó”, reflexionó después de leer Operación Masacre, el libro de Rodolfo Walsh que le regaló Matías Manna, integrante del cuerpo técnico de Lionel Scaloni en la Selección, graduado de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UNR y docente en Comunicación. A las manos del entrenador español, considerado entre los mejores de la historia, también llegó el Manual de zonceras argentinas, de Arturo Jauretche, y Lo suficientemente Loco, una biografía de Marcelo Bielsa escrita por Ariel Senosiain.

En el país, quizá no haya mejor ejemplo que el que impulsó el ex defensor de la Lepra y actual entrenador de Tigre Sebastián Domínguez, la cabeza detrás de Pelota de papel: cuatro libros escritos por actuales y ex futbolistas y deportistas. “Hoy en día los jugadores son un ejemplo, todo chico quiere ser jugador de fútbol y va por ese lado esta idea”, destaca el portador de la cinta del Sala, que se contagió de la movida literaria: “La verdad es que leo poco y nada, pero desde que tomaron esta iniciativa me empezó a interesar. Y como nos van a entregar un libro por mes a cada uno del plantel, la idea es que vayamos leyendo”. 

Por último, Alexis también resalta el rol educativo de Argentino: “Hay muchos chicos de nuestro plantel que no terminaron la escuela, y el club inició un proyecto para que puedan terminarla”. Es que para la entidad, “el sueño colectivo es invencible con deporte, cultura y educación”.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 20/04/24

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