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Foto: Manuel Costa

Con el marco de fondo en Rosario de la mayor intervención de tropas federales en la historia de la provincia, el ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, habló con legisladores el jueves pasado por la mañana durante más de dos horas, y les ratificó la intención de aumentar la cantidad de efectivos de la Policía. El gobierno quiere incorporar 5 mil agentes de forma urgente, por lo que necesitaría el ingreso de cadetes aunque no hayan finalizado aún la instrucción y hasta pretende echar mano a la reincorporación de policías retirados.

El problema de la seguridad, según especialistas, no es de cantidad como de calidad. Aún así, ninguno desdeña la idea de mantener como base un suficiente número de policías por habitante, lo que varía según la óptica y la realidad de cada territorio en particular.

No hay cifras concretas sobre cuántos son los ideales. La ONU en algunos informes sugiere como adecuado 1 policía cada 250/300 habitantes. España, uno de los países de Europa con mayor número de “mossos” está muy cerca de esa marca, mientras los estados escandinavos mantienen las más bajas cifras de agentes y también de delitos.

“El ministro (de Seguridad provincial, Raúl) Lamberto nos dijo que en Rosario hay 2.500 agentes”, contó el diputado provincial por el Partido del Progreso Social (PPS) en el Frente para la Victoria Oscar Urruty, después de la reunión del funcionario con legisladores provinciales. La cifra, entonces para Rosario –apuntando a una población cercana al millón de habitantes– arrojaría que hay un uniformado cada 400 habitantes, casi el doble menos de lo recomendado. Claro que al no haber una relación proporcional, ni siquiera establecida de manera inequívoca a nivel mundial, entre cantidad de efectivos y cantidad de crímenes, el dato no deja de ser arbitrario.

“Lamentablemente, con la crisis que tenemos y la convivencia que existe entre sectores de las fuerzas de seguridad con el delito, somos escépticos de manejarnos con algún estándar internacional para ver qué cantidad de efectivos se necesitan”, consideró Urruty.

Con gorra y de a miles

“Para Lamberto, de los actuales policías –unos 18 mil aproximadamente–, se requerían unos 5 mil más para las actuales demandas. Este es el diagnóstico del Ministerio de Seguridad. En este etapa se incorporarían alrededor de 2.200 que reforzarían las localidades de Rosario y Santa Fe”, explicó el diputado opositor, y agregó: “El ministro nos dijo que en Rosario hay 2.500 policías repartidos en turnos de 800, y se quiere llegar a un total de 4 mil”.

Para Leandro Corti, docente universitario y ex titular de la cartera de Seguridad en el inicio de la gestión de Antonio Bonfatti –antecesor en el cargo de Lamberto–, no se trata de cantidad sino de calidad.

“El número de policías que hoy tiene la provincia de Santa Fe, en general es aceptable en función de la cantidad de habitantes, a pesar de los territorios más densamente poblados como Santa Fe capital y Rosario”, sostiene el ex funcionario. “Pero hay un gran problema de ausentismo por numerosas licencias médicas y personal pasado a disponibilidad, que en total suman entre el 30 y 35 por ciento de toda la fuerza. Por eso, son necesarios mecanismos de control serios sino esto es un engaña-pichanga lo de sumar más personal, si después tenés un agujero negro tan grande de ausentismo”.

“Por ejemplo: con el paso a disponibilidad el agente sigue cobrando el 85 por ciento del haber, lo cual es casi cómodo o confortable.Lo que sería una medida que tiene que ver con el ejercicio del poder disciplinario administrativo cautelar para apartar del servicio a un funcionario policial seriamente sospechado de cometer una falta seria, grave, termina siendo un buen favor. cobrando y sin trabajar, qué mejor”, dispara.

Por su lado, el diputado provincial por el Movimiento Evita, Eduardo Toniolli, considera también que “no cabe duda que no es una cuestión de números sino del control político sobre las fuerzas de seguridad”.

“Aquí tuvimos experiencia muy malas con intentos en vano de ejercer autoridad sobre la fuerza que derivaron, justamente, en la necesidad de una intervención de la Gendarmería. Y si no hay cambios más profundos corremos el riesgo de volver a perder la oportunidad de cambiar el fondo de la cuestión por meros anuncios superficiales, sólo de fachada”, indica el legislador rosarino.

Desconfianza ciega

“Uno de los mayores problemas que se afrontará a futuro es como devolverle a la ciudadanía la confianza en una Policía seriamente sospechada”, sostiene el diputado del Evita.

El jueves pasado fueron allanadas la brigada de Drogas y el 911 de Rosario. Personal de la Secretaría de Prevención e Investigación de Delitos Complejos investigó además comisarías de Arroyo Seco, Pérez, Fray Luis Beltrán y Capitán Bermúdez, bajo sospechas de connivencia con el mundo delictivo.

Corti comenta que “hay sondeos privados a los que tuve acceso, realizados el mes pasado, que arrojan que la percepción de la ciudadanía de Rosario sobre la confiabilidad de la Policía es bajísimo; el nivel de desconfianza supera el 80 por ciento. Y cuando se establece la razón aparece la sospecha que la Policía está atravesada por la corrupción y la cogestión del delito”.

Urruty, sentencia: “Creo que estas medidas que está intentando tomar el gobierno provincial marcan a las claras el fracaso de la política de seguridad provincial porque hace seis años y medio nos vienen planteando que, justamente, el esquema de seguridad que tenían planificado no se basaba sólo en la incorporación de hombres sino en la capacitación de los hombres que se incorporaban. Estas medidas que proponen ahora dan por tierra con eso, como la emergencia de querer incorporar cadetes con 6 meses de formación y agentes en retiro”.

“Lo que se intenta hacer es tratar de cubrir con cantidad una realidad que habla de una mala calidad de la fuerza de seguridad que tenemos. Se va intentar querer tapar el déficit de calidad con cantidad”, agrega el referente del bloque de PPS.

Cadetes si, retirados no

En cuanto a las propuestas de Lamberto, los legisladores opositores mantienen sus reparos. Sobre el ingreso de cadetes que aún no terminaron sus estudios recuerdan que eso ya estaba dentro de la ley de Emergencia de Seguridad por lo que advierten no pueden “cometer la torpeza” de no acompañarlo.

“Tenemos la idea de apoyar incorporaciones de cadetes siempre que haya un compromiso de sumar más horas a la formación para poder generar algunas habilidades y profesionalizar más a los aspirante”, define Urruty.

“En cuanto a la incorporación de oficiales y suboficiales retirados tenemos cuestionamientos porque hasta ahora no se garantizó, con los elementos que tenemos, que va haber los controles necesarios para que no reingresen a la fuerza, personal que ha sido parte del problema y por lo tanto no puede ser parte de la solución”, advierte por su parte Toniolli.

Urruty admite, a pesar de sus resquemores, de todas maneras, que ·es cierto que desde hace unos 20 años la provincia se maneja con la misma cantidad de policías y la realidad es que la sociedad y el delito han cambiado”.

“Estamos respondiendo –considera el diputado del PPS– a una realidad totalmente diferente a la de 20 años atrás, con la misma cantidad de efectivos y es más, estamos más complicados aún porque gran parte de los efectivos están comprometidos en el custodia de los presos en las comisarías. Porque en los últimos años se han sumado mucho más presos que en vez de estar en unidades penitenciaria custodiados por el servicios penitenciario están en comisaría custodiados por policías. Esto ha generado una demanda que no estaba en la consideraciones de hace 20 años”.

La intervención de la Gendarmería “era necesaria”

Para Leandro Corti, ex ministro de Seguridad en la primera etapa de la gestión del gobierno provincial de Antonio Bonfatti –antecesor del actual titular de la cartera, Raúl Lamberto–, la intervención de la Gendarmería “era necesaria” aunque cuestionó la cifras de supuestas bajas de delitos en un 50 por ciento, desde que llegó la fuerza federal.. Dijo que ya se había hablado de la posibilidad de un operativo cuando él era ministro pero que en aquellos momentos “no hubo un acuerdo” con las autoridades nacionales como el que existe en la actualidad. “No sé por qué se dio ahora, o si hay algún intermediario que lo logró”, desliza.. En tanto, insiste, como lo hizo durante su paso por el gobierno socialista, que el problema de fondo está en el seno de las fuerza policial y en la falta de gobernabilidad política de la Seguridad.

El secretario de Seguridad de la Nación, Berni al cumplirse casi un mes del desembarco de dos mil agentes federales llegó a Rosario el martes pasado para entregar nuevos vehículos de patrullaje y aseguró que «el delito bajó un 50 por ciento» desde el arribo de las fuerzas.. Para Corti “no se puede hablar de estadísticas con un mínimo seriedad porque primero no hay una construcción de información más o menos fiable, más allá de que hay un área específica de análisis criminal”.

“Habría que ver de donde sale esta información; no puede decir tan suelto de cuerpo semejante cosa. Que puede haber habido un descenso de la tasas de criminalidad y la cantidad de delitos no hay duda, pero decir que en un mes inferir hubo un 50 por ciento lo tomaría con pinzas”, reflexionó.

“Hoy, la única fuente de medición con la que se cuenta en términos oficiales es la estadística policial y judicial, que tiene un grave déficit por no reflejar lo que se conoce como cifras negras de la criminalidad, es decir los delitos no denunciados por las víctimas. Por eso no tenemos un proceso de información fiables. Lo tendríamos si hubiese una gimnasia o mecánica de lo que se llama encuesta de victimización”, reseña Corti.

“La percepción de la ciudadanía sobre sobre la policía y el nivel de desconfianza según sondeos supera el 80 por ciento. Y cuando se establece la razón de la falta de confianza la sospecha que la Policía está atravesada por la Corrupción y cogestión del delito. De ahí que se puede deducir que la mitad de los delitos no se denuncian por esto mismo”, justificó.

La “falacia” sobre la órbita federal

“Hay una distorsión en el relato, porque está bien que la materia de estupefacientes sea de competencia federal pero es una falacia que los que tienen que conjurar y perseguir estos hechos son exclusivamente las fuerzas federales. Hay toda una delegación en las fuerzas provinciales en las áreas de Drogas Peligrosas que son las encargadas, después juzga si la Justicia federal, pero todo lo que es el trabajo de persecución e investigación como brazo ejecutor de la Justicia federal estuvo siempre pensado para las policía locales sin prejuicios de la intervención de fuerzas federales”, considera el ex funcionario, quien renunció luego de declarar que no estaban dada las condiciones de seguridad en la ciudad de Santa Fe para que se jugara un partido trascendental del ascenso entre Rosario Central y Patronato de Paraná.

“Pero no es que la regla que este delito debe ser conjurado e investigado por las fuerzas federales. Ahora, el problema tuvo tal escalada y densidad que no había otra forma que la intervención pertinente de las fuerzas federales”, evalúa..

“Es el momento de apuntar a otra intervención que vaya a los escalones más altos, tiene que ser el marco conceptual. Pero en términos generale el balance de la intervención hasta ahora es positivo y saludable. Era algo que la sociedad estaba esperando”, culminó Corti.

Se viene la Policía Comunitaria: hay más de 2500 postulantes

La inscripción para la Policía Comunitaria de Rosario se cerró el 30 de abril pasado con 2581 inscriptos en Rosario y unos 7 mil, en total, en toda la provincia.

“Es una cifra muy satisfactoria”, contó el Secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Pablo Seghezzo. “La selección (a nivel local) va a ser de 500 agentes, y teníamos previstos como meta unos 2 mil inscriptos, por lo que se superaron las expectativas”, comentó y destacó: “Es la primera vez que hay una inscripción tan grande de aspirantes a formar parte de la fuerza policial, y con domicilio en la ciudad de Rosario”..

La Poliçía Comunitaria da sus primeros pasos. Seghezzo, explicó que “lo que se ha hecho ahora es tomar contacto con los vecinos y se va armando la infraestructura”. El nuevo cuerpo será lanzado de forma oficial en el barrio La Granada, en 17 de agosto y en Las Flores, en el transcurso de mayo o primeros días de junio a más tardar, según adelantó el funcionario municipal que recalcó que será independiente de la Unidad Regional II de la Policía, y su estructura dependerá del Ministerio de Seguridad.

“Van a trabajar en cuadras fijas y con una estructura diferente a la de las comisarías”, agregó Seghezzo quien amplió que los nuevos efectivos serán capacitados en mediación y dotados de todos los recursos técnicos, para que recorran los barrios y estén cerca de cada vecino.

Al, respecto, el ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, y la intendente Mónica Fein suscribieron el miércoles pasado el acuerdo formal para incorporar personal con esa especialidad, un cuerpo de 500 agentes.

También estuvo el director Provincial de Policía de Proximidad, Juan Manuel Neffen; y el titular del Instituto de Seguridad Pública, Aniceto Morán.

Lamberto sostuvo: “Nuestro deseo y esfuerzo -continuó- es que en poco tiempo este cuerpo de 500 policías comunitarios esté desarrollando con profesionalismo su labor, pero estos planes no son planes enlatados. Esto exige una preparación previa, un análisis muy particular de cada lugar, porque tratamos que cada policía sea un vehículo de diálogo con el vecino, para poder discutir los planes de seguridad y la modalidad de trabajo a seguir”.

(Nota publicada en el eslabón Nº142)

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