Foto: Télam.
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La artista uruguaya China Zorrilla, de gran trayectoria en nuestro país, falleció este miércoles en la Asociación Española de Montevideo, clínica en la que había sido internada el domingo pasado a causa de una neumonía.

La actriz, de vastísima actuación en el cine, el teatro y la TV de la Argentina, había tenido varias recaídas en estos últimos dos años, lo que la llevó a trasladarse desde Buenos Aires a su país natal para estar al cuidado de sus familiares.

Concepción Matilde Zorrilla de San Martín Muñoz era su nombre completo y había nacido en Montevideo el 14 de marzo de 1922. Descendía de una familia patricia: su abuelo, Juan Zorrilla de San Martín es el autor de Tabaré y su padre, José Luis, esculpió los monumentos a Julio Argentino Roca y a José Artigas, en Buenos Aires.

Establecida en la Argentina desde 1971, convocada por Lautaro Murúa para el papel de doña Natividad en Un guapo del 900, fue afincándose rápidamente a través de numerosos trabajos como actriz y directora, aunque antes había tenido una carrera trascendente en su país y el exterior.

Se crió en París, donde su padre era discípulo y amigo del escultor francés Antoine Bourdelle, en cuyo taller concibió la estructura del Monumento al Gaucho, que luego se emplazó en un importante cruce de la avenida 18 de Julio, en la capital uruguaya.

De vuelta a su ciudad natal, vivió en una antigua casona del barrio de Sayago, en las afueras de la capital, y debutó como actriz a los 21 años en La anunciación a María, de Paul Claudel, con el grupo Ars Pulcra, de la Asociación de Estudiantes Católicos.

Fue becada a Londres por el British Council en 1947 y estudió en la Real Academia de Arte Dramático, en la que estuvo bajo la batuta de la enorme actriz griega Katina Paxinou, quien en 1960 fue madre de familia en Rocco y sus hermanos, de Luchino Visconti.

Vinculada al ambiente artístico europeo de posguerra, en Londres hizo teatro en castellano dirigida por el español José Estruch, refugiado republicano y años después director de la Comedia Nacional, en Montevideo, bajo la sombra de Margarita Xirgu.

De vuelta en casa, su figura comenzó a crecer a través de obras como Una familia feliz, de Antonio Larreta -protagonista del filme La ventana (2008), de Carlos Sorín-, La Celestina, Bodas de sangre, Tres hombres y una mujer, Sueño de una noche de verano, y Romeo y Julieta, todas con dirección de Xirgu.

También actuó bajo las órdenes de los argentinos Armando Discépolo (Locos de verano) y Orestes Caviglia (Nuestro pueblo), y tras su paso por la Comedia Nacional fundó el Teatro de la Ciudad de Montevideo, junto a Larreta y Enrique Guarnero, un elenco con notables actores para textos importantes.

En el interín viajó a Nueva York, donde fue profesora de francés, secretaria de una agencia de teatro y representó Canciones para mirar, de María Elena Walsh, junto a su compatriota Carlos Perciavalle.

En la ocasión habría establecido una relación amorosa con el actor Danny Kaye -siempre la mencionaba en sus entrevistas-, fracasada porque Kaye era casado, aunque nunca olvidaba catalogarlo como el hombre de su vida.

Con el elenco uruguayo del Teatro de la Ciudad de Montevideo viajó a Buenos Aires, Madrid y París, adaptó, produjo y dirigió obras y debutó como corresponsal del diario El País de Montevideo, para el que cubrió el Festival de Cannes y otros acontecimientos artísticos internacionales.

En Buenos Aires actuó también en La maffia, de Leopoldo Torre Nilsson, e hizo un espectacular reemplazo teatral de Ana María Campoy en Las mariposas son libres, junto a Rodolfo Bebán y la debutante Susana Giménez.

Su estadía porteña coincidió con el advenimiento de la dictadura cívico-militar en su país y eso la obligó a permanecer en su nueva tierra, donde entre otras cosas se dedicó a proteger y ayudar pecuniariamente a los emigrantes involuntarios.

Filmó más de 40 películas, entre las que se puede nombrar Heroína, Señora de nadie, Pubis angelical y Pobre mariposa, de Raúl de la Torre, Las venganzas de Beto Sánchez, de Héctor Olivera, Los gauchos judíos, de Juan José Jusid, La tregua y Tres de corazones, de Sergio Renán, Triángulo de cuatro, de Fernando Ayala, Últimos días de la víctima, de Adolfo Artistarain.

La lista sigue con la esencial Esperando la carroza, de Alejandro Doria, La peste, de Luis Puenzo, La nave de los locos, de Ricardo Wullicher, Besos en la frente, de Carlos Galettini, Conversaciones con mamá, de Santiago Carlos Oves, y Elsa & Fred, de Marcos Carnevale, entre muchos otros filmes.

Se destacó en numerosos teleatros y la escena la disfrutó durante cuatro décadas como actriz, directora, productora y hasta puestista de ópera, y se despidió de la actuación al cumplir 90 años con Las d`enfrente, de Federico Mertens, una obra de teatro leído con la que recorrió el país.

Fuente: Télam.

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