Tribunales juicio a represores

Los represores de la dictadura juzgados en el Tribunal Oral Federal II por su actuación en el ex Servicio de Informaciones dispararon sus “últimas palabras”. “Ya los va a alcanzar la justicia divina”, amenazaron a la parte acusadora.

Los represores de la dictadura juzgados por su actuación en el ex Servicio de Informaciones, dispararon sus “últimas palabras” este viernes en el Tribunal Oral Federal (TOF) II de Rosario. “Tengan cuidado porque ya los va a alcanzar la justicia divina”, amenazaron a la parte acusadora.

El juicio oral por la segunda parte de la causa “Feced” tiene a diez ex policías rosarinos como imputados y se investigan los casos de 43 víctimas, que en su mayoría pasaron por el centro clandestino de detenciones que funcionó en los primeros años de la dictadura en la Jefatura de Policía, entonces ubicada en Dorrego y San Lorenzo.

La parte acusadora (fiscalía y querellas) pidieron prisión perpetua para Carlos Ulpiano Altamirano, alias Caramelo, acusado de privación ilegítima de la libertad agravada por amenazas y violencia; tormentos y asociación ilícita “en concurso real con el delito de homicidio agravado por alevosía”.

En tanto, solicitaron al tribunal una pena de 25 años de prisión e inhabilitación perpetua y absoluta con cumplimiento efectivo en cárcel común para los restantes acusados, quienes no están imputados por homicidio.

Se trata de José Rubén Lo Fiego, alias “El Ciego” o “Menguele”; Ricardo José Torres; Lucio César Nast, alias “Ronco”; Julio Fermoselle, apodado “Darío”; Telmo Alcides Ibarra; Ovidio Olazagoitía, alias “Vasco”; Pedro Travagliante; Ernesto Vallejos, apodado “Managua”; y Ernesto Dugour, alias “Picha”. Para ellos pidieron 25 años de prisión al encontrarlos penalmente responsables de los delitos de privación ilegal de la libertad, aplicación de tormentos “agravado por ser las víctimas perseguidos políticos”, en concurso real con asociación ilícita también agravada.

Últimas amenazas

La audiencia de este viernes estaba pautada para que los imputados del juicio hicieran uso de su derecho a las “palabras finales”, lo “últimas palabras”. Siete de los diez represores ejercieron ese derecho, que en la mayoría de los casos sirvió para demostrar el odio contra el proceso legal al que están sometidos, su reivindicación del terrorismo de Estado, y su bronca con las querellas, en particular la representada por la agrupación HIJOS Rosario, organización que recibió, en la persona de su abogada Nadia Schujman, agravios y amenazas varias.

En sus intervenciones, los acusados declararon que son “inocentes”, que hicieron su trabajo contra “el terrorismo subversivo”, y remarcaron que fueron parte de una “guerra” para salvar a la patria del comunismo.

Ninguno de los represores aportó un sólo dato de los cientos de desaparecidos –cuyos restos aún hoy son buscados por sus familiares– y que pasaron por el centro clandestino de detención al que fueron llevados y posteriormente asesinados, y en el que se probó que los represores revistaron durante el período juzgado.

Tampoco mostraron arrepentimiento por someter a jóvenes, embarazadas y adolescentes, algunos de 14, 15 y 16 años, a sesiones interminables de torturas. Ni reconocieron que su “favor a la patria” sirvió para que grandes grupos económicos y multinacionales se enriquecieran a cosa de destruir las organizaciones obreras y populares; para destruir la industria nacional o endeudar al país sometiéndolo al dominio de las grandes potencias.

“Acá la querella representa la continuidad de esos terroristas y delincuentes subversivos, que se enorgullece de representar, pero estas mismas leyes ya se les van a volver en contra”, dijo Nast señalando a la abogada de HIJOS. En esa misma línea, en su última ampliación indagatoria, Nast ya había amenazado: “No se olviden que uno nunca deja de ser policía”.

“La fiscalía y las querellas nos acusan por el sólo hecho de ser policías”, dijo Ibarra por su parte.

“Tengan cuidado porque ya los va a alcanzar la justicia divina”, amenazó Vallejo, otro de los que mostró los dientes ante el tribunal.

Sentencia

Al cierre de la audiencia, desde el tribunal se recordó que el próximo viernes 10 se dará lectura a la sentencia del juicio.

Para ese día, Testigos, querellantes, sobrevivientes, familiares y organizaciones de derechos humanos, sociales, gremiales y políticas, agrupados en el espacio Juicio y Castigo Rosario, tienen previsto un acto frente al tribunal, en Oroño 940

“Habrá desde las 10.30hs una radio abierta, a las 11.30hs un homenaje a la Madre Herminia Severini, se reinstalará el álbum colocado frente a Tribunales por la agrupación HIJOS y, luego escucharemos el veredicto contra la patota de Feced”, señalaron desde el espacio Juicio y Castigo, que nuclea a organizaciones de derechos humanos, sociales, gremiales y políticas.

 

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