Foto: Javier García Alfaro
Foto: Javier García Alfaro

A fines de septiembre se presentó la serie de ficción Clínica de Payasos Mentales que cuenta -por el momento- con diez capítulos, que se estrenan semanalmente y se pueden ver sólo en internet. Realizada íntegramente en la ciudad y de manera independiente por el colectivo artístico Pagliacci Producciones Creativas, el ciclo audiovisual ofrece personajes delirantes en situaciones cotidianas que casi siempre derivan en el absurdo. Todos ellos proponen temas que van desde la descentralización del sujeto moderno a la plataforma electoral de un candidato político que reivindica la belleza, la seguridad emocional y el diseño gráfico. Y esto es sólo un ejemplo.

En el marco del gran estreno mental, el director y guionista de CPM, Daniel Basilio, charló con El Eslabón y explicó que no se trata simplemente de un ciclo de humor. “La tragedia y el humor van de la mano, no pueden concebirse una sin la otra. Si bien Clínica tiene situaciones humorísticas, no se reduce a eso y en algunos casos se linda con el terror o el drama”.

Descreído de los géneros puros, el director contó que “lo que sí se buscó a conciencia, es un humor en diferentes niveles, por capas: los mejores dibujos animados manejan diferentes registros, como los Simpson o Animaniacs. De chico te reís de los golpes de Homero, o las bromas de Bart, y de más grande, de la increíble capacidad de los guionistas para ironizar sobre política y religión” ejemplificó Basilio quien junto a Cristian Stamponi y Germán Carbajales conforman una suerte de sagrada trinidad mental, creadora de este proyecto cuyo origen se remonta a la infancia. “Con Germán y Cristian siempre escribimos y hacíamos videos juntos desde que éramos chicos y a medida que fuimos creciendo, sin darnos cuenta, fuimos acumulando mucho material. Clínica de Payasos Mentales nos encuentra en una relación circular de la vida y con los amigos de siempre uno se permite ser un chico de cinco años otra vez”.

Gaby, Fofo y Miliki; Krusty el payaso usurero, los malditos Pennywise y Ronald Mc Donald. El Guasón, el rey del crimen; Carlitos Scaciota, Piripincho, los payasos de Leoncavallo; Tito y Pelusa, Plim plim, Pepino de Titanes en el Ring, Marrone y Piñón Fijo. Cada generación tiene los suyos, porque la figura del payaso atraviesa todas las épocas y su rol en muchos casos ha sido determinante en diversas culturas. Sirvientes cómicos, mordaces críticos, y sujetos pintorescos que seducen y aterran con la misma intensidad. Lo cierto es que en todos los casos se trata de payasos reales, tangibles, con narices rojas y pelucas, sin embargo en este ciclo, los payasos son “suprasensibles”, y están más allá de todo registro. La única excepción es Mujer Payaso, que a través de un zapping televisivo hace de hilo conductor entre las historias mentales. En este sentido, Daniel aclaró que ”no existe una división tajante entre la pantalla y un afuera. Mujer-Payaso es un personaje alienado, abstraído y reducido a la siniestra cotidianeidad. Hay una cierta inversión estética y conceptual de la idea más usual que se tiene del payaso y, por tanto, del ser humano en general”.

—¿Qué cosas de la vida moderna pretenden satirizar?

—En lo cotidiano manejamos muchos códigos de convivencia, charlas y rituales de modo automático. Tratamos de llevar estas situaciones al límite para hacerlas rozar con el ridículo. Elvio, el sobrino de Levi Strauss, es el mejor ejemplo: desnaturaliza con ojos de observador objetivo cuestiones que para nosotros son obvias, como el mate o el fútbol. Cuando cambiás un poco el orden de las cosas obvias, te das cuenta que en definitiva, todo lo que parecía tener sentido, lo pierde si uno hace dos o tres preguntas básicas.

Por otra parte, si el medio es el mensaje ¿qué es internet para los payasos que sólo existen en el ciberespacio?

—Todo hombre en esta tierra aspira a ser un Payaso Mental, o Payaso Suprasensible. Por eso tantos perfiles de Facebook; todos quieren ser inmortales y rezan por extender su vida en internet hasta que el último de los servidores perezca. En Internet, la carne es la mente.

¿Cómo se encara un proyecto de estas características en Rosario?

—Difícil, porque no solamente la industria de la ficción es casi inexistente, sino que además, no hay circuitos de distribución que permitan expandir la cultura local. Si vas a cualquier pueblo cerca de Rosario, ves cómo las cintas de Warner llegan sin problemas, pero vos, que producís contenido local, no tenés la posibilidad de acceso. La contrapartida de esto es que hay mucha gente haciendo cosas y no sólo en lo audiovisual. Ojalá que cambie el viejo hábito de darle pelota solamente a las cosas de afuera, hay que abrirse un poco y también querer que le vaya bien al de al lado. Cuando ves una buena peli coreana, querés saber más sobre el cine coreano en general. Acá tiene que pasar lo mismo: que alguien que vea algo hecho en Rosario quiera empezar a ver más cosas que se producen en la ciudad. Nivel sobra.

—¿Quiénes son los payasos reales detrás de la mentalidad?

—Clínica es un proyecto colectivo en el que participaron casi cien personas y casi todos lo hicieron por amor al arte. Es una locura pensar que al principio solamente estábamos Germán, Cris y yo. En el equipo estable, están Sole Vela Sánchez, que hizo un trabajo espectacular de arte y se las ingenió para llevar nuestros delirios a lo concreto; después se sumaron Juan Sacripanti y Emmanuel Alanis, en cámara y edición: los dos vienen del cine y aportaron sus equipos y conocimiento; Mati Pérez, Dani Cordiano y Fernanda Weber-Mujer-Payaso también colaboraron con tareas artísticas y técnicas. También quiero mencionar a Marcelo Pereyra, que es un actor recurrente en la serie, y prácticamente es uno más del equipo. Este proyecto no cuenta con aportes económicos ni está bancando por nadie; por lo tanto, todos los que participaron lo hicieron porque creían en el proyecto. Ese es el mayor orgullo.

Hablando de influencias y los merecidos homenajes a los ídolos eternos del trío místico mental, Daniel mencionó a la serie británica Monty Phyton, Cha-Cha-Cha o los Simpson, pero especialmente “a Terry Gilliam, David Cronenberg y Roberto Baggio”. Vale destacar que todos los contenidos del ciclo fueron realizados por los miembros de Pagliacci, incluida la composición musical y las animaciones, a cargo de Germán Carbajales que junto a Daniel y Cristian encarnan la mayoría de los personajes de la serie.

Al momento de hacerse esta entrevista sólo habían sido publicados tres capítulos de una saga que promete jerarquizar la ficción local, con guiones y actuaciones a la altura de las grandes producciones creativas. Además de entretenimento, la propuesta de Clínica de Payasos apunta a sacudir la modorra de las mentes agobiadas de imágenes e información basura en bytes. Para aquellos que se entusiasmaron y entraron en actividad paramental, Pagliacci adelantó: “Tenemos escritas dos series, una de animación y una película, además de gran cantidad de guiones que pueden entrar en potenciales temporadas de Clínica. Prepárense para una primavera, pura-mente mental…”

Artículo publicado este sábado en la edición 165 del semanario El Eslabón.

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