Foto: Télam.
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El experimentado volante le dijo adiós al fútbol profesional ante su gente luego del empate con Lanús. Ariel Cozzoni y el periodista Víctor Timoneda repasan junto a el eslabón la trayectoria del hombre que volvió y fue campeón.

Los colores rojinegros siempre persiguieron a Lucas Ademar Bernardi, y ni sus 9 años de ausencia en el país lo separaron del amor hacia el club que lo vio nacer, ni los malos momentos lograron impedir que sea despedido con el mayor de los reconocimientos por el hincha leproso.

En diálogo con este semanario, Ariel Osvaldo Cozzoni, quien se desempeña como director coordinador en la Escuela de Fútbol Infantil Malvinas Argentinas, destaca la labor del mediocampista que este domingo pisó por última vez el Coloso como jugador profesional. “Es un referente para todos los que trabajamos en la institución y obviamente que para los chicos también. Él, Maxi, Mateo, son todos referente de los chicos que quieren imitarlos”, cuenta.

Por otra parte, lo que más recalca el joven periodista radial Víctor Timoneda es que Bernardi “fue el primero en regresar y en poner la cara luego de los 14 años que el club se manejó con una sola persona, que tomaba decisiones autoritarias, por lo que hubo muchos que en aquel momento no quisieron regresar”.

Un 15 de noviembre de 1998 nacía la rica trayectoria de este futbolista al que Jorge Castelli mandó a la cancha frente a Vélez en el mismo estadio donde ahora dirá adiós. Sus destacadas actuaciones en el medio local lo depositaron en el fútbol francés, donde tras una breve etapa por el Olympique de Marsella, pasó al Mónaco. Con esa camiseta jugó 178 partidos entre 2001 y 2008, y en su primera temporada fue reconocido como mejor mediocampista de la liga.

Ambos entrevistados coinciden en que el estilo que exhibió en sus primeros años fue muy distinto al que se observa en su etapa final. “En sus inicios era un jugador más bien aguerrido, que se dedicaba más a la recuperación. En este último tiempo se volvió más conductor”, opina una de las voces de Newell’s en LT8 y LT3, y considera que “en esto tuvo que ver mucho Martino, que lo describía como el jugador más parecido a él”.

La Chancha aporta señalando que “en su primera etapa era un volante central de marca, de quite, con criterio para jugar la pelota. Y estos años jugó unos metros más adelante y leyendo muy bien el fútbol”, y agrega: “Cambió mucho su forma de jugar, creo que para bien, porque eso nos pasó y les va a seguir pasando a todos, porque uno aprende a jugar después de los 27 o 28 años”.

Con el equipo del Principado levantó su primer trofeo al ganar la Copa de la Liga francesa en 2003 y al año siguiente alcanzó la final de la Champions League, el torneo de clubes más importante del viejo continente.

Siempre se vuelve al primer amor

Una merma en su rendimiento a causa de una serie de lesiones le hicieron perder terreno dentro del once titular del Mónaco, por lo que el nuevo horizonte del volante estaba en Rosario. En su retorno, a principios de 2009, dejó en claro que su final estaba en Newell’s, y así lo fue.

Desde su lugar en las divisiones infantiles, donde se desempeña desde hace 6 años, la Chancha subrayó que Bernardi, “desde que volvió de Francia, colabora mucho con la institución y fue uno de los impulsores para organizar una cena de gala para recaudar fondos para Malvinas”, y que “cada vez que se lo necesitó para algo, estuvo”. “Todos los que regresaron siempre tuvieron predisposición para ayudar en lo que sea”, aclara.

El retorno de Lucas desde Europa coincidió con el año en que Timoneda comenzó a acudir diariamente a Bella Vista para seguir de cerca los pasos de Newell’s. “Llegó por 6 meses o un año para coronarse de la mejor manera en una carrera que termina siendo exitosa. Volvió para darle algo de lo mucho que le dio Newell’s y –desde el 2009 hasta hoy– ha cumplido con creces, ha sido el conductor del equipo”, afirma.

Pero el regreso del gran capitán a la institución no fue todo color de rosas, porque le tocó llegar en un momento delicado desde lo institucional, en que el club comenzaba a salir de una dictadura de 14 años. Y como sucede habitualmente, esa situación se reflejó en lo futbolístico, por lo que a su llegada tuvo que luchar por dejar al equipo en Primera.

“En los momentos más difíciles, fue quien habló en conferencia y siempre dio la cara como referente del plantel. Él sabe la responsabilidad que tiene y por eso en los malos y buenos momentos apareció en conferencias o en comunicados”, consigna el vestuarista.

El retiro parecía ganarle la pulseada, porque hasta la relación con parte de la hinchada estaba perdida. Pero llegó el Tata Martino con un ambicioso proyecto que tenía a Lucas como pieza fundamental. La Lepra no sólo se alejó de las zonas bajas, sino que además peleó los primeros puestos hasta quedarse con el Torneo Final 2013, con Bernardi como abanderado.

Por este motivo, el otrora goleador considera que el mundo rojinegro “lo va a extrañar mucho, porque es el capitán del equipo hace varios años, lo fue en distintas etapas, ya sea con Sensini, con Martino, Berti y con el mismo Raggio, fue el cerebro del equipo, el que generaba el fútbol, el que hacía la pausa, el que pensaba” y lamenta su alejamiento porque “será una pieza muy difícil de reemplazar”.

El cronista, en tanto, dice que “fue uno de los motivos por los cuales volvieron otros, porque él les contaba la realidad del club y trataba de convencerlos para que regresen, que es lo que hace Maxi Rodríguez ahora, o Martino en su momento, es decir, que no sólo son hinchas, sino que también aprovechan sus contactos para que otros jugadores vuelvan”.

Buena prensa

Víctor Timoneda, quien integra el elenco de Rumbo a la Cancha (LT8), y Última Jugada (LT3); y que desde hace 6 años sigue el día a día del equipo del parque Independencia, revela que el 7 leproso mantuvo siempre “una relación profesional” con el periodismo. “Con la prensa el trato fue normal, tranquilo. Ni muy amigable, ni de confrontación. Ni muy muy ni tan tan. Tanto periodista como jugador saben cuál es su función y la tienen que cumplir”, añade.

Punto final

Ariel Osvaldo Cozzoni se consagró campeón con la camiseta de Newell’s en los torneos del 88 y el 91, y si bien aclara que no es amigo de Bernardi, admite que tiene “una buena relación”, por la colaboración que el mediocampista presta en Malvinas, donde la Chancha se desempeña desde 2009. La decisión que hoy toma el capitán, él la asumió en 1996, aunque no tuvo la misma suerte de hacerlo con la casaca que vistió en su debut. “Sobre si esta bien o mal la decisión de retirarse, mejor que él no lo sabe nadie”, expresa y concluye: “Es un muchacho que tiene una trayectoria brillante, muchos años de fútbol y creo que mejor que él no sabe nadie hasta donde poner un punto final.

Nota publicada en la edición 172 del periódico el eslabón

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