Foto: Manuel Costa
Foto: Manuel Costa

La profunda problemática que atraviesa la ciudad volvió al centro del debate de la peor manera. El veterano diputado nacional socialista, Juan Carlos Zabalza, en una polémica operación discursiva, instaló un malicioso interrogante sobre el origen de la violencia en Rosario. “Tengo mis dudas de que todos esos hechos no tengan otra intencionalidad política», dijo un día después del grave episodio ocurrido en Parque Oeste en el marco del acto por el Día Nacional de la Memoria organizado por la Municipalidad, con la presencia de la intendenta Mónica Fein, en el que un disparo impactó en uno de los funcionarios que acompañaron la jornada. Y aunque en sus declaraciones desmintiera a los testigos, a las víctimas del hecho, a los investigadores y a la propia Fein, Zabalza fue más allá y, montado sobre los mitos propalados desde los medios hegemónicos, dirigió sus sospechas hacia el gobierno nacional: «Estamos en un país que se llevó puesto a un fiscal federal que investigó el poder. Que los servicios de inteligencia los controle César Milani, no es ninguna garantía».

El legislador del Frente Progresista, de la vieja guardia del socialismo –y del riñón binerista–, es un hombre de una larga trayectoria en la política; una declaración de este tenor no se le escapa así nomás. Es tiempo de campaña y a pesar de que en su búnker se había convidado a los postulantes a no “teñir de electoralismo” la problemática de la seguridad, la invitación finalmente no pegó en los adictos al propio espacio.

Un hecho, un disparador

La tarde del domingo 22 de marzo, en Parque Oeste, cuando se realizaba el acto de conmemoración de los 39 años de la última dictadura cívico militar organizado por el distrito municipal de la zona, un disparo impactó sobre un coordinador del área de Deportes de la intendencia, Oscar González (ver nota aparte). Si bien aún se investiga si hubo uno o más disparos, el origen de la bala que hirió a González habría partido a pocos metros del escenario donde se encontraba el funcionario, cerca de los juegos, donde un hombre –Ángel Jesús Reinada, quien estaba con su familia– discutió con otro que se hallaba en moto, que se fue unos instantes, volvió con un arma, le pegó un tiro y lo hirió.

La fiscal a cargo de la investigación, Gabriela Bassagaisteguy, estudia por estas horas, es si el proyectil que impactó en Reinada es el mismo que el que quedó alojado en González.

La principal testigo del hecho es la esposa del primero de los baleados, quien ese mismo día declaró ante la policía que conocían previamente al agresor, lo cual sirvió para que el Jefe de la Unidad Regional II, Miguel Oliva, descartara cualquier intencionalidad ligada al acto que se realizaba en ese espacio público.

Según informaron en la fiscalía a este semanario, ni la testigo, ni las víctimas pudieron precisar cuántos disparos hubo. Desde la oficina de Bassagaisteguy, adelantaron que se está tratando de identificar a la persona, sobre la cual ya tendrían algunos indicios que se mantienen en reserva para preservar la investigación y evitar una posible fuga del sospechoso.

Entre otras medidas, la fiscal pidió la extracción de la bala que quedó alojada en el brazo del funcionario de la municipalidad.
«Si bien no se descarta ninguna hipótesis, todos los indicios dan cuenta de que se trata de un hecho ajeno al acto y que no tenía nada que ver con una agresión a los funcionarios», explicó sin ambages un colaborador de Bassaisteguy.

La misma fuente, precisó que se están tomando más testimonios en la fiscalía, y todos coinciden en la mecánica del hecho, «en esto de que hubo un parlamento previo, después se fue la persona y luego volvió y disparó». «Todo indicaría que fue un hecho ajeno al acto», insistió el vocero judicial.

El grave episodio fungió de disparador para reposicionar el necesario debate sobre la crisis de seguridad pública, profundizada durante las gestiones del Frente Progresista, con su secuela de multiplicación de los índices de muertes y hechos violentos, y en la que la connivencia policial con la criminalidad organizada muestra su rasgo más visible. Aunque la discusión sigue sin encarrilarse hacia terrenos fértiles.

Zabalza derrapó

Los dichos de Zabalza llegaron tarde si querían arrimar otra hipótesis –ya Fein, los testigos, las víctimas y los investigadores habían caracterizado al hecho como un conflicto entre dos conocidos– y aportaron poco más que un nuevo intento de deslinde de responsabilidades hacia la Nación. Para el legislador, tanto el episodio de violencia producido a metros del acto que presidió la intendenta, como las amenazas a los vecinos del barrio Luis Agote ( ver página 5) tendrían una «intencionalidad política» para perjudicar a la gestión socialista.

«No me queda clara la característica de esa balacera», dijo a la radio local LT8 Zabalza. «Yo tengo alguna idea con algunos acontecimientos que están sucediendo, como este que aparece en la zona de la Terminal donde hay amenazas de los narcos a la gente porque protesta. Tengo mis dudas de que todos esos hechos no tengan otra intencionalidad política también», especuló el dirigente, quien además, en un acto de maquinación –ya que no presentó un sólo indicio que lo sostenga–, lanzó una acusación tan grave como fabulosa: «Estamos en un país que se llevó puesto a un fiscal federal que investigó el poder. Que los servicios de inteligencia los controle César Milani, no es ninguna garantía», espetó.

Zabalza rechazó además la lectura del diputado nacional, Rubén Giustiniani, de su partido, aunque en una línea interna contraria, quien dijo que con la ida de Gendarmería la ciudad había quedado al descubierto.

«Creo que el tema de seguridad está en la agenda pública en primer lugar, y en esta provincia está subido como tema de máxima prioridad. Hay planes concretos, hay avances», afirmó el canoso legislador.

«Hay una situación de violencia en la ciudad que a veces se manifiesta cerca nuestro», reconoció en cambio la intendenta Mónica Fein, al referirse a la balacera en Parque Oeste. «Lamentablemente se vivió un hecho entre dos vecinos del barrio que tenían algún conflicto previo», aseguró la intendenta a las pocas horas de ocurrido el hecho.

Réplicas

«Me parece una gran irresponsabilidad de Zabalza», planteó el periodista devenido en candidato a intendente por el massismo, Alejandro Grandinetti, quien además cuenta con la banca del Grupo UNO. El ex conductor radial se coló en el debate y pidió al legislador socialista «que acompañe sus declaraciones con algún tipo denuncia formal. Estamos en un proceso electoral y decir que una balacera cercana a la intendenta pueda tener intención política, quiere decir que estamos mucho más grave de lo que pensábamos».

Por su parte, la vicepresidenta primera del Concejo y precandidata a diputada provincial por el Frente Justicialista para la Victoria, Norma López se mostró alarmada por las afirmaciones del diputado socialista. “Nos preocupa que un legislador nacional que es un vecino histórico de la ciudad y la conoce, utilice las situaciones de violencia social para victimizarse él y su partido político, y tapar la inseguridad en Rosario”, expresó la edila.

“En vez de lanzar hipótesis alocadas, lo que tendrían que hacer es acercarse al barrio y averiguar qué pasó, tratar de enterarse de lo que pasa todos los días, pero el problema es que ya no pisan los barrios”, fue la respuesta del diputado nacional Marcos Cleri.

“Con este lamentable episodio en el Parque Oeste primero dijeron que fue un conflicto interpersonal aislado. Ahora, dicen que capaz que fueron los servicios de inteligencia. Pero bueno, a esta altura de las circunstancias la incoherencia discursiva es lo de menos. Lo más preocupante es la falta de respuestas efectivas frente a la trágica realidad rosarina de índices de homicidios y delitos mucho más altos que la media nacional”, remarcó Cleri.

Fuente: El Eslabón

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