Mientras varios políticos calientan motores para las próximas elecciones, repitiendo planes para la gente común con formato de buenos deseos, el Consejo Interamericano de Comercio y Producción almorzó en el hotel Alvear de Buenos Aires, para escuchar las reglas de acción de quienes manejan los destinos de la gente común.
La Nación publicó una crónica sobre el panel gastronómico, un verdadero menú de información como para atragantar al más advertido.
Los primeros en zanjar la brecha entre los buenos deseos y el orden de lo fáctico, fueron los tres disertantes. Los economistas Miguel Broda, José Luis Espert y Carlos Melconian; éste último, asesor de Mauricio Macri, sintetizó: «acá no hay ideología: hay capitalismo, reglas de juego, sentido común y el resto lo va a tener que hacer el sector privado». Bisturí. Pelo y barba.
Esta contundencia tiene un bonus track, la eficacia simbólica del capitalismo que naturaliza su visión de acero en los ciudadanos de a pie. ¿Podrán relacionar lo que significan las herramientas propuestas por el trío, en la vida cotidiana?
Según La Nación, Broda explicó: «Lo que viene para el próximo gobierno son decisiones políticamente incorrectas, tenemos que tener muy poco miedo a lo que queda del Frente para la Victoria y su camada de militantes. Señores, lo que hay que hacer es lo políticamente incorrecto”. Sincericidio al palo. Habrá perjuicio para la mayoría.
¿Qué significan para la vida cotidiana las decisiones políticamente incorrectas? La Nación, cita a
Melconian “eliminar el cepo y revisar el manejo de la Anses…Tenemos que terminar con la fantasía del Fondo de Garantía de Sustentabilidad.
Pero también habría noticias para pymes vernáculas. Espert atribuyó el gasto público y el déficit fiscal al «populismo industrial, con sustitución de importaciones, con altos aranceles y, entonces, sectores que tienen ventajas competitivas, como el agro, sufren derechos de exportación», aseguró.
Como de almuerzo se trataba, no faltaron las frutillas, «La verdadera solución pasa por el shock, pero va a haber gradualismo. Ya estoy más allá de todo, lo voy a decir: necesitamos un equipo como el de Cavallo, de 200 profesionales… no veo a los equipos capacitados para salir del cepo el primer día…la agonía de un ACV es peor que si uno se hubiera muerto”, aportó Broda.
Agonía y muerte, caramba con la semántica. «El kirchnerismo le ha hecho mucho daño a la cabeza de los argentinos…La solución tiene que venir dentro de un plan económico serio con congelamiento del gasto público”, dijo Espert y dio su versión sobre el salario “no tendría que haber paritarias, eso es fascista. El Estado no tiene por qué meterse en eso» aseguró y criticó la forma de crecer del Gobierno dando “gas a la demanda”.
Al final de las exposiciones convocaron a “brindar por el capitalismo”. Curiosa concepción de este sistema con demanda planchada. ¿O habrán querido decir por los capitales?