El Eslabon Los Copetudos 18 de junio 2015-1

“Entre Ríos tiene una vinculación histórica muy fuerte con Artigas; de 1810 a 1820 pertenecimos a la Confederación Artiguista o Liga de los Pueblos Libres la cual estaba bajo su Protectorado. Esto ha sido ocultado y silenciado desde siempre, pese a ello, en estos últimos años ha existido una fuerte revalorización de su figura y de su política, lentamente pero en forma sostenida se lo empieza a ver, no sólo, como el prócer del país vecino, sino también como uno propio”, advierte el entrerriano Osvaldo Delmonte, profesor de Historia, ex dirigente gremial y militante de Derechos Humanos.

“Estos momentos –agrega– son muy propicios para debatir ideas. Se está librando una importante e impensada, batalla cultural. El hecho que se reivindiquen figuras como José Martí, Juana Azurduy, Azucena Villaflor, Rodolfo Walsh o la luchas de las Madres de Plaza de Mayo, nos indican que algo está pasando en el país, pues, hasta hace muy poco eran negados o vapuleados”.

Delmonte remarca: “Algunos gestos también, son esperanzadores: la devolución al pueblo y estado paraguayo, en agosto de 2014, de los muebles que pertenecieron al mariscal Francisco Solano López, es uno de ellos. Estos muebles habían sido tomados como botín de guerra en la sangrienta contienda con el país hermano”. Esa “Guerra de Triple Infamia”, en las que tropas de Brasil, Argentina y Uruguay, fue impulsada por intereses pro británicos, llevó 5 años, hasta que sólo quedaron vivos unos 300 mil paraguayos.

Por otra parte, resalta que “el reconocimiento del grado militar a Andrés Guacurarí está en la misma línea. Ahora es responsabilidad nuestra llenar estos símbolos, nombres, hechos y mártires de contenido transformador para que no se conviertan en nuevas efemérides vacías y huecas que a nadie importan”.

“Recuerdo que en el colegio secundario nos enseñaban que Artigas había sido un Caudillo «díscolo», una manera diplomática de inculcarnos que era un simple bandolero saboteador de los «patrióticos» planes del Directorio. Otra forma de vaciarlo de contenido era señalarlo, sólo como el prócer de la República Oriental del Uruguay, sin ninguna relación con nosotros y totalmente ajeno a nuestro pasado”, explica el docente de Gualeguaychú, nacido en junio de 1953.

“Está claro  –continúa– que esto respondía y responde a una interpretación de la historia muy concreta que ha predominado por muchísimo tiempo en nuestro país. También existió y existe en Entre Ríos una visión, yo diría folclórica y tradicionalista, que encarna en la figura de Pancho Ramírez, a la «entrerriana». Provincialismo hueco con fuertes resonancias marciales, amante de los desfiles y de los uniformes militares. Esto también conspiró en que se pudiera comprender cabalmente el formidable proyecto popular, americanista y alternativo al proyecto dominante, que fue el Artiguismo”.

La traición de Ramírez

Delmonte resalta: “Debemos aclarar que Ramírez fue un Caudillo que teniendo mando militar y político lo volcó contra su Jefe –Artigas– , al cual finalmente derrotó, terminando con su liderazgo y con los sueños revolucionarios que su figura encarnaba”.

“La defección de Ramírez nos interpela sobre una constante histórica, y que son las traiciones (desde adentro). No siempre el poder del enemigo determinan las derrotas, o tal vez, ese inmenso poder, hace que  –casi siempre– encuentren cómplices, engañados o no, para debilitar o desviar los genuinos procesos populares de auténtico sentido social”, explica el coordinador de la sede en Gualeguaychú de la facultad de Humanidades, Arte y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), responsable de las cátedras de Derechos humanos e Historia social y política.

“Pero esas batallas –aparentemente perdidas– continúan en el presente, sea en la interpretación y valoración de las mismas, como en la búsqueda y materialización de aquellos viejos sueños inconclusos o traicionados. Es muy esperanzador observar, cómo pese a intencionados olvidos, y los intentos de apagarlos, siempre resurgen. Es así que el ideario libertario, popular y justiciero de Artigas, según mi óptica, está más vigente que nunca, y avanza”, dice Delmonte.

Y recita: “El Jefe Oriental siembra la luz en las memorias indias /Es la bandera que orienta y fecunda / la idea de justicia/ Hay que repartir / el mucho, privilegio de los pocos /con la inmensa y harapienta gauchería/con los dueños verdaderos de la pampa / Vibra entonces el desgarrón de la historia concebida / Un rugido de tigre a flor de pueblo/quiebra el silencio / y un malón de consignas/se alza por todos los confines /de la tierra en rebeldía”(Aníbal Sampayo, poeta, cantante, guitarrista y compositor uruguayo, 1926-2007),

Reparación social

Sobre ese ideario artiguista, y la tropa que convocaba, dice el docente entrerriano: “Sin dudas Artigas además de luchar contra el invasor y el viejo régimen colonial, abre la posibilidad de reparación social de los más pobres: «Aquellos más infelices serán los privilegiados», dice en su Reglamento de Tierras. Los indios guaraníes y los desarrapados de América lo siguieron incondicionalmente, conscientes que luchaban contra un poder opresor y también por sus derechos. Jefes militares como Manuel Cahiré, Andrés Yabacú, Ignacio Mbayae, Juan Asencio Abiró, además de Andrés Guacurarí son el mejor ejemplo de ello”, asegura Delmonte.

“El Congreso de Oriente, declaración del Arroyo de la China o Congreso de los Pueblos Libres, como se lo recuerda, fue convocado por Artigas en 1815, siendo esta la primera declaración de la Independencia, obviamente que es anterior al Congreso de Tucumán, pero la historia oficial no lo registra”, destaca.

“Está claro que si le preguntamos a cualquier entrerriano que pasó en el Congreso de Tucumán es muy posible que lo sepa, pero no así lo que pasó en el Congreso de Oriente. Este año es el Bicentenario de la Declaración del Arroyo de la China y seguramente habrá alguna recordación pues desde las esferas oficiales se está revalorizando este hecho”, valora y agrega:. “El gobierno Nacional decretó la adhesión al año del Bicentenario del Congreso de Oriente. Hay que destacar también que organizaciones como Japl (Junta Americana por los Pueblos Libres) vienen trabajando desde hace muchos años en el rescate de esta memoria histórica”.

En lo referido a la transmisión educativa de estos temas, señala: “Lentamente se va introduciendo en la educación entrerriana una versión histórica diferente, centrada más que en próceres, en los grandes procesos, en el entendimiento que son intereses de clase o de sector los que han estado en juego. Está claro que la figura de Ramírez y su muerte romántica por defender la Delfina caló hondo en el imaginario popular, es así que desde diferentes sectores se reivindica su figura. Por ejemplo, la Agrupación política que sostuvo en las últimas elecciones la candidatura a Senador Nacional de Alfredo De Angelis se llama Pancho Ramírez, alianza del PRO con sectores del Peronismo”.

Urquiza y la derrota federal

Sin dudas, así como Urquiza es un prócer nacional, también la historia regional lo reconoce como tal. El Palacio de San José ubicado en Concepción del Uruguay ha sido y es el símbolo de la prosperidad a la que supo llegar Urquiza y supuestamente también la Provincia de Entre Ríos. Las manchas de sus manos ensangrentadas impresionaron profundamente a generaciones de niños entrerrianos que visitaron el Palacio, imagen que fue utilizada para perpetuar el crimen de San José  –abril de 1870–. Claro está que Ricardo López Jordán (el inspirador del magnicidio) es un marginal en la historiografía oficial, tanto nacional como regional.

Las causas profundas de la Revolución Jordanista suelen ser soslayadas .Sin dudas la Batalla de Pavón (1861) en la que Urquiza abandona el campo batalla con todas las posibilidades de triunfar, marca el inicio de la derrota definitiva de la causa federal, el país queda en manos de Mitre y comienza una feroz represión y aplastamiento de los últimos caudillos, el interior del país es arrasado. La exhibición como escarmiento, de la cabeza del cabeza del Chacho Peñaloza, es el mejor ejemplo de ello.

La guerra contra el Paraguay  –1865-1870– es otro hito que marcó dolosamente las buenas conciencias de la época .En Entre Ríos comienzan a levantarse voces contra el genocidio del pueblo paraguayo. Sin la defección de Urquiza esto no hubiera sido posible, tampoco el bombardeo a Paysandú por parte de la Escuadra Brasileña en 1864. Esta situación había provocado un profundo descontento en las filas del federalismo urquicista ; voces, como la de Olegario Víctor Andrade , Francisco Fernández ,y los hermanos Rafael y José Hernández , se levantaron en disconformidad con esta nueva política. En este contexto Ricardo López Jordán emerge como el nuevo caudillo provincial. Imposible no hacer referencia que a Urquiza le cuesta enviar hombres al Paraguay, tanto es así que se producen dos desbandes de tropas, una en Basualdo y otra en Toledo. Estas insubordinaciones fueron auténticos hechos de resistencia popular.

No es muy conocida la participación del autor del Martín Fierro en la Revolución Jordanista y que su opción política le haya costado el exilio , poco se dice que a su libro emblemático lo comenzó a escribir en el destierro. Un caso parecido es el de Olegario Víctor Andrade, poeta de Gualeguaychú, sólo se lo recuerda como tal , “el vate mayor de nuestra ciudad” . La Escuela Normal y la principal biblioteca llevan su nombre pero ni por asomo se lo vincula o se lo asocia a su condición de revolucionario jordanista y mucho menos como autor de artículos periodísticos de combate como “las dos políticas”, o las poesías dedicadas al Chacho Peñaloza y a Paysandú. Los silenciamientos, lo no dicho , lo descontextualizado, es otra forma de escribir la historia.

Nota publicada en la edición 200 del periódico el eslabón

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4 Lectores

  1. roberto a. eseverri

    23/06/2015 en 17:42

    MUY BUEN APORTE. SOY DE SAN NICOLAS DE LOS ARROYOS Y POR AQUÍ TAMBIEN ANDUVO ARTIGAS. ME GUSTARIA SABER QUE QUEDÓ EN VUESTRA ZONA DE LA INCURCIÓN DEL GENERAL BELGRANO QUE FUE AQUI DONDE FORMO EL EJERCITO DE 500 SOLDADOS Y 357 VOLUNTARIOS ERAN DE NUESTRA CIUDAD.MUCHA SUERTE ROBERTO

    Responder

  2. Camilo Gómez Montero

    24/06/2015 en 0:29

    Los traidores son parte, lamentablemente, de la historia. Urquiza es quizá, el más grande de los traidores al Federalismo de lo que hoy es la Argentina. Llegará el día en que la historia lo ponga en su verdadero lugar; un tipo que retrasó 200 años…

    Responder

    • Claudio Marcelo Vita

      13/05/2023 en 21:50

      Concido plenamente con lo que afirmás.

      Responder

  3. marcelo

    25/06/2015 en 11:28

    muchas gracias por este artículo, que cantidad de cosas que me restan por saber de mi historia, y cuantas por corregir, casi llegando a los 50 y recien leo la revolución de Jordan. 🙂

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