Casi dos semanas después de la misteriosa desaparición del empleado municipal Gerardo «Pichón» Escobar y a una del hallazgo de su cuerpo flotando en el río Paraná, se conoció que el patovica del bar La Tienda, cuyo domicilio fue allanado porque una búsqueda por GPS registraba la última señal del teléfono del joven cerca de su casa, era empleado policial. Y, si bien está en actividad, no desempeña sus tareas normales y habituales por encontrarse con “carpeta médica psiquiátrica”. Contra una ley que lo prohíbe expresamente, ese hombre brindaba seguridad en el boliche de calle Tucumán al 1100, el último lugar que se lo vio con vida al joven de 23 años. El dato no lo reveló la fiscal que investiga el caso, Marisol Fabbro, sino el defensor general de la provincia,

Gabriel Ganón, que representa a la familia de Escobar. Tanto para el Servicio Público de la Defensa Penal de Santa Fe cuanto para los allegados a Gerardo, la investigación oficial ofrece varias dudas y contradicciones. “Ellos saben cómo tienen que hacer el trabajo, o no lo están haciendo o lo están haciendo mal, o no, quizá no nos están contando parte de lo que ellos saben, o capaz que están cubriendo a gente que no sabemos quiénes son”, dijo en la puerta de los Tribunales Luciana, la hermana de Gerardo.

Las similitudes de este caso con el de Franco Casco, el joven de Florencio Varela desaparecido en Rosario tras estar detenido en la comisaría 7ª –y cuyo cuerpo apareció más de 20 días después también flotando en el río Paraná- llevó al defensor general Ganón a pedir formalmente, el jueves pasado, que la fiscalía que lleva adelante la investigación se declare incompetente y el caso pase a la Justicia Federal. Como ocurrió con el expediente de Casco, que fue derivado al juzgado federal Nº 3 de Rosario, a cargo de Carlos Vera Barros, en el que se aguardan los resultados de pericias de laboratorios para avanzar en los pedidos de indagatorias a funcionarios policiales.

Controversias

El jueves 13 de agosto Gerardo Escobar fue al casino a jugar con unos amigos. Ganó algo de dinero, pasó por su casa a ducharse y volvió a salir. Esta vez fue al boliche Bogart, de Santa Fe y Presidente Roca, y más tarde se trasladó hasta el after hour La Tienda, el último lugar donde fue visto con vida.
El viernes por la noche, ante su infrecuente ausencia, la madre denunció la desaparición en la seccional 18ª. El sábado 15 el secretario de Gestión del Área de Búsqueda de Paraderos de la Unidad de Investigación y Juicio, Leandro Trangoni, y el fiscal Lucas Altare ordenaron allanar cuatro domicilios de la zona de Ayolas y Vera Mujica, donde se registraba la última señal del teléfono móvil de Escobar.

En esa zona reside uno de los patovicas del bar La Tienda, a quien no le encontraron el teléfono de Gerardo pero sí otros doce equipos celulares y dos chalecos antibalas. Fue entrevistado por los fiscales y regresó a su casa.

“El patovica era un policía que estaba con carpeta psquiátrica y hay otro policía que estaba cumpliendo funciones ahí”, reveló esta semana el defensor general Ganón. “Como no pudimos ver el resto del expediente –siguió- no sabemos cuánto policías estaban cumpliendo funciones de custodia”.

El funcionario judicial ya había contado que recibió denuncias de jóvenes golpeados por la acción conjunta de patovicas y policías en el boliche La Tienda.
Cuando el viernes 20 de agosto la Prefectura Naval encontró flotando en el río Paraná a la altura de la zona franca de Bolivia el cuerpo sin vida de Escobar, el teléfono apareció en el bolsillo de su campera. En rigor, allí estaba el equipo cuando los forenses se dispusieron a realizarle la autopsia en el Instituto Médico Legal, a las 20.30 de ese día.

El abogado de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud, Salvador Vera, que acompaña a la familia escobar, dudó: “Nuestra lectura es que es perfectamente posible que el teléfono puede haber marcado la señal en esa zona y después pudo haber sido incorporado al cuerpo de Gerardo antes de ser trasladado a la morgue. Esto no lo sabemos porque no se cumplió el protocolo de preservación de la escena”.
Añadió en declaraciones a LT8 que “perfectamente el teléfono pudo haber sido puesto al momento de extraer el cuerpo del agua, esto va a ser materia de investigación. A simple vista, los objetos que fueron extraídos del cuerpo de Gerardo estaban mojados y embarrados. Pero el teléfono no estaba embarrado”.

Autopsia

La transmisión de la información del resultado de la autopsia por parte de la fiscal Fabbro, el sábado siguiente al hallazgo del cuerpo de Gerardo en el río, también forma parte de las controversias del caso.

La representante del Ministerio Público de la Acusación dijo a la prensa que no había rastros de disparos, puñaladas ni golpes en el cuerpo de la víctima, por lo que el informe de autopsia estableció como “indeterminada” la causa de la muerte del joven que trabajaba en la Dirección de Parques y Paseos del municipio.

Si bien Fabbro informó que se iban a realizar estudios de laboratorio en otras jurisdicciones, no explicó las razones que motivaban esos análisis.
Ese mismo día, el defensor Ganón y el médico que participó de la autopsia en representación de la Defensoría General, contradijeron a la fiscal. Señalaron que el cuerpo de Gerardo evidenciaba “golpes en la zona genital” y que por esa razón se habían realizado extracciones con el fin de analizarlas científicamente.

En la marcha del jueves para reclamar el esclarecimiento del caso y exigir justicia, María de los Ángeles Escobar, primar de Gerardo, dijo que “en el informe oficial está constatado que se le removió las partes bajas a mi primo, lo que pasa es que lo minimizan. Sólo se muestra que aparentemente no tenía puñaladas, heridas de arma de fuego, pero es extraño que en un autopsia se remueva esta parte”.

Indeterminada

La autopsia se realizó a las 20.30 del viernes 21 en el Instituto Médico Legal, unas horas después del hallazgo del cuerpo. El informe señala que “el cuerpo presenta un estado avanzado de descomposición” y que “con los elementos recabados hasta el momento se determina que el tiempo de sumersión del cuerpo estaría entre seis y ocho días”. Teniendo en cuenta que fue hallado al séptimo día posterior a su desaparición, lo más probable es que haya sido arrojado –o caído- al río el mismo viernes 14.

“Del examen externo efectuado no surgen signos compatibles con heridas de armas de fuego o heridas por arma blanca, ni heridas contuso traumáticas, no se observan lesiones a nivel de muñecas o tobillos compatibles con sujeción”, dice la autopsia.

Las placas radiológicas tampoco encontraron signos de “lesiones óseas de origen traumático de reciente producción ni se observan imágenes compatibles con proyectiles de armas de fuego”.

Por esas razones, “no es posible determinar la causa básica de la muerte, por lo que se define como indeterminada a la espera de los resultados de los estudios solicitados que permitan realizar un diagnóstico más preciso”.

Se trata de las muestras de diferentes tejidos y órganos: sangre, cuña hepática y contenido gástrico, encéfalo, cuñas pulmonares, genitales externos, losange de piel de cuero cabelludo y de abdomen, losange de piel de tórax posterior, plastrón externo
condroesternal y la diáfisis del fémur derecho.

Esas muestras fueron enviadas a laboratorios forenses de Las ciudades de Paraná, Santa Fe y La Plata, en donde se practicarán exámenes complementarios.

¿Qué pasó?

¿Cómo murió entonces Gerardo Escobar? Su prima María dijo que “los testigos que se presentaron después que apareció el cuerpo de mi primo, dijeron que se armó un altercado en la esquina” de Tucumán y Sarmiento, luego de que el joven dejó el bar La Tienda.

Son las cuatro personas que la cámara de videovigilancia del after hour muestra saliendo junto a Gerardo la madrugada del viernes. También muestra una corrida de la encargada del boliche y de un patovica hacia el lado donde camina Escobar, pero la cámara no permite advertir qué ocurrió. Sin embargo, ninguno de los testigos brindó mayores detalles que los que se observan en el video.

Los familiares están convencidos que sufrió golpes. “Sí, también tenemos confirmación de otros lados, pero nadie quiere hablar”, completó la prima.
También el defensor Ganón dijo que existían marcas de golpes en la zona genital del joven, cuyos tejidos fueron enviados a analizar.

Para el abogado de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud, Salvador Vera, “por un lado tenemos las versiones más fuertes y consistentes que hablan de que Gerardo fue golpeado por personal de seguridad del lugar y la confirmación de la presencia de un policía en la nómina de ese personal”.
“Y por otro lado –abundó con ironía- las versiones que sostienen que Gerardo, luego de salir del boliche, se fue a nadar al río y se ahogó”.

Los familiares tiene un sabor amargo por el curso de la investigación: “Estamos pidiendo que la gente colabore, que la propia fiscalía aporte todo lo que tenga, porque hasta ahora hemos tenido poco y nada”, se quejó Luciana Escobar, la hermana de Gerardo.

“La última vez que vi a mi hermano estaba saliendo de La Tienda. Después de ahí no vi ninguna filmación, o sea que a mí me da para sospechar de ese lugar”, concluyó.

Prohibida la gorra

La presencia de personal policial realizando tareas de custodia en el bar La Tienda, revelada por el defensor general Gabriel Ganón, trasgrede la ley nacional 26.370 que regula las funciones de los custodios y personal de seguridad en locales nocturnos. La Legislatura de la provincia de Santa Fe adhirió en 2011 a esa ley, aunque el gobernador Antonio Bonfatti recién la reglamentó el mes pasado.

El capítulo II de la ley establece las “incompatibilidades” para ejercer la función de custodio en un local nocturno. El artículo octavo dice expresamente que “no podrá desempeñarse como trabajador de la actividad, aquella persona que se halle en alguna de las siguientes situaciones”.

El inciso “B” establece: “Encontrarse revistando como personal en actividad de fuerzas armadas, de seguridad, policiales, del servicio penitenciario u organismos de inteligencia”.

Clausura “para la prensa”

El mismo día que los concejales del Partido del Progreso Social Héctor Cavallero y Lorena Giménez presentaron un pedido de informe para que el Ejecutivo municipal aporte datos sobre la habilitación de “La Tienda” la Intendencia decidió clausurarlo “preventivamente”.

Los concejales preguntaron si el local poseía la habilitación correspondiente, saber quiénes son los propietarios y la razón social de la explotación. También pidieron informe sobre la cantidad de inspecciones realizadas y el rubro bajo el que está habilitado el comercio.

La respuesta oficial no fue por escrito: unas horas después la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana le colocó la faja de clausura a la persiana del local de Tucumán al 1100.

El abogado del comercio se mostró “sorprendido” por la medida, adoptada diez días después de la desaparición de Gerardo Escobar. De todos modos, reveló que “desde el municipio nos dijeron que lo hacían para descomprimir la opinión pública y a la prensa”.

Fuente: El Eslabón

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