“Este nivel de daño social no se vio nunca desde la recuperación democrática”, dice el sociólogo Artemio López, director de la Consultora Equis. “Es un ajuste severísimo sobre los sectores populares”, concluye, mientras termina una taza de café que, para ser sinceros, no es un pocillo sino que se trata de una medida de la infusión contenida en un vaso descartable. Unos segundos antes, apoyado en datos, estadísticas, guarismos y porcentajes –la mayoría obtenidos de fuentes “insospechadas de animosidad contra el actual gobierno”– desanduvo las consecuencias del impacto social de las medidas adoptadas por el gobierno de Mauricio Macri en los primeros cinco meses de gestión. Para López, el ex gerente general del Grupo Socma abrió “la tercera etapa del ajuste neoliberal en la Argentina”, siendo la primera la inaugurada por José Alfredo Martínez de Hoz durante la última dictadura y la segunda la liderada por Carlos Menem en la última década del siglo pasado.
El consultor brindó una charla esta semana en Rosario, en la casa de la Corriente Nacional de la Militancia, invitado por el parlamentario del Mercosur Agustín Rossi, sobre –justamente– el impacto social de las principales medidas de gobierno de Cambiemos. De eso, habló con el eslabón.
“Este nivel de daño social en términos de caída del poder adquisitivo, pobreza e ingresos no se vio nunca desde la recuperación democrática. Es un ajuste severísimo sobre los sectores populares”, sostuvo López, sufrido hincha de Nueva Chicago.
—¿Cuál es el impacto que han causado las decisiones fundamentales del gobierno en lo social?
—Tiene varias dimensiones, la primera a nivel ingreso, después a nivel pobreza, a nivel empleo. A nivel ingreso hay varias cuestiones. La actualización por paritarias promedio, las que conocemos, fue del 25 por ciento. Incluso recién hablaba con los compañeros de Empleados de Comercio, la paritaria de (el titular nacional del sindicato, Armando) Cavallieri cerró al 20. La CGT dio la pauta inflacionaria para el año del 41,8 por ciento. O sea que están perdiendo 20 puntos de poder adquisitivo. Eso en términos de deterioro de los niveles de ingreso es colosal. ¿Qué pasa con eso?
—La disminución del poder de compra se reduce notablemente.
—El correlato es que todos los estudios muestran que hay una pérdida del poder adquisitivo familiar notable, con indicadores de todo tipo. Hay un estudio del Conicet hecho en la Ciudad de Buenos Aires, realizado por el sociólogo Damián Panigo, que desagrega la población por deciles de ingresos. El 20 por ciento más pobre perdió el 21 por ciento del poder adquisitivo, y el estudio va hasta abril.
Como una ráfaga construida de palabras y porcentajes, Artemio López continúa su enumeración, que si la hiciera por escrito llevaría asteriscos. Dice: “Viandas escolares. En Santa Fe 20 por ciento más de pibes concurriendo a los comedores escolares, porque hay crisis de ingresos en la familia y los chicos van a comer a la escuela. En Junín de 2.500 viandas a 5 mil, el doble”.
Y sigue: “La Universidad Católica Argentina (UCA), una consultora amiga del gobierno, mide en términos de pobreza un millón 400 mil pobres. Ocho pobres por minuto desde que asumió Macri”.
Otro asterisco. “Fiel realizó un estudio sobre valorización de la Canasta Básica de Alimentos, una consultora totalmente alineada con la ideología neoliberal. Entre enero y abril 23,7 de aumento, proyecta 30 por ciento en el semestre, en alimentos y bebidas”.
—¿Pero qué pasó?—la pregunta no es de el eslabón, sino del mismo López, que se interroga y se responde, aliviando la tarea periodística.
“Jubilaciones, Asignación Universal por Hijo y pensiones, ¿cuánto las actualizó el gobierno? Quince por ciento. Es decir, las está licuando, las actualizó a la mitad de lo que va a aumentar. Eso en términos de deterioro de vida de los sectores vulnerables es catastrófico. Porque estamos hablando de segmentos de la base de la pirámide social”.
Cuando Artemio López brinda esta entrevista, parte de la oposición acaba de fracasar en su intento por reunir quórum para convocar a una sesión especial de la Cámara de Diputados, con el fin de aprobar el proyecto de ley de emergencia ocupacional, conocida periodísticamente como “ley antidespidos”. El consultor también se mete en ese tema.
—¿Y qué pasa con el empleo? El gobierno dice que no hay despidos masivos.
—También hay destrucción de empleo como correlato de la caída de ingresos y del mercado interno. Tenemos 33 mil despidos estatales, de Nación. En provincias y municipios no está disponible el dato. En Nación 33 mil despidos, pero pará. La cámara que reúne a las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART), mostró que entre enero y abril ¿cuánto cayeron los trabajadores asegurados?: 90 mil. En construcción hay 57 mil puestos perdidos informados por la Uocra. La construcción cuando genera un puesto directo, la expansión es otros dos indirectos por los proveedores de la industria. Ahora, cuando deteriora, contrae un puesto y obviamente caen los puestos conectados. ¿Qué informan los proveedores de la industria? 27,3 por ciento de caída interanual”.
En este punto, el director de Equis asegura que –a pesar del panorama pintado– “es difícil evaluar la magnitud de ese deterioro, porque la mayoría son informales. Pero proyectando tenés formales públicos y privados en torno a los 190 mil despidos, más la proyección que hay que hacer por los informales. Estamos hablando de no menos de 250 mil despidos en los primeros cinco meses”.
—El relato oficial asegura que tras esta “normalización” y “sinceramiento” de la economía, en el segundo semestre llegará la reactivación y, con ella, la creación de empleo.
—Son formas de presentar en público el tema, son las reglas de juego. Todos los pronósticos para el segundo semestre muestran que la actividad va a estar planchada, cayendo. La agencia financiera Bloomberg dice dos puntos de caída, el Fondo Monetario Internacional estima un punto de caída, no hay segundo semestre. Por lo menos en lo que observamos de indicadores de crecimiento económico y de ingresos. Pero es una construcción de comunicación, está bien. ¡Qué van a decir!
—La apuesta del gobierno a la llegada de inversiones choca con las altas tasas de interés que fija el Banco Central para las colocaciones financieras.
—El mantenimiento de la tasa de interés al 37,5 por ciento y los plazos fijos están volando. Con un negocio financiero de esa envergadura difícilmente obtengan ninguna inversión productiva. De hecho no han llegado, y se quejó (el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso) Prat Gay de que no llegó ninguna inversión productiva. Con esa magnitud de retorno, no hay ningún negocio productivo. Hoy hablaba con un empleado de una concesionaria de Citroën y me decía ‘no vendimos un coche, ni una unidad’. Ni por plan de ahorro ni por venta en salón. La actividad productiva está compleja. Los barrios periféricos están en situación crítica, estaba hablando con un referente barrial y nos decía que hay pedidos de comida, cosa que no pasaba desde hace años.
Deciles que están al horno
Consultado sobre las diferencias que el impacto del ajuste oficial produce sobre los distintos segmentos de la población, afectando con mayor severidad a quienes destinan la mayoría de sus ingresos a gastos de alimentos, el consultor Artemio López aseguró que “es bien asimétrico” según los deciles de población en que se divide la pirámide social.
“El deterioro del 10 por ciento más rico es del 11 por ciento y el del 10 por ciento más pobre es del 24 por ciento del poder adquisitivo. Todos pierden, pero no igual. Y además no es lo mismo perder el 11 con un determinado poder de ingresos, que perder el 23 con otro nivel de ingresos”.
Fuente: El Eslabón
